Houston Chronicle Sunday

Atrapan a asesino en serie

Fue detenido por cuatro muertes y un secuestro

- LAREDO MORNING TIMES

LAREDO: un agente de la patrulla fronteriza confesó que asesinó a cuatro prostituta­s y secuestró a otra que logró escapar.

Poco se sabe sobre Juan David “J.D.” Ortiz, un agente de la Patrulla Fronteriza que confesó haber matado a cuatro trabajador­as sexuales y secuestrad­o a otra, en el Condado de Webb durante el último par de semanas.

Ortiz vivía al norte de Laredo, en la subdivisió­n San Isidro fuera del Loop 20, en la aislada calle Bur Oak Drive. Él tiene una esposa y dos hijos pequeños, reportó el diario The New York Times.

El sospechoso se alistó en la Marina de los Estados Unidos en julio de 2001 y prestó servicio militar hasta mayo de 2009, de acuerdo con informació­n biográfica provista por la Marina.

Durante el curso de su carrera militar, Ortiz fue apostado en Great Lakes, Illinois; el fuerte Sam Houston en San Antonio; la Base del Cuerpo de Marines Camp Pendleton, California; TwentyNine, California; y fue apostado de nuevo en el fuerte Sam Houston de 2005 a 2009.

El rango de Ortiz era de oficial médico, segunda clase. Le fue otorgado el Premio Conjunto de la Unidad Meritoria, la Medalla del Servicio de Defensa Nacional y el Listón de Tiro mientras prestaba servicio en la Marina.

Una portavoz de la Marina se negó a responder preguntas sobre la naturaleza de la baja del sospechoso o si había sido disciplina­do.

El lunes por la tarde nadie respondió en la casa de Ortiz, que parecía estar vacía.

Una de sus vecinas lo describió a él y a su esposa como callados y reservados. Ella dijo que construyer­on su casa en Bur Oak recienteme­nte, en el último par de años.

Otros dos vecinos dijeron que no conocían a la familia Ortiz en absoluto. Un vecino pidió que lo dejaran en paz.

Laredo Morning Times llamó a una docena de miembros de la familia de Ortiz y su esposa, pero nadie pudo ser contactado el lunes.

La Patrulla Fronteriza dijo que no había antecedent­es que sugirieran que Ortiz era capaz de tales crímenes. En una conferenci­a de prensa, un representa­nte de la agencia dijo que tenía un incidente menor en su historial, pero no dieron detalles al respecto.

"Estamos tratando de entrar en la mente de este asesino, para descubrir por qué lo hizo", dijo el Fiscal de Distrito del Condado de Webb, Isidro Alaniz.

"Sabemos que llevó a cabo estos crímenes de una manera fría y cruel", agregó Alaniz, quien dijo que Ortiz aparenteme­nte se había ganado la confianza de sus víctimas, todas trabajador­as sexuales, gracias a encuentros previos.

"Parece haber habido una historia entre Ortiz y esta comunidad... una comunidad que es vulnerable, indefensa y no tiene voz", dijo.

Los registros del condado muestran que Ortiz y su esposa tienen una hipoteca de 240.000 dólares desde diciembre en su casa ubicada en un vecindario de clase media alta en el lado oeste de Laredo. Las autoridade­s no han publicado ninguna informació­n sobre su esposa.

Los registros en línea muestran que los dos se casaron en el condado de Cameron en 2004. Confesión El supervisor de la Patrulla Fronteriza, que según documentos presentado­s en corte. confesó haber matado a cuatro mujeres y haber atacado a otra, que logró escapar, seguía encarcelad­o tras no poder pagar una fianza de 2,5 millones de dólares. El hombre de 35 años está acusado de homicidio, ataque agravado con arma mortal y de retener a personas en contra de su voluntad.

De acuerdo con los expediente­s, Ortiz confesó voluntaria­mente el sábado que mató a las mujeres. El sospechoso fue arrestado un día después de que lo encontraro­n escondido en una camioneta en el estacionam­iento de un hotel en Laredo, al cabo de lo que los investigad­ores describier­on como una saga de violencia de diez días.

Isidro Alaniz, fiscal federal del condado Webb, dijo el sábado que los investigad­ores “consideran que se trata de un asesino en serie” con víctimas que se cree eran prostituta­s.

Alaniz describió cómo el sospechoso, que llevaba diez años con la Patrulla Fronteriza, continuó realizando su trabajo con normalidad durante este período.

“Mientras la policía buscaba al homicida… él se presentaba a trabajar todos los días como siempre”, agregó.

Todo comenzó el 4 de septiembre, cuando fue descubiert­o el cadáver de Melissa Ramírez, de 29 años. De acuerdo con documentos presentado­s en corte, Ortiz dijo haber matado el día anterior a Ramírez. Al igual que las otras víctimas, Ramírez fue asesinada de un disparo en la cabeza y su cadáver fue abandonado en una zona rural del condado Webb, en el noroeste de Texas.

La víctima tenía dos hijos. Su madre, María Cristina Benavides, dijo al diario San Antonio Express-News el domingo que ella salió el sábado a la calle a pedir donaciones para pagar por el funeral de su hija.

“Me duele mucho. Todo lo que quiero es justicia. Quiero que ese tipo muera en la cárcel por matar a mi hija”, dijo Benavides.

Otra víctima, Claudine Anne Luera, de 42 años, fue encontrada gravemente herida de bala en una carretera el jueves por la mañana pero aún con vida, según el expediente. Luera, quien tenía cinco hijos, murió horas después ese mismo día en el hospital.

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Associated Press
 ?? Jerry Lara / San Antonio Express-News ?? Maria Cristina Benavides, de 51 años, muestra una foto y las cenizas de su asesinada hija Melissa Ramirez, de 29 años, en su casa de Río Bravo, Texas.
Jerry Lara / San Antonio Express-News Maria Cristina Benavides, de 51 años, muestra una foto y las cenizas de su asesinada hija Melissa Ramirez, de 29 años, en su casa de Río Bravo, Texas.

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