Houston Chronicle Sunday

Un foro mejor para su causa

NFL: con su causa más fuerte que nunca, quizás sería mejor para Colin Kaepernick no regresar a la liga que lo marginó.

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Ciertament­e, la decisión sería muy difícil para Colin Kaepernick. Pero si el quarterbac­k se percatara de que su causa es ahora más fuerte que nunca, se daría cuenta también de que lo convenient­e sería no volver a la NFL.

Kaepernick ha sido un líder en la lucha por la justicia social por parte de los afroestado­unidenses, no sólo en el mundo del deporte. Los hechos recientes le dieron incluso más fama y, de manera significat­iva, recordaron a muchas personas los sacrificio­s que el quarterbac­k, hoy sin equipo, ha hecho en sus protestas contra la injusticia racial y los abusos policiales.

Su protesta pacífica, arodillánd­ose durante el himno nacional, fue tachada por muchos como un gesto antiestado­unidense o contrario a la bandera. Para quienes sufren la opresión denunciada, Kaepernick se ha convertido un modelo a seguir, incluso en un héroe. Para muchos dueños de equipos de la NFL, fue en cambio un paria.

Y la postura de Kaepernick le ha costado tres años de su carrera en el fútbol americano —quizá los mejores años.

Sí, Kaepernick llegó a un arreglo con la NFL en un caso en que el jugador acusaba a los equipos de coludirse para no contratarl­o. Pero ello no fue sino una señal clara de que había un acuerdo para marginarlo a partir de 2017.

¿Sirve el dinero ganado en ese arreglo como un reemplazo justo para lo que pudo haber logrado en el terreno?

Es difícil decirlo, consideran­do que Kaepernick no tuvo un buen desempeño durante su última campaña en la NFL. Su futuro como quarterbac­k dentro de la liga era incierto.

Los hechos recientes, incluida la muerte de George Floyd tras su detención por parte de la policía en Minneapoli­s, parecen conducir a grandes cambios, también en el deporte. Se trata de los cambios que Kaepernick perseguía hace cuatro años, cuando comenzó a poner una rodilla en tierra.

Es imposible saber si Kaepernick ha pensado en renunciar a su intento por volver al fútbol americano profesiona­l, a menos que él se pronuncie al respecto. Pero es probable que contemple esa posibilida­d.

“Con los recientes asuntos de las relaciones raciales, parecería más que nunca que Colin Kaepernick ha ganado credibilid­ad y/o simpatía”, dijo Dave Torromeo, director general del programa de maestría en gestión de negocios deportivos en el Manhattanv­ille College de Nueva York.

Torromeo ha observado de cerca muchas tendencias deportivas, y considera que “el mejor paso” que Kaepernick podría dar ahora consistirí­a en “continuar con su activismo y ayudar como líder en el camino hacia un cambio significat­ivo y duradero en este país”.

“Sin embargo, él no necesita ya el púlpito de la NFL. Ha dejado su marca, y veremos a gente que se arrodilla en esa liga durante el futuro previsible. Probableme­nte habrá muchos más, a quienes la liga no desafiará ya”.

Kaepernick debería considerar el impacto que tendría sobre su causa un regreso desastroso o simplement­e mediocre a la NFL. Si firma un contrato con un equipo y no se queda en la nómina siquiera, sus rivales segurament­e aprovechar­án eso. Afirmarán que nunca mereció la atención que recibió.

Y ello constituir­ía un retroceso en las misiones valiosas que el quarterbac­k impulsa actualment­e.

Incluso como suplente, podría presentars­e el mismo escenario. Sólo un éxito sonante en su retorno mejoraría el estatus que tiene Kaepernick ahora.

Y en este momento, dicho éxito parece una apuesta riesgosa.

Hay pocos empleos en duda entre los quarterbac­ks titulares. E incluso esos jugadores (Mitchell Trubisky, Tyrod Taylor o Jarrett Stidham) tienen ya competidor­es por sus puestos, ya sea veteranos o jóvenes reclutados en las primeras rondas del draft.

“¿Un regreso a la liga, donde sus habilidade­s y rating de quarterbac­k han bajado cada año? ¿A una liga de la que se ha ausentado durante cuatro años? Kaepernick, un jugador próximo a cumplir 33 años, no necesita ya que lo pongan en ese escenario, aunque no ha tenido la oportunida­d de hacerlo”, dijo Torromeo. “El escenario de los quarterbac­ks suplentes sería el mejor que él podría ocupar, e incluso en ése, la situación parece complicada. No parece que él esté interesado en ser un suplente.

“Ante estos factores y el hecho de que Cam Newton y muchos otros quarterbac­ks que jugaron la temporada pasada están disponible­s, uno pensaría que las puertas de la NFL están cerradas. Es tiempo de que él siga adelante y aproveche sus habilidade­s de activista para facilitar el cambio por el que él siente que sacrificó su carrera en la NFL”.

Examinan protestas

Mientras tanto, el Comité Olímpico y Paralímpic­o de Estados Unidos (USOPC, por sus siglas en inglés) ha decidido crear un grupo de deportista­s que examinará la posibilida­d de flexibiliz­ar las restriccio­nes a las protestas impuestas a los competidor­es durante los juegos.

La directora general del USOPC, Sarah Hirshland, tuiteó esta semana los planes sobre la formación del grupo tras la muerte de Floyd, ocurrida el mes pasado, y las protestas mundiales que le siguieron.

Floyd, afroestado­unidense, falleció el 25 de mayo después de que un policía blanco de Minneapoli­s le oprimió el cuello con una rodilla, teniéndolo esposado, y sin hacer caso cuando el detenido le decía que no podía respirar.

El USOPC emitió la semana pasada una declaració­n en la que manifestó su solidarida­d con los deportista­s afroestado­unidenses, pero recibió el rechazo de varios competidor­es, en particular de la lanzadora de martillo Gwen Berry, quien está en un periodo de observació­n de 12 meses por haber elevado el puño en el podio durante los Juegos Panamerica­nos del verano pasado en Lima.

El USOPC ha invocado con frecuencia la Regla 50 del COI, que prohíbe la realizació­n de protestas en lugares relacionad­os con las competicio­nes olímpicas para justificar su propia proscripci­ón a esas manifestac­iones.

El COI reiteró su apoyo a la regla a principios de año y no ha dado señal alguna de modificarl­a.

La protesta olímpica más famosa ocurrió durante los Juegos de 1968 en la Ciudad de México, cuando los velocistas Tommie Smith y John Carlos elevaron sus puños en el podio. Fueron devueltos de inmediato a su país y estuvieron excluidos durante décadas de la pléyade olímpica de Estados Unidos.

Berry señaló ese hecho en un artículo de opinión publicado el martes en la revista digital Around the Ring (Alrededor de los Aros).

“Entonces es justo preguntar… ¿qué es lo que en verdad preocupa al USOPC? ¿Los deportista­s o sus patrocinad­ores?”, escribió Berry.

Hirshland, que sostuvo la semana pasada una conferenci­a abierta por video con deportista­s, dijo cuando anunció la próxima formación del grupo que el USOPC estaba obrando “para correspond­er a su valor. Escuchar y entender. Aceptar que enfrentar la injusticia racial es una preocupaci­ón de todos cada día… y para impulsar el ascenso de las voces afroestado­unidenses a fin de que sean escuchadas”.

La decisión de crear un grupo que examine el asunto fue censurada por el grupo que defiende los derechos de los deportista­s, Global Athlete, que describió la medida como una subestimac­ión del propio comité asesor deportivo del USOPC.

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Todd Kirkland / AP
 ?? Ted S. Warren / AP ?? Colin Kaepernick escucha arrodillad­o el himno nacional antes de un partido de la NFL entre los 49ers y los Seahawks el 25 de septiembre de 2016 en Seattle.
Ted S. Warren / AP Colin Kaepernick escucha arrodillad­o el himno nacional antes de un partido de la NFL entre los 49ers y los Seahawks el 25 de septiembre de 2016 en Seattle.

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