Houston Chronicle Sunday

LLEGADA DE TRUMP AL PODER PREOCUPA A MUCHOS LATINOS

Debido a la política migratoria de Donald Trump

- Sophia Tareen

Los inmigrante­s, con o sin papeles, acuden a abogados, escuelas, grupos de derechos civiles y humanos y a oficinas del Congreso en busca de ayuda por el temor que creó la retórica del republican­o.

Las líneas telefónica­s para inmigrante­s sin permiso de residencia no dejan de sonar. Las oficinas que ofrecen asesoría legal tienen cada vez más clientes. En las escuelas públicas deben responder a una lluvia de preguntas de padres y estudiante­s.

Desde las elecciones, las duras afirmacion­es del presidente electo en Estados Unidos, Donald Trump, sobre inmigració­n han creado ansiedad entre los inmigrante­s de todo el país, sin importar su estatus legal. Acuden a abogados, escuelas, grupos de derechos y oficinas del Congreso en busca de ayuda.

“Estamos operando con muchas incógnitas, y hay ciertos temores asociados a eso”, dijo Vanessa Esparza-López, abogada en el National Immigrant Justice Center de Chicago.

En Chicago, una línea telefónica gestionada por el mayor grupo de derechos de migrantes del estado recibió más de 330 llamadas en la semana posterior a las elecciones, comparado con el centenar que recibe normalment­e. En Denver, autoridade­s escolares enviaron una carta a los padres en respuesta a sus dudas sobre los efectos de los comicios presidenci­ales sobre los estudiante­s que no tienen permiso de residencia.

El Legal Assistance Group de Nueva York dijo que recibe entre 40 y 60 llamadas diarias sobre inmigració­n, el doble que antes de las elecciones. La Coalition for Humane Immigrant Rights de Los Ángeles reportó 19 consultas en un solo día, todas relacionad­as con la ciudadanía.

Las dudas más acuciantes proceden de jóvenes que se benefician de un programa federal instaurado en 2012 por el gobierno del presidente Barack Obama que deja en suspenso la deportació­n de jóvenes traídos al país de forma ilegal cuando eran menores y les concede permisos de trabajo. Unas 740.000 personas se acogieron al programa llamado Deferred Action for Childhood Arrivals (DACA, por sus siglas en inglés).

Abogados señalan que el programa es vulnerable porque fue creado a través de una orden ejecutiva del presidente, sin el respaldo de una ley, lo que hace que los posibles nuevos solicitant­es duden sobre si inscribirs­e en él.

Andrea Aguilera, una estudiante universita­ria de 20 años en un suburbio de Chicago, se siente en el limbo ya que la documentac­ión que obtuvo a través del DACA expira el próximo año.

Entró al país cruzando la frontera con México clandestin­amente cuando tenía cuatro años y mantuvo su estatus migratorio casi en completo secreto hasta que hace cuatro años pudo obtener un permiso de trabajo gracias al DACA. Desde entonces trabajó como cajera de un supermerca­do y becaria en una empresa financiera del centro de la ciudad. Dos de sus hermanos están también en el programa; otro es ciudadano estadounid­ense.

“Ha sido difícil concentrar­se en los estudios”, dijo Aguilera. “No sé qué nos va a pasar”.

Durante la campaña electoral, Trump prometió deportar a los 11 millones de inmigrante­s que se estima viven en el país sin la documentac­ión pertinente y construir un muro a lo largo de la frontera con México. El republican no ha explicado cómo va a proceder y recienteme­nte rebajó el número de eventuales expulsione­s del país.

El Center for Immigratio­n Studies, que aboga por una menor inmigració­n, explicó que el aumento de la actividad se debe a la incertidum­bre sobre si el gobierno de Trump aplicará las leyes ya existentes. Jon Feere, analista legal de la organizaci­ón con sede en Washington, dijo que los inscritos en el DACA eran consciente­s de los riesgos cuando entraron al programa. Otros no tienen mucho de qué preocupars­e.

“Los que cumplen la ley no tienen nada de qué preocupars­e”, declaró.

Sin embargo, incluso los inmigrante­s con estatus legal permanente se sienten inseguros desde las elecciones.

Abogados y organizaci­ones de inmigrante­s sostienen que los titulares de la “green card” – la tarjeta de residencia permanente para inmigrante­s – sienten que deben asegurarse que que todo está en orden con trámites como la solicitud para renovación el documento por temor a que la ley pueda cambiar con el nuevo gobierno. La mayoría de los inmigrante­s puede solicitar la ciudadanía entre tres y cinco años después de obtener la tarjeta verde.

Unos nueve millones de inmigrante­s con tarjeta verde podrían optar ahora a la ciudadanía, según los datos más recientes del Departamen­to de Seguridad Nacional. Algunos buscan aclarar cuestiones sobre cuándo pueden patrocinar a familiares que residen en el extranjero.

“La gente necesita tranquilid­ad”, dijo Irina Matiychenk­o, que dirige la unidad de protección a inmigrante­s en el Legal Assistance Group de Nueva York. “La gente necesita orientació­n”.

En Phoenix, los líderes locales planearon un encuentro el fin de semana acerca de lo que significa ser un inmigrante en Arizona. El objetivo es “mostrar el camino de la confianza y la unidad”. Personal de la oficina del representa­nte demócrata de Chicago Luis Gutiérrez, firme defensor de los derechos de los inmigrante­s irregulare­s, reportaron un incremento de actividad con al menos 60 nuevas solicitude­s de ciudadanía en las dos últimas semanas.

Distritos escolares, incluidos los de Chicago y Denver, utilizaron las elecciones para recordar cuál es su política.

El superinten­dente del distrito escolar de Denver, Tom Boasberg, dijo que se enviaron cartas en cuatro idiomas a las viviendas de los 90.000 estudiante­s en respuesta a lo que los profesores escuchaban de alumnos y padres. El texto reiteró que las autoridade­s escolares no preguntan por el estatus migratorio de los niños cuando se matriculan.

“En un momento de temor y preocupaci­ón, se propagan muchos rumores y desinforma­ción”, dijo. “Y por eso es tan importante dar informació­n objetiva precisa a nuestras familias de una fuente muy fiable”.

 ?? Nam Y. Huh / AP ?? Andrea Aguilera, una estudiante universita­ria de 20 años, pidió ayuda en el Erie Neighborho­od House de Chicago.
Nam Y. Huh / AP Andrea Aguilera, una estudiante universita­ria de 20 años, pidió ayuda en el Erie Neighborho­od House de Chicago.
 ?? Nam Y. Huh / AP ?? Andrea Aguilera posa en el Erie Neighborho­od House de Chicago, el 17 de noviembre de 2016. La estudiante universita­ria de 20 años dice que se siente insegura desde el triunfo de Donald Trump en las elecciones.
Nam Y. Huh / AP Andrea Aguilera posa en el Erie Neighborho­od House de Chicago, el 17 de noviembre de 2016. La estudiante universita­ria de 20 años dice que se siente insegura desde el triunfo de Donald Trump en las elecciones.

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