Messi recupera la magia con el ‘Barsa’

Lionel Messi no se dejó intimidar. En el primer tiempo del clásico del domingo entre el Barcelona y el Real Madrid, Marcelo le aplicó un alevoso codazo que le partió la boca y lo dejó sangrando.

El golpe del lateral brasileño, que venía de ser la gran figura del equipo ‘merengue’ en la clasificación para las semifinales de la Champions League, pasó desapercibido para el árbitro y sus asistentes, pero no para el orgullo del atacante del ‘Barsa’, que respondió con dos goles para guiar al conjunto catalán hacia un triunfo clave en la lucha por el título de liga.

Messi, duramente criticado junto a sus compañeros luego de la eliminación en la Champions a manos de la Juventus, dejó estupefacto al público que colmó el estadio Santiago Bernabéu y que había llegado al clímax con un gol unos minutos antes que les permitía igualar y mantener su ventaja en la tabla de posiciones frente a los visitantes y principales escoltas.

Después de anotar el tercer gol, y segundo de su cuenta personal, sobre la hora con un potente zurdazo que superó al portero costarricense Keylor Navas, Messi se paró desafiante frente a los seguidores del Real Madrid, se sacó la camiseta y se las mostró con su número 10 y su apellido. Obviamente fue amonestado por el árbitro, pero poco le importó.

Fue una prueba para aquellos que siempre le han pedido a Messi un poco más de la sangre caliente que, por ejemplo, tenía su compatriota Diego Maradona a la hora de jugar, esa prueba de gallardía y valentía para expresarse con y sin el balón en los pies dentro de la cancha y en el escenario más difícil para un jugador del conjunto ‘blaugrana’.

Con esos dos goles llegó a 23 en el clásico español, con una cómoda ventaja de cinco sobre el portugués Cristiano Ronaldo, que está igualado con el argentino Alfredo Di Stéfano, otra de las glorias del Real Madrid. Esta temporada ha anotado 47 goles en 46 partidos y llegó a los 500 con el Barcelona.

Con 29 años, aún puede seguir sumando. Buscará más goles y más títulos con el Barsa, con el que está a punto de renovar otra vez su contrato, y también tratará de rescatar a la selección de su país en la ruta hacia el Mundial de Rusia 2018.