Houston Chronicle Sunday

La Conmebol, en jaque

- gf.moores@chron.com

FÚTBOL: decidió que la Copa Libertador­es se defina fuera de Argentina debido a la violencia que obligó a postergar la final.

La lucha de poder que ha arruinado la primera final de la historia entre equipos argentinos en la Copa Libertador­es es bien clara: por un lado están Rodolfo D’Onofrio y Alejandro Domínguez, presidente­s de River Plate y de la Confederac­ión Sudamerica­na de Fútbol, mejor conocida como la Conmebol. Y por el otro, Daniel Angelici y Claudio Tapia, presidente­s de Boca Juniors y de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

Cuando Angelici trató de impulsar hace unos años la creación de una liga sudamerica­na con los equipos más populares de la región, lo hizo ante una Conmebol que estaba muy debilitada luego de haber sido sacudida en su cúpula por el escándalo del FIFAgate, que terminó con muchos de sus viejos directivos procesados o detenidos.

Para los llamados clubes ‘grandes’ ese torneo hubiera sido ideal. Ya no necesitarí­an de una buena actuación en las ligas de sus países para participar, ya que no debían ‘clasificar­se’ como sí deben hacerlo para la Libertador­es. Y también era ‘apetecible’ para la TV y los sponsors, porque jugarían siempre los equipos más populares y el negocio estaría asegurado.

Sin embargo, la Conmebol, que estaba en jaque y pasaba a ser liderada por una nueva generación de dirigentes encabezada por el paraguayo Domínguez, sabía que debía cuidar a toda costa los torneos que lleva como buque insignia, la Libertador­es a nivel de clubes, y la Copa América en seleccione­s nacionales.

De los clubes grandes de la región, uno de los principale­s opositores a la idea de Angelici fue D’Onofrio, quien así se congratuló con Domínguez, la nueva cúpula de la Conmebol y también de la nueva FIFA liderada por Gianni Infantino.

Por eso, cuando la serie que disputaban Boca y River hace tres años en los octavos de final de la Libertador­es fue interrumpi­da en el segundo tiempo del partido de vuelta por un inadaptado que roció de gas pimienta en la Bombonera de Buenos Aires al equipo visitante, la Conmebol tuvo la posibilida­d ideal para pasarle factura a Angelici.

Ahora, con la agresión al autobús de Boca que provocó la suspensión de la segunda final en el Monumental, se han invertido los roles, aunque sería extraño que la Conmebol sancione a River con la eliminació­n y todo indica que, de finalmente jugarse, el partido se haría fuera de Argentina.

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Sebastián Pani / Associated Press
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GERMÁN FERNÁNDEZ-MOORES

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