Una Serie Mundial muy disputada
Cada vez son más quienes piden que se usen en las Grandes Ligas
¿ROBOTS?: con cada lanzamiento de la Serie Mundial enviado a la zona de strike que apareció en las pantallas de televisión, el clamor ha ido creciendo: es hora de utilizar robots como umpires. Mientras, Astros y Nacionales definían el título con un séptimo juego, en Houston.
Desde las butacas preferenciales hasta las gradas más alejadas, los más de 40.000 umpires en el Nationals Park estaban seguros de lo que habían visto: la recta de Gerrit Cole a Víctor Robles no pasó por la zona de strike.
Y claramente fue por mucho.
Pero eso no fue lo que Lance Barksdale vio. Cantó un tercer strike a Robles, provocando que el dominicano de Washington diera saltos exasperado, y que todo el estadio silbara al umpire.
Con cada lanzamiento de la Serie Mundial enviado a la zona de strike que aparece en las pantallas de televisión, el clamor crece: es la hora de robots como umpires.
“Ese es tema muy polémico”, dijo el lunes el manager de Houston, AJ Hinch. “Este es un momento importante para abordar temas polémicos. Imagino que siempre es posible”.
“Creo que es un poco ingenuo pensar que sólo hay que dejar que las computadoras definan si es strike o bola”, agregó. “Es increíblemente ingenuo pensar que no se producirán problemas en ese escenario”.
Poco después del ponche de Robles, el manager de Washington, Dave Martínez, se irritó cuando un lanzamiento de uno de sus relevistas no fue señalado como strike.
“¡Qué te pasa Lance!”, gritó el piloto de origen puertorriqueño desde la cueva. ¡Es la Serie Mundial! ¡Despierta!”
Varios umpires supieron del revuelo en Iowa. Se reunieron en Des Moines para el sepelio de uno de sus colegas, Eric Cooper, quien falleció dos semanas después de trabajar en los playoffs de la Liga Americana.
Acabaron charlando sobre los robots umpires.
“La discusión surgió. Y sí, es algo frustrante”, dijo Dale Scott, quien lleva 30 años como umpire en las mayores con asignaciones en la Serie Mundial.
“Nunca vamos a vencer a la tecnología”, dijo. “Pero, ¿quieres un juego de video o un juego disputado por seres humanos”, se preguntó.
Las Grandes Ligas estudian las posibilidades. La Liga de Otoño en Arizona, que reúne a los mejores prospectos, usó computadoras para cantar los lanzamientos durante el último mes.
No tardó en circular un video en el que a Jacob Heyward, promesa de los Gigantes de San Francisco, le señalaban un strike por un lanzamiento que estuvo cerca de picar, y luego fue expulsado por un umpire de carne y hueso por reclamar. Pero los resultados fueron generalmente positivos.
“En gran medida, no es algo que me parezca terrible”, dijo el prospecto de Arizona Seth Beer.
No cabe duda que se hablará mucho sobre los robots en la próxima negociación contractual entre los umpires y MLB.
Mientras tanto, lo que irrita especialmente a los umpires es esa imagen sobreimpuesta que sale en la televisión.
Scott dijo que la zona de strike que MLB usa para evaluar a los umpires no es la misma. Especialmente para los lanzamientos altos.
“La nuestra es más precisa de la que se ve en la televisión”, dijo Scott. ¿Se han fijado cómo la zona es la misma para Aaron Judge y José Altuve?”.
Los umpires volvieron a ser protagonistas el martes, cuando los Nacionales ganaron el sexto juego del Clásico de Otoño
para forzar a un séptimo encuentro (que se disputaba el miércoles, al cierre de esta edición) en la primera Serie Mundial en la historia en que el equipo visitante ha ganado cada uno de los primeros seis compromisos.
“Es algo raro, de verdad no se puede explicar“, comentó Martínez, más sereno tras un partido en que se salió de sus casillas, con respecto a las victorias de visitantes.
Stephen Strasburg ostentó su temple y su mejor recta para lanzar pelota de cinco hits a lo largo de ocho episodios y un tercio, Adam Eaton y el dominicano Juan Soto batearon jonrones solitarios ante Justin Verlander en el quinto acto, Anthony Rendón empujó cinco carreras, incluidas dos con un cuadrangular en el séptimo, y Washington remontó para vencer 7-2 a Houston y volver a dejar en silencio al Minute
Maid Park.
“Quizás ellos disfrutaron de nuestro parque y nosotros del suyo. No vamos a hacer preguntas. Simplemente tenemos que salir a divertirnos”, dijo Rendón.
Acicateados por una decisión adversa de los umpires durante el séptimo inning, los Nacionales aumentaron su ventaja momentos después, cuando Rendón sacudió su vuelacerca frente a Will Harris. Martínez continuó con sus furiosas protestas y fue expulsado durante ese episodio.
Dos coaches debieron detener al el manager boricua de Washington.
En la novena entrada, Rendón agregó un doblete de dos carreras ante Chris Devenski, para dejar el encuentro prácticamente definido.
Max Scherzer, el abridor de los Nacionales, ha recibido una inyección de analgésicos, y pensaba volver a la lomita para abrir el séptimo encuentro por Washington, según informó Martínez. La irritación de un nervio en el cuello le impidió al as encargarse del quinto juego.
Scherzer calentaba en la séptima entrada, antes del garrotazo de Rendón. Se sentó después, y Martínez se convirtió en el primer manager expulsado de un encuentro de la Serie Mundial desde 1996. En aquel año, quien perdió los estribos fue Bobby Cox, de Atlanta.
Los Nacionales intentaban otra remontada, en un año en que se les ha dado por muertos una y otra vez. De lograrlo, conseguirían el primer título en los 51 años de historia de una franquicia que comenzó como los Expos de Montreal. Sería además la primera Serie Mundial conquistada por un club de Washington desde que los Senadores se coronaron en 1924.
Zack Greinke abría el encuentro del miércoles por los Astros, que lideraron las mayores con 107 triunfos en la campaña regular y buscaban su segundo cetro en tres temporadas.
“Desearía que fuera en un parque de la Liga Nacional“, bromeó Greinke antes de disputar el juego decisivo en el Minute Maid Park.
Los visitantes han ganado tres veces seguidas el séptimo juego de la Serie Mundial desde que los Cardenales de San Luis se impusieron a los Rangers de Texas en 2011.
Washington se recuperó tras comenzar la campaña con una foja de 19-31. El 23 de mayo, las casas de apuestas daban a los Nacionales apenas 1,6% de probabilidades de ganar el Clásico de Otoño.
Pero finalizaron con un récord de 93-69, remontaron una desventaja de 3-1 en la octava entrada ante Milwaukee en el juego de comodines y revirtieron un déficit de dos juegos a uno contra los Dodgers en la Serie Divisional. Y ahora perdían por 3-2 esta Serie Mundial y por 2-1 el sexto juego ante los Astros en el quinto acto.