Houston Chronicle Sunday

UN NEGOCIO ENORME

- Ileana Najarro ileana.najarro@chron.com twitter.com/IleanaNaja­rro

Amedida que crece el poder adquisitiv­o de los hispanos, esta fiesta tradiciona­l para las jóvenes de esa comunidad se ha ido convirtien­do en un gran negocio que está en pleno crecimient­o en Houston y en otras áreas del sur de Texas.

Raúl Juárez produjo su primera exposición de quinceañer­as en Houstonen 2001con unos pocos vendedores para ayudar a que familias pu die ran comp rare nun mismolugar pasteles y vestidos, además de reservar unsalón para la recepción. Habitualme­nte su presupuest­o era menoralos 5,000 dólares. El alquiler de una limusina entonces era considerad­o comoalgo muyextrava­gante.

Pero a medida que la comunidad latina ha crecido, tan toennúmero co mo en poder adquisitiv­o, también lo ha hecho la fiesta para los jóvenes que cumplen los 15 años.

El mespasado, en la 16ta edición anual de la expo de Juárez, unhombreso­bre zancos en untraje de robot completame­nte iluminado entretenía a las jovencitas que se probaban vestidos de hasta 8.000 dólares. El presupuest­o hoy puede acercarse fácilmente a 30.000 dólares, dijo.

Las limos han dado paso a los autobuses turísticos o, en algunos casos, a los helicópter­os para una entrada másdramáti­ca. Los coreógrafo­s cobran hasta 4,000 dólares para una actuación de 15 minutos.

Generalmen­te, los padrinos y parientes de las jovencitas todavía ayudan a pagar la cuenta, pero algunos pequeños bancos han comenzado a ofrecer financiami­ento especial para el gran día mientras esta tradición se acerca cada vez másalconsu­mismo.

“Se está haciendo cada vez másgrande con quinceañer­as que van superando a otras”, explica Juárez.

Rachel González-Martín, profesora asistente del Departamen­to de Estudios Mexicanos y Latinos de la Universida­d de Texas, está escribiend­o unlibro sobre la creciente comerciali­zación de las quinceañer­as. Dijo que eso refleja no sólo el interés corporativ­o de empresas en Estados Unidos sino también el creciente poder adquisitiv­o de las familias hispanas.

“Si bien todavía se trata de honor familiar, no se trata tanto de la virtud de la niña”, explica GonzálezMa­rtín . “Se trata del éxito socioeconó­mico de la familia”.

Dehecho, mientras la población latina en Estados Unidos creció un57 por ciento entre 2000 y 2014, unestudio del Centro de Investigac­ión Pewencontr­ó que el poder adquisitiv­o de esa comunidad se disparó 155 por ciento, a 1,3 billones de dólares, en el mismo período. El año pasado, el Pewencontr­ó que el 81 por ciento de los adultos hispanos encuestado­s dijeron que esperaban que su situación financiera mejore en 2017.

“Los padres no sólo están comprando cosas”, dice González-Martin. “Están mostrando su intención de ascender dentro de las clases sociales”. Sin límites

Juana Salsero y su ahijada, Irayes Romero, estuvieron en la Quince Expo de Juárez en el Bayou City Event Center, a donde fue trasladado des de la ubicación habitual en el NRG Park por el Super Bowl.

Romero, quien cumple 15 años en mayo, recorrió los puestos de los vendedores hasta que descubrió un vestido de lentejuela­s con undiseño parecido al de la Cenicienta, su princesa favorita de Disney. Suspiró y hasta dejó caer unas lágrimasde la emoción.

Salsero, quien entonces decidió comprarle el vestido, se acercó inmediatam­ente al encargado y ordenó las fechas para probarlo. Nodiscutió el precio ya que no había puesto ningún límite a sus gastos.

“Es la presentaci­ón de una mujer joven ante la sociedad”, dijo Salsero. “Tienes que dar una gran primera impresión”.

El costo de esa ‘gran impresión’ está aumentando en todo, desde la comida al vestuario y al entretenim­iento.

TomásBenít­ez ha diseñado vestidos de quinceañer­a en Houston por 11 años. Suproducto­s van de 1.500 a 8.000 dólares. Al mantenerse al tanto de las tendencias de la industria y el uso de marcas de diseño, dijo, su negocio ha crecido a una tasa anual constante de 15 por ciento.

Lorena Lock, quien inició Million Cakes en Katy hace 10 años, dijo que el 60 por ciento de su negocio hoy se centra en diseñar pasteles de quinceañer­as. El precio puede ir de 200 a 3.000 dólares por cada uno.

“La gente quiere calidad, no unpastel casero hecho por unamigo de la familia”, cuenta Lock.

Los dueños de los salones de fiestas, incluyendo aMemoGarza,del Centro de Recepción Anais, deben prepararse para recibir a unos 700 invitados para cada evento.

Garza acogió 86 fiestas en 2015 y 100 el año pasado. Ya ha reservado 42 para este año. Los precios de Garza van de 1,200 a 20,000 dólares, dependiend­o de si la familia simplement­e quiere alquilar su lugar o que él también se encargue de coordinar la fiesta.

Para mantenerse al ritmo de la competenci­a, Garza dijo que amplió su negocio en 2014 para incluir servicios de alquiler de salones de fiestas en Victoria, Bay City y El Campo.

“El mercado está inundado”, reveló Garza. Más moderada

Notodoelmu­ndovaa los extremos. Susan Guzmán, por ejemplo, dijo que en la Quince Expo tratará de mantenerse dentro del presupuest­o de 5.000 dólares que fijó para la fiesta de su hija. Recordó que sus hermanas gastaron hasta 20.000 dólares en las fiestas de sus hijas.

Independie­ntemente del rango de precios, las quinceañer­as representa­n unnegocio en crecimient­o. Justo el mespasado, Janet Quezada abrió una nueva tienda, Karla Boutique, con vestidos diseñados al estilo de charros importados desde México, donde el mercado está aún más saturado.

“El mercado mexicano ya se ha convertido en una industria tan madura que es difícil entrar allí como dueñodeun ape queñae mpresa”, dijo Quezada, cuyos precios oscilan entre 890 y 1.800 dólares.

Quezada prevé que las boutiques máspequeña­s aparecerán en Houston para atender mejor a una amplia gamadepres­upuestos para fiestas.

Juárez dijo que la constante demandade los consumidor­es que buscan mayor calidad, a unprecio másalto, hacen que el mercado cambie casi de la noche a la mañana.

“Los cambios están ocurriendo a pasos agiganta- dos”, explicó.

Juárez señaló unpar de ventajas que tiene sobre las empresas que atienden a la industria de las bodas. Primero, no hay estación pico o lenta para las quinceañer­as ya que las niñas cumplen los 15 a lo largo de todo el año. Además, agregó, la tendencia de las familias latinas es pagar todo por adelantado.

Juárez y otros creen que de ahora en másesta industria sólo crecerá, lo que al mismotiemp­o beneficiar­á a los vendedores y también representa­rá undesafío para ellos en los próximos años.

González-Martín, la profesora de UT, dice que hay otras ventajas más sutiles para el crecimient­o continuo y la mayor exposición de las quinceañer­as en Estados Unidos.

“Amedidaque la industria crece, la presencia cultural de los latinos en Estados Unidos no puede ser ignorada”, concluyó.

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Fotos de Annie Mulligan Jóvenes modelan con vestidos de quinceañer­as en el evento llamado My 15 Expo, el domingo 22 de enero de 2017 en Houston.
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Una modelo recibe los últimos retoques en su peinado durante My 15 Expo en Houston.
 ?? Fotos de Annie Mulligan ?? Un grupo de jóvenes hace una demostraci­ón de su coreografí­a de baile frente a potenciale­s clientas durante el evento llamado My 15 Expo, el domingo 22 de enero de 2017 en Houston.
Fotos de Annie Mulligan Un grupo de jóvenes hace una demostraci­ón de su coreografí­a de baile frente a potenciale­s clientas durante el evento llamado My 15 Expo, el domingo 22 de enero de 2017 en Houston.
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Bailarines y modelos escuchan atentament­e mientras reciben instruccio­nes en My 15 Expo.

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