México paga caro por su falta de gol
Con un merecido gol de tiro libre en el epílogo de la segunda semifinal de la Copa de Oro, Jamaica hundió al ‘Tri’ en el desconcierto y profundizó los problemas para Juan Carlos Osorio, que si bien no estuvo en el banco de suplentes debido a una suspensión, es sin dudas el responsable del equipo.
México, que tampoco había podido anotar frente a los caribeños en el empate de Denver en la fase de grupos, casi no tuvo tiempo ni ideas para reaccionar luego del golazo de Kemar Lawrence y Jamaica se impuso por 1-0 para avanzar por segunda vez en forma consecutiva a la final del máximo torneo regional de la CONCACAF, que disputaba el miércoles en la noche frente a Estados Unidos (al cierre de esta edición) en Santa Clara, California.
México volvió a sufrir en el Rose Bowl de Pasadena, California, por su preocupante falta de gol.
Sin sus principales jugadores de clubes europeos, como Javier Hernández, Carlos Vela, Andrés Guardado y Héctor Moreno, entre otros, esa falencia que ya se había notado en la Copa Confederaciones de la FIFA disputada en Rusia (donde sí contó con sus figuras), fue más evidente.
La opción más clara de gol quizás estuvo a cargo del artillero del Dynamo Erick Torres, pero el ‘Cubo’ no pudo anotar con un cabezazo después de un centro que le envió Elías Hernández, de lo mejor de este ‘Tri B’ en todo el torneo aunque algo intermitente.
El juego timorato de este equipo alternativo de Osorio, conducido desde el banquillo por su colaborador Pompilio Páez, estuvo lejos de lo ideal. Haber avanzado en una hipotética definición por penales hubiera sido como un espejismo.
Al tratar de justificar la eliminación después del partido disputado en la noche del domingo, Paéz rechazó hacer referencia a la palabra fracaso. Caer en semis de la Confederaciones pueda no ser un fracaso para México, pero hacerlo en la Copa de Oro, por más que no cuente con sus figuras, en la defensa del título y en un torneo donde se consagró siete veces, sí lo es.
México está casi clasificado para el Mundial de 2018, aunque Osorio, si llega a Rusia, tiene mucho trabajo por delante. Reconocer los errores es el primer paso en la dirección correcta.