Víctimas de robo de salarios tras Harvey
Muchos no han recibido el dinero acordado por su trabajo
JORNALEROS: han ayudado en la recuperación, pero aún no han recibido el dinero que les habían prometido.
En las semanas posteriores al huracán Harvey, los jornaleros no tuvieron problemas para encontrar trabajo como contratistas en todo Houston y el país ayudando a propietarios y contratistas en labores de reconstrucción.
Para Cristóbal, un inmigrante guatemalteco que pidió no ser identificado con su apellido porque no tiene documentos migratorios en regla, esta fue una oportunidad de ganar dinero constante: 150 dólares al día por derribar y reemplazar el techo de un depósito.
Al principio, Cristóbal obtenía un fajo de dinero en efectivo todos los días, que le era entregado por el chofer que transportaba a los jornaleros al sitio de trabajo. Pero a medida que el proyecto se acercaba a su final, los pagos dejaron de llegar hasta que a Cristóbal le debieron $1.350. Aún está esperando que le paguen e intenta que el contratista conteste su teléfono.
“Todo lo que quiero es el dinero que me prometieron”, dijo.
Cristóbal no está solo. Más de una cuarta parte de los jornaleros de Houston fue víctima de robo de salarios en las primeras cuatro semanas de recuperación luego del huracán Harvey, según un reciente reporte encargado por el grupo local de defensa laboral Centro de Trabajadores Fe y Justicia, y publicado por la Universidad de Illinois en Chicago. El monto de los salarios no pagados oscila entre $212 y $2.700 por trabajador, de acuerdo con los hallazgos, basados en una encuesta entre 361 jornaleros en el área de Houston.
El robo de salarios es una amenaza común en la industria de la construcción, especialmente durante las frenéticas carreras por la reconstrucción después de un desastre natural. Sin embargo, los investigadores encontraron que los jornaleros indocumentados son particularmente vulnerables. A menudo son blanco de contratistas inescrupulosos que emplean a trabajadores sin capacitación, reducen la seguridad laboral y roban los salarios, confiados en que el miedo de los jornaleros a la deportación los mantendrá en silencio.
Poco después de Harvey, trabajadores como Cristóbal fueron contratados en masa en toda la ciudad, según Rodolfo Elizalde, jornalero y miembro de la junta directiva de Fe y Justicia. En cuestión de semanas, muchos comenzaron a informar que los contratistas estaban retrasando los pagos. Algunos empleadores dejaron incluso de aparecer para no tener que pagar.
Ervin, un electricista indocumentado y trabajador de la construcción, dijo que laboró dos meses ayudando a reparar un asilo de ancianos en Sugar Land. Una semana antes de que se completara el proyecto, el contratista dejó de pagarle. Le deben $920, pero teme que reportar el robo de salarios a la policía o a una agencia gubernamental termine con su arresto.
Por lo general, trabajadores inmigrantes, muchos de ellos indocumentados, acuden a zonas de desastre para encontrar trabajo. Pero pocos han llegado a la región para aliviar la aguda escasez de mano de obra que está frenando la recuperación de Houston, según investigadores.
Marianela Acuña Arreaza, directora ejecutiva de Fe y Justicia, dijo que las políticas y leyes dirigidas a reforzar acciones policiales contra inmigrantes indocumentados en Texas y en el resto del país pueden haber contribuido a disuadir el influjo de trabajadores para participar en la recuperación tras Harvey.
Acuña mencionó la Ley SB-4 aprobada por el Senado de Texas como ejemplo de políticas que están limitando la disponibilidad de mano de obra. Esta ley permite que los agentes de la policía en Texas cuestionen el estatus migratorio de los detenidos, aunque la misma aún está siendo desafiada en una corte federal.
Esto “está creando un ambiente escalofriante para los trabajadores”, dijo Nik Theodore, autor del informe y profesor de planificación urbana y política en la Universidad de Illinois. Los partidarios de la SB-4, sin embargo, argumentan que la ley es una medida de seguridad pública destinada a proteger a la ciudadanía contra potenciales delincuentes que están aquí ilegalmente.
Stan Marek, director ejecutivo de la firma de construcción de Houston Marek Bros., dijo que la escasez de mano de obra es mala para los negocios. Mucho antes de que Harvey atravesara la Costa del Golfo, la industria de la construcción se enfrentaba ya a una escasez de trabajadores. En agosto, la asociación gremial Associated General Contractors of America realizó una encuesta que determinó que 70 por ciento de las empresas de construcción tenían dificultades para satisfacer su demanda de trabajadores de labor por hora.
Marek afirmó que se ha visto forzado a rechazar proyectos porque no tiene suficientes trabajadores, lo cual, dijo, ha significado también demoras significativas en la terminación de contratos.
“Una de las consecuencias de lo que ha estado sucediendo como resultado” de las nuevas políticas “ha sido exacerbar la escasez de mano de obra en la construcción”, agregó el empresario, que ha propuesto la creación de un programa de estatus temporal para trabajadores indocumentados que hayan vivido en la ciudad durante al menos cinco años. Eso, dice, permitiría que más contratistas encuentren trabajadores, les paguen con registros de cuentas, y que sean protegidos contra robos de salario, condiciones inseguras y otras prácticas inescrupulosas. ileana.najarro@chron.com Twitter: @Ileananajarro