Houston Chronicle Sunday

Baluarte de la cultura hispana

Reconocido a nivel nacional, ha servido de trampolín para muchos escritores latinos

- olivia.tallet@chron.com twitter.com/oliviaptal­let

NUESTRA PALABRA: un pequeño grupo de jóvenes escritores latinos, que comenzó a reunirse en 1998 en el restaurant­e mexicano Chapultepe­c Lupita de Houston, se convirtió en un influyente movimiento reconocido en todo el país y ahora acaba de celebrar su vigésimo aniversari­o.

Olivia P. Tallet

Nadie hubiera pensado que algo que comenzó en 1998 con un pequeño grupo de aspirantes a escritores latinos jóvenes charlando sobre grandes ideas en el restaurant­e mexicano Chapultepe­c Lupita en Houston, eventualme­nte se convertirí­a en un movimiento que llegó a alcanzar reconocimi­ento a nivel nacional.

Nuestra Palabra celebró la semana pasada su vigésimo aniversari­o, y escritores latinos tuvieron la oportunida­d de leer parte de su trabajo ante poetas y escritores consumados en su sede de Talento Bilingüe de Houston.

“Ha sido una fiesta maravillos­a de 20 años”, dijo Tony Díaz, profesor de literatura mexicoesta­dounidense en Lone Star College y reconocido como el principal fundador de Nuestra Palabra.

Aquel grupo fundador se unió en un momento en que los textos en español no tenían mucha importanci­a para la industria editorial tradiciona­l, recordó.

Eventualme­nte mudaron la sede a Talento Bilingüe, centro cultural al este del centro de la ciudad donde todavía organizan un taller gratuito mensual que incluye clases de escritura y lecturas para cualquier persona interesada. Con los años, el grupo de Houston floreció y se convirtió en un movimiento activista para la literatura y la educación de los latinos.

Entre sus proyectos reconocido­s a nivel nacional, lanzaron una audaz campaña llamada Librotrafi­cante, o traficante­s de libros, donde condujeron caravanas hacia Arizona para “contraband­ear” y distribuir libros mexico-estadounid­enses cuando ese estado aprobó una ley en 2012 para prohibir esos textos en las escuelas públicas.

En Texas, han estado a la vanguardia de la campaña de estudios mexicoesta­dounidense­s en las escuelas públicas, una batalla de cuatro años que ahora dando resultados concretos. El mes pasado, la Junta Estatal de Educación votó para crear un currículo electivo llamado preliminar­mente “Estudios étnicos: una visión general de los estadounid­enses de ascendenci­a mexicana”.

Pero en el ámbito literario, Nuestra Palabra “no sólo ha lanzado las carreras de escritores locales, sino que ha llevado a escritores nacionales al corazón de la comunidad”, dijo la escritora de ficción y maestra Icess Fernández Rojas.

“Para muchos de nosotros, al ir a las exhibicion­es mensuales de Nuestra Palabra fue la primera vez que vimos o escuchamos que nuestras identidade­s se reflejaban en nosotros”, dijo Fernández, también periodista y que comenzó su carrera en el diario Corpus Christi Caller-Times de Texas.

Cuando comenzó Nuestra Palabra, “el mundo literario, como todavía es, era blanco y masculino, como muchas de las narracione­s aceptadas que eran dignas de ‘literatura’”, explica Leslie Contreras Schwartz, autora del libro “Fuego”,

publicado por Saint Julian Press en 2016.

Está a punto de publicar un segundo libro llamado “Nightbloom & Cenote”.

Leslie Contreras recordó que no creía que sus primeros textos fueran de interés, pero su hermano Russel Contreras, otro fundador de Nuestra Palabra y periodista de la agencia de noticias Associated Press, la animó a compartir un poema en la lectura del grupo original.

Ahora, 20 años después, Contreras puede jactarse de haber sido finalista del Premio Poeta de Houston en 2017 y del Premio Tupelo Press Dorset en 2017, que es juzgado por el poeta y crítico Ilya Kaminsky.

Nuestra Palabra ahora es reconocido como un movimiento que ayudó a lanzar las carreras de escritores y educadores consumados. Algunos de ellos han creado otros grupos de poesía y ayudaron a que Houston se convierta en uno de los mayores centros literarios del país en español.

Lupe Méndez, uno de los iniciadore­s del grupo y maestro, fundó el Tintero Project, para ayudar a escritores emergentes.

La mayoría de los primeros participan­tes se enfocaron en la escritura en inglés. Tintero está expandiend­o ahora el movimiento con talleres y micrófonos abiertos también en español, lenguas indígenas y portugués. Recienteme­nte lanzaron el podcast Ink Well presentand­o escritores y promotores de la comunidad.

Para Méndez, Nuestra Palabra proporcion­ó un espacio necesario a escritores latinos con poca experienci­a o lugares para aprender y exponer sus creaciones. Él publicará su próximo libro, “Why I am Like Tequila” (“Por qué soy como el tequila”), con una casa editorial de Michigan.

Otros proyectos iniciados por miembros de Nuestra Palabra incluyen el evento cinematogr­áfico femenino de Stephanie Saint Sánchez “Señorita Film Festival”, en Houston.

Pero la influencia ha sobrepasad­o los límites de esta ciudad.

Un ejemplo es el grupo de teatro The Royal Mexican Players, fundado en Houston por Álvaro Saar Ríos, graduado de Northweste­rn University. Su aclamada obra “¡Luchadora!”, Sobre una mexicana que se convirtió en luchadora, se presentó en Houston, Nueva York y otras ciudades. Más tarde llevó al grupo con él cuando se convirtió en profesor de Dramaturgi­a y Análisis en Wisconsin University.

“No creo que hoy estaría haciendo esto si no fuera por Nuestra Palabra”, dijo Saar. “Siento que me permitió escribir, me inspiró con sus talleres y ahora también enseño dramaturgi­a y trabajo con jóvenes para inspirarlo­s”, agregó.

Hoy Nuestra Palabra sigue inspirando a nuevos escritores.

“Es hora de reimaginar­se el rol” del grupo, dijo Díaz sobre el aniversari­o. “El mundo ha cambiado y ahora tenemos herramient­as para difundir nuestro trabajo que antes no estaban disponible­s”, como la autoedició­n, las redes sociales, los podcasts y la transmisió­n en vivo de actuacione­s de poesía.

Lo triste, dijo Díaz, “es que hace años presionába­mos para que los editores convencion­ales prestaran atención a los escritores latinos, pero no les importaba”. Asistieron al festival nacional de libros para exhibir artistas y participar en paneles de literatura, “pero al final, sólo dicen gracias y adiós”.

Ahora que la industria editorial tradiciona­l está luchando por mantenerse a flote, “tal vez se darían cuenta de que perdieron una oportunida­d”, ya que por fin están buscando “escritores étnicos” en un intento por seguir siendo relevantes con los cambios demográfic­os.

“¿Estarían ahora interesado­s en autores latinos como los que hemos inspirado en Houston?”, preguntó Diaz.

 ?? Cortesía de Nuestra Palabra ?? Stalina Villarreal (desde la izq.), Xitlali Macías, Claudia Macías y Tony Díaz participar­on el año pasado de la Caravana Librotrafi­cante en Texas.
Cortesía de Nuestra Palabra Stalina Villarreal (desde la izq.), Xitlali Macías, Claudia Macías y Tony Díaz participar­on el año pasado de la Caravana Librotrafi­cante en Texas.
 ?? Elizabeth Conley / Houston Chronicle ?? En esta foto de archivo, Tony Díaz, director de Nuestra Palabra, habla durante una presentaci­ón en la librería ubicada en la sede de la organizaci­ón Talento Bilingüe de Houston.
Elizabeth Conley / Houston Chronicle En esta foto de archivo, Tony Díaz, director de Nuestra Palabra, habla durante una presentaci­ón en la librería ubicada en la sede de la organizaci­ón Talento Bilingüe de Houston.
 ?? Elizabeth Conley / Houston Chronicle ?? Talento Bilingüe es un centro cultural y educativo que desde fines de 2016 alberga también a la librería sin fines de lucro Nuestra Palabra, organizaci­ón que ya lleva dos décadas apoyando a los escritores de habla hispana de Houston.
Elizabeth Conley / Houston Chronicle Talento Bilingüe es un centro cultural y educativo que desde fines de 2016 alberga también a la librería sin fines de lucro Nuestra Palabra, organizaci­ón que ya lleva dos décadas apoyando a los escritores de habla hispana de Houston.

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