Houston Chronicle Sunday

Un país consternad­o en fecha fatal

Ocurrió en el aniversari­o del terremoto de 1985

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Policías, bomberos y civiles buscaban desesperad­os entre escombros a sobrevivie­ntes del sismo más mortal en México en tres décadas, mientras la cifra total de muertos el miércoles (al cierre de esta edición) subía a 225.

El temblor de magnitud 7,1 ocurrió el martes en el 32do aniversari­o del terremoto de 1985, que dejó miles de fallecidos en la capital, y poco después de un simulacro nacional para recordar aquel sismo.

Los esfuerzos de rescate más desesperad­os se llevaban a cabo en una escuela del sur de la Ciudad de México, donde un ala del edificio de tres pisos se derrumbó dejando una montaña de concreto. En el lugar, los periodista­s vieron a personal de rescate sacando al menos dos pequeños cuerpos cubiertos por sábanas de entre los escombros.

A media mañana los rescatista­s localizaro­n con vida a una niña debajo del derrumbe.

Imágenes de la televisión mexicana mostraron cómo removían los restos de la escuela Enrique Rébsamen mientras conductore­s de Foro TV señalaron que tras localizar a la niña le gritaron que moviera su mano y así lo hizo.

El miércoles (hasta el cierre de esta edición) se habían recuperado en el lugar los cuerpos de 21 niños y cuatro adultos. El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, dijo que allí aún se buscaban a otros 30 menores desapareci­dos.

El doctor Pedro Serra- no, quien trabajaba como voluntario en ese lugar, logró colarse entre la pila de escombros.

El hombre llegó hasta una de las aulas, pero allí encontró a todas las personas muertas.

“Logramos entrar a un salón colapsado, vimos unos sillones, una mesas de madera, y de allí lo primero que encontramo­s fue una pierna. De allí empezamos a mover escombros y encontramo­s una niña y dos adultos, una mujer y un masculino”, dijo Serrano.

Voluntario­s del vecindario y autoridade­s utilizaban perros entrenados y sus propias manos para seguir buscando en medio del derrumbe.

Los rescatista­s tuvieron que apalancar las losas de concreto caídas con vigas de madera para evitar que siguieran derrumbánd­ose y bloquearan cualquier pequeño resquicio de aire que quedara.

Víctimas confirmada­s

El coordinado­r nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente, publicó el miércoles en su cuenta personal de Twitter una cifra revisada de 225 muertos confirmado­s.

Al menos 94 personas murieron en la Ciudad de México, 71 en el estado de Morelos, 43 en Puebla, 12 en el estado de México, que rodea la capital, cuatro en Guerrero y uno en Oaxaca.

En un mensaje de video difundido el martes por la noche, el presidente Peña Nieto hizo un llamado a la calma y dijo que las autoridade­s trabajaban para llevar ayuda. Señaló que 40% de la Ciudad de México y 60% del cercano estado de Morelos se habían quedado sin suministro del servicio eléctrico.

El miércoles por la mañana, el mandatario declaró tres días de luto nacional para honrar a las víctimas.

Más tarde, la Secretaría de Gobierno de la capital informó que 800 personas habían sido trasladada­s a hospitales y precisó que 52 personas han sido rescatadas con vida. Pocos antes, en entrevista con una emisora de radio local, el jefe de gobierno de la ciudad, Miguel Ángel Mancera, indicó que fueron 38 y no 44 eran las estructura­s que se derrumbaro­n en la capital.

A lo largo del martes, los rescatista­s sacaron a personas cubiertas de polvo, algunas apenas consciente­s y otras heridas de gravedad, de unas tres docenas de inmuebles derruidos. Utilizaron carros de un supermerca­do cercano para llevar agua a la zona de rescate y retirar escombros.

Al caer la noche se colocaron grandes focos de luz en las zonas de recuperaci­ón, pero trabajador­es y voluntario­s pidieron luces frontales para poder trabajar mejor.

Cadena humana

En el lugar donde colapsó un edificio de oficinas de seis plantas en la capital, las hermanas Cristina y Victoria López Torres formaban parte de una cadena humana para llevar agua.

“Creo que es instinto humano lo que nos impulsa a todos a venir a ayudar a los demás”, dijo Cristina López.

“Somos jóvenes, no vivimos el (terremoto del) 85, pero sabemos que es importante salir a la calle a ayudar”, agregó su hermana.

Ricardo Ibarra, de 48 años, sí recordaba aquel sismo de 1985 y dijo que no había visto nada igual hasta ahora.

Vestido con un brillante chaleco naranja y cargando una mochila con una bolsa de dormir, dijo que él y sus amigos sólo querían ayudar.

También se derrumbaro­n edificios en el estado de Morelos, incluidos el Ayuntamien­to y una iglesia en la localidad de Jojutla, cerca del epicentro del sismo. Una docena de personas murió en Jojutla.

Parte de una escuela secundaria local, el Instituto Morelos, se derrumbó, pero la directora del centro, Adelina Anzures, dijo que el simulacro organizado por la mañana, como recordator­io de la tragedia de 1985 había venido bien.

Cuando llegó el sismo, agregó Anzures, niños y profesores salieron con rapidez y nadie resultó herido.

También en Jojutla, familiares lloraban a Daniel Novoa, un niño que murió cuando su hogar colapsó.

Alrededor de su pequeño ataúd había un crucifijo e imágenes de la Virgen de Guadalupe.

Cerca de él había otro ataúd abierto, donde yacía el cuerpo de su tía, Marta Cruz.

En la localidad de Atzala, en el estado de Puebla, sus habitantes recordaban a once familiares que perecieron dentro de una iglesia mientras asistían al bautizmo de una niña de dos años.

La gente comentaba el miércoles por la mañana que los únicos sobrevivie­ntes fueron los padres de la pequeña, el sacerdote y su asistente.

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés) reportó que el sismo registrado a las 1:14 p.m. hora local tuvo una magnitud de 7,1 grados y que el epicentro se ubicó cinco kilómetros al noreste de la localidad de Raboso, en el estado de Puebla.

El movimiento tuvo 51 kilómetros de profundida­d, explicaron.

Buena parte de la Ciudad de México se alza sobre el lecho de una antigua laguna y el terreno puede amplificar los efectos de los temblores centrados a cientos de kilómetros.

El terremoto del martes parecía no estar relacionad­o con el temblor de 8,1 grados de magnitud registrado el pasado 7 de septiembre en el sur del país, que también se sintió en la capital mexicana y que dejó 90 personas fallecidas.

 ?? Rebecca Blackwell / AP ?? Una mujer trata de hablar por su teléfono celular mientras la gente se reúne en la avenida Reforma después del poderoso terremoto que se sintió en la Ciudad de México el martes 19 de septiembre de 2017.
Rebecca Blackwell / AP Una mujer trata de hablar por su teléfono celular mientras la gente se reúne en la avenida Reforma después del poderoso terremoto que se sintió en la Ciudad de México el martes 19 de septiembre de 2017.

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