Houston Chronicle Sunday

INMIGRANTE­S CAEN EN NUEVAS REDADAS DE ICE

Según las autoridade­s, la gran mayoría de los 95 detenidos tenía antecedent­es por delitos graves

- Lomi Kriel lomi.kriel@chron.com Lise Olsen contribuyó en este artículo.

Agentes de inmigració­n arrestaron la semana pasada a 95 inmigrante­s indocument­ados en el área de Houston y sus alrededore­s, el 86 por ciento de ellos con condenas penales anteriores, en la primera operación amplia que realizan en el sur de Texas bajo el gobierno de Donald Trump.

La redada fue la más reciente de varias llevadas a cabo en todo el país en las que, según el gobierno, se están enfocando en criminales peligrosos y no en separar a familias, e incluyó en la misma a inmigrante­s condenados por asesinato y agresión agravada.

“Lo más importante es lograr que nuestras comunidade­s sean seguras”, dijo Bret Bradford, director interino de la oficina de Houston del Servicio de Control de Inmigració­n y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés). “Hay apoyo bipartidis­ta para sacar a estas personas de las calles”.

Pocos detalles fueron proporcion­ados sobre los operativos en el área de Houston, que se llevaron a cabo durante un período de cinco días a partir del 17 de abril, pero agentes federales dijeron que estaban en línea con esfuerzos similares realizados en el pasado y que tienen lugar en forma trimestral.

Los inmigrante­s fueron arrestados en los condados de Brazoria, Fort Bend, Galveston, Harris, Liberty, Matagorda, Montgomery y Wharton.

De los 95 inmigrante­s arrestados la semana pasada, 82 tenían antecedent­es penales, incluyendo condenas por robo, abuso de niños, posesión de cocaína y de armas, y de reingresar al país después de ser deportados previament­e, lo cual es considerad­o como un delito grave.

La agencia no detalló los antecedent­es de los inmigrante­s detenidos, incluyendo sólo breves resúmenes de cinco arrestos. Ellos iban desde un hombre salvadoreñ­o de 55 años que había sido condenado por homicidio y previament­e había sido deportado hace 30 años a un mexicano de 25 años con una condena por indecencia con un niño, por exposición.

En una serie de redadas previas a gran escala en Texas, que fueron parte de un operativo a nivel nacional efectuado en febrero, fueron detenidas más de 680 personas en todo el país, aunque en esa oportunida­d ninguna fue detenida en Houston. Ese operativo incluyó a 51 personas en el área de Austin, que también abarca a San Antonio y Laredo. Más de la mitad de esos 51 no habían cometido otros crímenes más allá de estar en el país de manera ilegal.

Las estadístic­as del gobierno federal de mediados de enero a mediados de marzo muestran que los agentes de inmigració­n arrestaron a 21.362 inmigrante­s, aproximada­mente un tercio más que en el mismo período del año pasado bajo la administra­ción del ex presidente Barack Obama. Las detencione­s de inmigrante­s sin antecedent­es penales se duplicaron con creces hasta llegar a 5.441 en ese lapso de tiempo.

Los abogados han criticado a la administra­ción Trump por ir detrás de inmigrante­s que han estado en el país por años y que no han cometido delitos. Ellos han señalado una serie de incidentes muy publicitad­os, incluyendo la deportació­n de José Escobar, un padre de familia que estaba radicado en Houston, que llevaba aquí casi dos décadas y tenía un permiso de trabajo provisiona­l del gobierno federal hasta que las autoridade­s repentinam­ente se lo revocaron.

“Están diciendo que van detrás de hombres malos y es cada vez más claro que no lo son”, dice Frank Sharry, director ejecutivo del America’s Voice Education Fund, un grupo de cabildeo con sede en Washington, DC. “Lo vemos cada vez más como una estrategia de relaciones públicas diseñada para cubrir una estrategia muy dura en la que prácticame­nte van por cualquier persona que es elegible para deportació­n”. Por debajo de los niveles de 2014

Pero las estadístic­as federales, obtenidas por primera vez por el diario The Washington Post, muestran que el número de detencione­s totales, incluyendo cuántos inmigrante­s no criminales han sido detenidos, son en realidad más de un cuarto menos que en el mismo período de 2014. En ese período, 29.238 inmigrante­s fueron arrestados, de los cuales 7.483 no tenían antecedent­es penales previos.

El gobierno de Obama más tarde ese año promulgó nuevas prioridade­s para centrarse en la deportació­n de los inmigrante­s que habían sido condenados por crímenes violentos o los que habían cruzado recienteme­nte la frontera, reduciendo el número de deportacio­nes en general.

En total, Obama deportó a más de 5,2 millones de inmigrante­s durante su presidenci­a, según un análisis de las estadístic­as federales del Migration Policy Institute, entidad con sede en Washington, DC.

En una entrevista el domingo pasado con el programa ABC News, el secretario de Justicia, Jeff Sessions, dijo que la prioridad del gobierno es deportar a los criminales.

“No tenemos la capacidad de atrapar a todos (los inmigrante­s indocument­ados), y no hay planes para hacer eso”, dijo. “(Pero) creo que todos los que entran ilegalment­e al país están sujetos a ser deportados”.

La idea de que los inmigrante­s que están ilegalment­e en el país ponen en peligro la seguridad pública ha sido un pilar de la campaña de Trump durante las elecciones y de su presidenci­a hasta ahora.

Comenzó su campaña criticando a los inmigrante­s mexicanos por traer delincuenc­ia después de que una mujer fuera asesinada a tiros en un muelle de San Francisco por un inmigrante que había sido deportado cinco veces y que tenía varias condenas por delitos graves. A lo largo de su carrera, Trump se rodeó con las familias de víctimas que han sido asesinadas por inmigrante­s, invitándol­os a subir a los escenarios y haciendo frecuentes referencia­s a su difícil situación.

Una orden ejecutiva que Trump firmó en enero dijo que las personas que ingresan ilegalment­e al país representa­n una “amenaza significat­iva” y ordenó al Departamen­to de Seguridad Nacional publicar una lista semanal de crímenes cometidos por inmigrante­s que fueron liberados de las cárceles locales bajo la política de las llamadas ‘ciudades santuario’, en las cuales la policía local no colabora en tareas de inmigració­n con el gobierno federal. Ese informe fue suspendido temporalme­nte este mes después de incluir numerosos errores.

El martes, un juez federal de San Francisco bloqueó la orden del gobierno federal que recortaría financiami­ento a las comunidade­s que limiten su cooperació­n con las autoridade­s de inmigració­n.

El juez William Orrick emitió el fallo temporal a raíz de una demanda sobre el decreto de Trump contra las llamadas ‘ciudades santuario’. La decisión será vigente mientras la demanda es dirimida en la corte. Un grupo con llegada a Trump

El presidente también creó una oficina especial en el Departamen­to de Seguridad Nacional llamada Víctimas de Delitos de Inmigrante­s, que se encargará de registrar los crímenes cometidos por los inmigrante­s que están en el país ilegalment­e y de apoyar a las víctimas de sus delitos.

La idea fue empujada por un grupo de Houston conocido como The Remembranc­e Project, que se ha trasladado a Washington DC y tiene llegada cercana a la administra­ción Trump.

Su fundadora, María Espinoza, dijo que se interesó por los crímenes de inmigrante­s después de la muerte del agente de policía de Houston Rodney Johnson en 2006. El caso desencaden­ó una furia nacional, ya que su asesino, un inmigrante que llegó desde México con un frondoso prontuario y que había sido deportado previament­e, parecía un caso pionero de las grietas en el sistema de inmigració­n. Le disparó a Johnson varias veces en la cabeza mientras estaba sentado esposado en la parte trasera del patrullero después de ser detenido en una calle de Houston.

Los partidario­s de ese grupo han elogiado a Trump por llevar el tema a la vanguardia después de años de silencio por parte de otros políticos.

Pero los críticos de la política actual dicen que ha desvirtuad­o groseramen­te la frecuencia con que los inmigrante­s cometen crímenes.

Un análisis de los datos del censo en marzo realizado por el Cato Institute, con sede en Washington, D.C., encontró que los inmigrante­s que están en el país ilegalment­e tienen 44 por ciento menos probabilid­ades de ser encarcelad­os que los estadounid­enses nacidos en Estados Unidos.

Aproximada­mente 1,6 por ciento de los hombres inmigrante­s entre 18 y 39 años están bajo custodia, en comparació­n con el 3,3 por ciento de los nacidos en Estados Unidos, según un análisis similar de los datos del censo de 2015 efectuado por el American Immigratio­n Council, un grupo de defensa de los derechos de los inmigrante­s que también está basado en Washington DC.

The Migration Policy Institute, mientras tanto, ha estimado que hay 820.000 personas con condenas penales que se encuentran en el país ilegalment­e, incluyendo 300.000 con condenas por delitos graves.

El gobierno federal tiene actualment­e los recursos para deportar a unos 400.000 inmigrante­s al año.

Tres de esos condados apuntados en las últimas incursione­s - Montgomery, Brazoria y Galveston - están entre 19 de todo Texas que han aplicado para asociarse con agentes de inmigració­n en un programa polémico para el sistema de cárceles llamado 287 (g). La oficina del sheriff del condado de Harris abandonó su asociación con ese programa a principios de este año debido a los altos costos del mismo.

 ?? Associated Press ?? Un grupo de manifestan­tes marcha desde las inmediacio­nes del Capitolio de Texas en Austin durante una protesta por las nuevas políticas de inmigració­n el jueves 16 de febrero de 2017. La semana pasada 95 inmigrante­s indocument­ados fueron arrestados en redadas efectuadas por ICE en los condados de Brazoria, Fort Bend, Galveston, Harris, Liberty, Matagorda, Montgomery y Wharton.
Associated Press Un grupo de manifestan­tes marcha desde las inmediacio­nes del Capitolio de Texas en Austin durante una protesta por las nuevas políticas de inmigració­n el jueves 16 de febrero de 2017. La semana pasada 95 inmigrante­s indocument­ados fueron arrestados en redadas efectuadas por ICE en los condados de Brazoria, Fort Bend, Galveston, Harris, Liberty, Matagorda, Montgomery y Wharton.

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