López Obrador asume el poder
Con la llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador
RELACIÓN: mientras Estados Unidos y México están trabajando para hallar una solución a las caravanas de migrantes centroamericanos que llegan a la frontera, Andrés Manuel López Obrador toma el poder y Donald Trump espera mejorar el vínculo entre ambos países.
Son dos hombres de gran personalidad, ambos con la intención de llevar un cambio dramático a sus sociedades. Son dos países, lado a lado, con una larga historia de comercio amistoso y, a veces, diplomacia hostil.
Mientras Andrés Manuel López Obrador asume la presidencia de México el 1 de diciembre expertos políticos, ex diplomáticos y líderes empresariales se preparan por una posible colisión con el autoproclamado presidente nacionalista Donald Trump.
La confrontación anticipada entre Trump y López Obrador (comúnmente llamado por sus iniciales, AMLO) podría afectar a Texas más que cualquier otro estado dados los miles de millones de dólares en productos suyos que vende al sur de la frontera.
Los posibles puntos en discordia incluyen una política energética cambiante, protecciones comerciales, aumento del tráfico de heroína y metanfetamina y un cambio abrupto de la costosa campaña del gobierno mexicano para enfrentar a los poderosos carteles de las drogas. Pero tal vez lo más grande es la amargura engendrada por las duras políticas de inmigración de Trump y su plan para erigir un muro impenetrable a lo largo de 1.200 millas de la frontera entre ambos países.
“Hay un camino difícil para la relación entre los dos presidentes”, dijo Duncan Wood, director del Instituto del Centro Wilson en México, en una visita reciente a Houston.
López Obrador es un político hábil que fue alcalde de la Ciudad de México de 2000 a 2005 y que fue dos veces candidato a la presidencia antes de ganar en las elecciones de este año. Él y Trump son líderes contundentes, carismáticos, con una propuesta populista y anti-establishment que define a sus políticas, y son expertos en inflamar las pasiones de sus partidarios. Y “no les gustan que los contradigan”, dijo Wood.
De hecho, Trump se ha referido al presidente electo mexicano como ‘Juan Trump’ en reconocimiento a las supuestas similitudes entre él y López Obrador, según un artículo publicado por Americas Quarterly.
Ambos líderes han tomado medidas inesperadas para demostrar su resolución. López Obrador ha puesto a la venta el jet presidencial de 218 millones de dólares, mientras que Trump anteriormente renegoció el precio de dos reemplazos del Air Force One, por lo que dijo haber ahorrado 1.4oo millones de dólares.
Pero López Obrador se ha distanciado de cualquier parecido con Trump, quien, en su opinión, “alimenta el racismo (...) como una estrategia política” y es un líder que ha hecho mucho daño a México, según dijo en una entrevista con la cadena de TV Univisión.
Cambios en México
Observadores dicen que el líder mexicano ya ha dado algunas indicaciones claves del curso que dirigirá.
El plan de AMLO de cancelar la construcción del aeropuerto de la Ciudad de México (proyecto de 13.300 millones de dólares con un tercera parte del trabajo ya completado) envió señales de choque a los sectores de inversión y negocios. El año pasado, con una inversión directa de Estados Unidos en México de 110.000 millones de dólares, aumentaron las preocupaciones acerca de México como un socio comercial confiable.
“Ya tenemos una idea de cómo sería una presidencia de AMLO, ya que el gobierno ha nombrado a muchas de las personas claves para su política y avanzó en algunas promesas de campaña, como su consulta sobre si seguir o no construyendo el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México”, dijo Antonio ‘Tony’ Garza, ex embajador de Estados Unidos en México.
López Obrador le arrebató el poder a Enrique Peña Nieto, cuyo Partido Revolucionario Institucional (PRI) había apoyado los mercados mundiales y el libre comercio. Pero la presidencia de Peña Nieto también se vio obstaculizada por la corrupción sin control y lo que la población mexicana percibió como una postura sumisa cuando Trump se reunió con él e insistió con que México pagaría por el muro fronterizo.
“El nacionalismo de Trump mira hacia afuera; se manifiesta en ataques contra instituciones internacionales y líderes y personas de otros países”, dice Tony Payan, director del Centro México del Instituto Baker.
El nacionalismo de López Obrador, en cambio, mira hacia adentro para restaurar a la clase trabajadora de México con políticas subsidiadas, “buscando restaurar al estado como un agente económico central, y su crítica de la globalización y el acuerdo de libre comercio (norteamericano) tiene que ver con su creencia de que las administraciones anteriores implementaron un modelo económico neoliberal que castigó a los pobres”, opina Payan.
Política energética
La apuesta es alta para el futuro de la relación económica de Estados Unidos con México, su tercer socio comercial más grande con un comercio combinado de 616.000 millones de dólares. México, además, fue el segundo mayor mercado de exportación de productos de Estados Unidos en 2017, mientras que se convirtió en el mayor proveedor de frutas y verduras y otros productos agrícolas, según la Oficina de Representación Comercial de los Estados Unidos. El comercio transfronterizo entre Texas y México fue de 187.000 millones de dólares.
Wood estuvo de acuerdo en que las designaciones de López Obrador señalan hasta ahora un gabinete que se compromete a desentrañar las reformas energéticas promulgadas en 2014 por la administración anterior, y AMLO ya anunció que planea suspender las subastas de contratos de producción de petróleo en el Golfo de México.
“Estoy particularmente preocupado por lo que sucederá con el sector de la energía”, dijo Wood.
Hasta ahora, se han otorgado 110 contratos de petróleo y gas que representan alrededor de 200.000 millones de dólares en inversión extranjera bajo la reforma energética contra el monopolio de la estatal PEMEX, y empresas estadounidenses ganaron el segundo mayor número de contratos después de las privadas mexicanas. Esas reformas energéticas fueron particularmente beneficiosas para la economía de Houston, dado su liderazgo en tecnologías de exploración y producción de petróleo en alta mar.
Pero como mínimo, los cambios de planes para el aeropuerto señalan que López Obrador piensa cumplir con las promesas de su campaña.
En un discurso reciente, se comprometió a “rescatar a la industria del gas y el petróleo”, debido a una disminución en la producción a la que culpó la apertura histórica de PEMEX a la inversión extranjera. Cuando se promulgó, López Obrador acusó al actual presidente de ser un “traidor” por entregar “los recursos naturales del país a extranjeros”.
“La probabilidad de que la próxima administración afecte la forma en que se hacen los negocios en el país en el sector energético es alta”, dijo Garza, quien ahora es asesor legal de la firma de abogados White & Case en la Ciudad de México. “La pregunta es cuán perturbador será y si se considerará que los rendimientos justifican el riesgo adicional”.
“Hasta ahora, el partido de AMLO ha propuesto una legislación dirigida al nuevo marco regulatorio”, dijo Garza. Agregó que ha estado muy activo en temas que tienen que ver con gas y energía, “y esencialmente se opone al fracking, todo lo cual tiene el potencial de afectar a Texas”.
El gobernador de Texas, Greg Abbott está listo para trabajar con la nueva administración.
“Cree que una relación sólida con México, nuestro mayor socio comercial, es esencial para el éxito económico de Texas”, dijo Ciara Matthews, subdirectora de comunicaciones. “A través de la cooperación en infraestructura, energía, comercio y seguridad, Texas y México continuarán fortaleciendo nuestra relación de larga data y traerán una mayor prosperidad a ambos lados de la frontera”.