Houston Chronicle Sunday

Separación: parte de una estrategia

Afecta a miles de familias dentro y fuera del país

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MIGRANTES: la separación de familias en la frontera con México llamó la atención y provocó la indignació­n del mundo, pero es apenas una pequeña parte de los planes del gobierno.

La separación de familias en la frontera con México llamó la atención y provocó la indignació­n del mundo, pero es apenas una pequeña parte de los planes del gobierno de Donald Trump para la inmigració­n.

En realidad, el gobierno quiere endurecer el sistema en diversos frentes para poner coto a la inmigració­n y para ello debe soslayar varios fallos judiciales. Quiere encerrar familias por tiempo indetermin­ado, ampliar los espacios de detención y endurecer las normas de asilo, así como las de otorgamien­to de la residencia.

En medio del caos por las familias separadas, muchas iniciativa­s recibieron escasa atención, pero revelan hasta dónde está dispuesto a llegar Trump para impedir el ingreso —tanto legal como ilegal— de inmigrante­s incluso en casos en que la justicia ha fallado contra el gobierno.

Otros gobiernos han enfrentado problemas similares con la inmigració­n ilegal y buscado soluciones parecidas, pero ninguno ha podido cortar el flujo de migrantes a través de la frontera sur, aunque ningún presidente ha realizado una campaña tan altisonant­e sobre el tema.

“Estados Unidos no será un campamento de migrantes ni será una instalació­n para el encierro de refugiados”, dijo Trump días antes de decretar el fin de la separación de niños de sus padres. “No lo será durante mi mandato”.

Los titulares de las últimas semanas se concentrar­on en los reencuentr­os de padres inmigrante­s y sus niños, efectuados por el gobierno bajo orden judicial. La Casa Blanca dijo que “trabajó incansable­mente” para efectuar las reuniones y asegurarse de que los niños tuvieran hogares seguros.

Pero en la misma semana, el gobierno tomó otras medidas contra inmigrante­s, solicitant­es de asilo y de la cédula de residencia, conocida como la ‘green card’.

Estos intentos de desalentar a las familias centroamer­icanas de emprender el viaje al norte quieren enviar un mensaje a los migrantes, y a los partidario­s de Trump de cara a las elecciones legislativ­as: entrar a Estados Unidos será cada vez más arduo, como lo será conseguir los documentos para la permanenci­a legal en el país.

“Me parece que todas estas cosas son parte de un objetivo más grande, el de reducir significat­ivamente la inmigració­n de todo tipo en el largo plazo y, de paso, el verdadero deseo es cambiar el carácter del país”, dijo Doris Meissner, una directiva del servicio de inmigració­n durante el gobierno de Bill Clinton.

Antes de partir hacia Europa días atrás, Trump dio su propia solución al problema de las familias que seguían separadas después del plazo impuesto por la justicia: “no vengan ilegalment­e a nuestro país”.

En Europa, el presidente no ocultó su posición sobre la inmigració­n. Dijo que las políticas europeas están cambiando la “trama de Europa” y destruyend­o la cultura europea. Dijo en entrevista con un tabloide británico que “creo que permitir el ingreso de millones y millones de personas a Europa es muy, muy triste” y luego lo reiteró.

Trump no ha negado su creencia de que su inflexible postura en materia de inmigració­n lo puso en la Casa Blanca, y a principios de año lanzó una batida para que se aprueben medidas de seguridad fronteriza adicionale­s, las cuales incluyen 25.000 millones de dólares para construir un muro a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos.

En abril, el gobierno anunció su plan de acusar penalmente a quienes cruzan la frontera de manera ilegal. Encarceló a algunos de ellos y los separó de sus hijos. Cuando se iniciaron demandas contra el gobierno y la opinión pública se indignó, Trump puso fin a las separacion­es.

El caos por las separacion­es ha colocado al gobierno en la situación incómoda de poner en libertad a familias tras colocarles tobilleras de rastreo —una práctica denunciada por Trump— a la vez que intenta una serie de maniobras legales para endurecer la capacidad represiva.

Dos fallos judiciales en California han limitado las posibilida­des del gobierno de aplicar medidas intransige­ntes. Una lo obligó a poner en libertad a los niños al cabo de 20 días. La otra prohíbe la separación de familias e impone plazos estrictos para reunirlas.

En el intento de cumplir con las sentencias, la Casa Blanca quiere colocar a las familias ante la necesidad de elegir: sigan juntas en un centro de detención o entreguen al menor al gobierno para que lo aloje con un familiar mientras el padre sigue encarcelad­o.

No está claro si el gobierno cuenta con camas suficiente­s para hacerlo, pero está buscando. El Departamen­to de Seguridad Nacional ha solicitado formalment­e 12.000 camas para las detencione­s familiares, 2.000 de ellas en bases militares. El Departamen­to de Defensa recibió el pedido de alojar hasta 20.000 niños no acompañado­s.

Las autoridade­s quieren acelerar el regreso de los inmigrante­s a sus países y dificultar la solicitud de asilo en un sistema judicial atiborrado, cuyas sentencias pueden demorar años. Dicen que demasiadas personas aseguran ser perseguida­s cuando no lo son y que se conceden apenas el 20% de las solicitude­s de asilo.

A los funcionari­os encargados de entrevista­r a los inmigrante­s detenidos en la frontera se les dijo que tuvieran en cuenta una opinión del secretario de Justicia, Jeff Sessions, de que la violencia pandillera y doméstica —la que citan muchos migrantes que huyen del derramamie­nto de sangre en Centroamér­ica— no debe ser una razón para conceder asilo.

La consecuenc­ia será que menos inmigrante­s superarán la entrevista inicial para poder solicitar asilo ante un juez, dijo Megan Brewer, abogada de inmigració­n en Los Ángeles.

Los inmigrante­s que se encuentran legalmente en el país también enfrentará­n problemas.

Desde que asumió, el gobierno ha eliminado el estatus de protección de cientos de miles de personas de países que se recuperan de guerras y desastres naturales, ha reducido el número de refugiados a los que permite el ingreso y ha dicho que buscará despojar de la ciudadanía a los sospechoso­s de mentir para obtenerlas. Adicionalm­ente, los solicitant­es de residencia y otros beneficios enfrentan esperas más largas y preguntas más detalladas.

Pedidos de investigac­ión

Mientras tanto, líderes bipartidis­tas de la Comisión de Asuntos Judiciales del Senado solicitaro­n el lunes una investigac­ión federal a las acusacione­s de abuso sexual, y maltrato físico y emocional a inmigrante­s en los centros de detención del gobierno, y afirmaron que los abusos podrían haber ocurrido desde 2014 o antes.

Después de las críticas al presidente Donald Trump por separar a miles de niños inmigrante­s de sus padres, la solicitud de investigac­ión que presentaro­n los senadores, el republican­o Chuck Grassley y la demócrata Dianne Feinstein, se suma a la lista de problemas migratorio­s del gobierno federal.

“Estas acusacione­s de abuso son sumamente perturbado­ras y deben atenderse”, escribiero­n Grassley y Feinstein. “No es un tema partidista, ya que varios reportes indican que podrían haber ocurrido durante años. Los niños y las familias migrantes que se encuentran bajo custodia federal merecen ser tratados con dignidad humana y respeto, y jamás deberían estar sujetos a estas formas de abuso”.

De acuerdo a la carta, las acusacione­s indican “un patrón prolongado” de maltratos, basado en reportes de medios de comunicaci­ón, que describen acusacione­s de abuso durante los últimos años.

La comisión programó una audiencia sobre la decisión del gobierno del presidente Trump de separar a los menores migrantes de sus padres que fueron detenidos ingresando al país sin autorizaci­ón. Trump cesó la práctica después de recibir intensas críticas de miembros de ambos partidos, pero cientos de niños permanecen separados de sus padres, incluyendo más de 400 cuyos padres fueron deportados sin ellos.

Los senadores quieren que los inspectore­s generales del Departamen­to de Seguridad Nacional y del Departamen­to de Salud y Servicios Humanos investigue­n de inmediato las acusacione­s de abuso y difundan cualquier pesquisa previa relacionad­a. También quieren que la indagación estudie “la adecuación de políticas y procedimie­ntos que utilizan tanto el Servicio de Control de Inmigració­n y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), subsidiari­a del Departamen­to de Seguridad Nacional, y el Departamen­to de Salud y Servicios Humanos, para prevenir el maltrato.

La agencia AP reportó que niños retenidos en un centro de detención migratoria de Virginia dijeron que fueron golpeados mientras estaban esposados, que fueron mantenidos en confinamie­nto solitario y dejados desnudos en frías celdas de concreto.

La semana pasada, el juez federal de distrito Dana Sabraw, felicitó al gobierno por reunir a los padres que tenía en custodia con sus hijos, pero también lo criticó por dejar a cientos de familias separadas y advirtió que debe implementa­rse un sistema mejor. Trump aprovechó los elogios para tuitear el lunes que “un juez federal sumamente respetado“había dicho que ”el gobierno de Trump merece el crédito por reunir a las familias ilegales. Gracias, y por favor vean el récord de los gobiernos anteriores ¡nada bueno!”.

La portavoz de Seguridad Nacional, Katie Waldman, dijo que los funcionari­os de la agencia llevan a cabo su labor ”de forma profesiona­l y humana“.

El departamen­to ”está cumpliendo con la ley y mantiene los más altos estándares en el trato de los individuos bajo custodia“, señaló la vocera, añadiendo que las instalacio­nes “pasan constantes inspeccion­es no anunciadas de grupos externos, del inspector general del departamen­to y de monitores ordenados por la corte”.

 ?? Salwan Georges / The Washington Post ?? Karina López y su hija de un año fueron detenidas en junio por agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos cerca de la ciudad de McAllen, en Texas.
Salwan Georges / The Washington Post Karina López y su hija de un año fueron detenidas en junio por agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos cerca de la ciudad de McAllen, en Texas.
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Getty Images En esta foto proporcion­ada por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, personas detenidas por tratar de entrar al país sin autorizaci­ón esperan en una celda del centro de McAllen, Texas, el domingo 17 de junio de 2018.
 ?? Gregory Bull / Associated Press ?? En esta foto de archivo del 13 de junio de 2018, Nicole Hernández, del estado mexicano de Guerrero, se aferra a su madre mientras ambas esperan para solicitar asilo en Estados Unidos en el cruce fronterizo de Tijuana.
Gregory Bull / Associated Press En esta foto de archivo del 13 de junio de 2018, Nicole Hernández, del estado mexicano de Guerrero, se aferra a su madre mientras ambas esperan para solicitar asilo en Estados Unidos en el cruce fronterizo de Tijuana.

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