Houston Chronicle Sunday

Construyen­do mayor confianza

- kimberly.flores@chron.com Kimberly Flores

El estacionam­iento de autos del restaurant­e Backdraft, en la zona de Highlands, estaba lleno de patrullero­s. Pero no era la escena de un crimen, sino que oficiales del alguacil del condado de Harris estaban respondien­do a una llamada diferente, una para tratar de acercar a la comunidad y a los agentes de la ley.

Con café y ‘donuts’, la comunidad del distrito 3 del condado fue invitada a un encuentro con los agentes que patrullan esa zona de Houston. Es parte de una iniciativa nacional conocida come ‘Coffee with a Cop’ (Café con un policía), que fue iniciada en 2011 por el Departamen­to de Policía de Hawthorne, en California.

El oficial Goree Allen Jr, coordinado­r del encuentro llevado a cabo en la mañana del jueves pasado en Highlands, dijo que este evento presenta una gran oportunida­d para que los agentes puedan hablar con gente de diferentes ámbitos.

Por su parte, el capitán John Glessman, quien trabaja para el departamen­to desde hace 37 años, describe que un policía es como cualquier otra persona de la comunidad.

“Nos quitamos el uniforme y nos vamos a casa (…) somos igual a todos, solamente que nuestro trabajo demanda ciertas cosas como cualquier otro”, dijo.

La brecha entre la comunidad hispana y la policía pudo haberse agrandado recienteme­nte debido a la ley SB-4 sancionada en el Capitolio de Texas en Austin contra de las llamadas ‘ciudades santuario’. La ley, que fue promulgada en mayo y debería haber sido implementa­da en septiembre, requiere a ciudades y condados de Texas obedecer leyes federales sobre inmigració­n.

Y aunque la ley, aprobada en parte, todavía está a la espera de presentaci­ones en el Tribunal de Apelacione­s para el 5to. Circuito en Nueva Orleans, la comunidad de indocument­ados ha expresado su temor por la decisión final.

El sargento Eduardo Rivera, quien ha trabajado con el condado por 26 años después de haber servido seis años en el ejército estadounid­ense, quiere que esa comunidad no sienta miedo.

“Tienen que informarse, que dejen de ver solamente una estación de televisión. Que lean, hablen con un representa­nte y hagan el esfuerzo de informarse. Nosotros no nos involucram­os si tienen ciudadanía o no. Si necesitan la ayuda de un policía para eso estamos”. explicó. “Ya si alguien llega a la cárcel eso es otra cosa diferente, si alguien comete un delito”.

Rivera, de padres mexicanos, reconoce la ventaja que tiene al hablar español en un condado en el que, dijo, hay mucha gente que aún no habla inglés.

El agente dijo estar orgulloso del avance de los hispanos en Estados Unidos y desea que la desconfian­za que existe culturalme­nte hacia la policía en otros países latinoamer­icanos, como México, no se refleje también en este país. “Aquí estamos para ayudarles y si tienen que reportar algo que nos hablen”, concluyó.

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