Disputa por cuadro
Gobierno y familia Zapata acuerdan mantener pintura
Cuestionar los símbolos patrios mexicanos puede levantar llagas, y eso es lo que ha pasado con una pintura que muestra al revolucionario Emiliano Zapata desnudo y en una pose afeminada.
La obra provocó recientemente una confrontación en pleno Palacio de Bellas Artes, el principal recinto artístico de la capital, cuando sus detractores atacaron a una decena de personas que defendían la diversidad sexual.
Lo que en un primer momento fue un cruce de insultos acabó con agresiones a puñetazos, empujones e incluso una persona golpeó a un activista con una las banderas verdes que llevaban, símbolo de su organización campesina.
Aunque la exposición se inauguró a finales de noviembre, la polémica por la obra se encendió días más tarde, cuando los descendientes de Zapata dijeron que no permitirían la exhibición de la pintura “La Revolución”, de Fabián Cháirez, que muestra al revolucionario desnudo con tacones y un sombrero ancho rosado, montado sobre un caballo con una erección.
El nieto del líder mexicano, Jorge Zapata González, dijo que presentarían una demanda si la pintura no era retirada. “Para nosotros como familiares es denigrar la figura de nuestro general pintándolo de gay”.
Haciendo eco de esta petición, un centenar de personas irrumpieron luego el museo, ocuparon sus escalinatas centrales y exigieron retirar la pintura del “Caudillo del Sur”, un líder famoso por luchar por los agricultores en la Revolución Mexicana entre 1910 y 1919, año en el que fue asesinado.
“No es libertad de expresión, es libertinaje… Eso es denigrante. No pueden exhibir nuestra historia de esa manera”, dijo Antonio Medrano, portavoz de quienes se manifestaban y exigían al gobierno federal respetar los “grandes íconos” de la historia del país. “No deben permitir semejante burla”, agregó.
Finalmente, la polémica pintura que representa afeminado a Zapata permanece expuesta con una nota adjunta en la que se indica que sus descendientes están en desacuerdo con esa interpretación del personaje histórico.
Así lo indicó la semana pasada la Secretaría de Cultura mexicana en un comunicado en el que anunció que ese fue el acuerdo al que llegaron el Instituto Nacional de Bellas Artes y la familia del general que, además, condenó los actos violentos contra activistas por la diversidad sexual, que habían llegado a defender la exposición, y se deslindaron de quienes los cometieron.
El acuerdo se anunció un día después de que descendientes de Zapata visitaran la exhibición, “Emiliano. Zapata después de Zapata”, que abarca 100 años de representaciones visuales del líder campesino y después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador defendiera la libertad artística y condenara cualquier tipo de censura.
Las autoridades artísticas se comprometieron también a “difundir por todos los medios a su disposición, la dignidad y el homenaje al General Emiliano Zapata, incluyendo una cartilla itinerante sobre su figura y legado, así como retirar de la difusión oficial de la Secretaría de Cultura y del INBAL la publicidad de la obra La Revolución”, agrega la nota de prensa.
Cháirez, nacido en Chiapas en 1987, dijo a medios locales que la pintura, de 2014, no está titulada como retrato de Zapata, quien es normalmente representado como un hombre muy viril con pistolas y traje de charro.
Existen, no obstante, ciertas especulaciones sobre la figura del revolucionario. Vargas explicó que el único dato histórico es que Zapata tuvo una relación laboral con un familiar del dictador Porfirio Díaz, pero como ese hombre sí era homosexual y había participado en una sonada fiesta gay en el año 1901, eso generó mitos en torno al histórico personaje.