Avanzan ensayos contra el COVID
Mientras la pandemia sigue tomando fuerza en Texas y en gran parte de todo el país
ENTREVISTA: a la espera de una vacuna efectiva, el doctor Arturo Casadevall, profesor de microbiología, inmunología molecular y enfermedades infecciosas de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, explica el avance de sus investigaciones con plasma.
Mientras la pandemia del COVID-19 ha tomado un nuevo impulso en casi todo el país, datos publicados por la Universidad Johns Hopkins reflejan que Texas se convirtió esta semana en el primer estado con más de un millón de casos confirmados de coronavirus.
El segundo estado más poblado del país con más de 20 millones de personas, después de California, ha acumulado unas 19.337 muertes (al cierre de esta edición), de acuerdo a las cifras publicadas por la misma universidad.
Texas sumó 10.865 casos nuevos confirmados el martes y de esa manera fijó otro récord, con 6.170 personas hospitalizadas y 94 muertes nuevas provocadas por la pandemia, según datos del Departamento de Servicios de Salud estatal.
A principios de esta semana se conoció una buena noticia cuando la empresa Pfizer dijo el lunes que su vacuna contra el COVID-19 podría tener una efectividad de 90%. Eso ha generado optimismo frente a los intentos de contener el brote, no sólo en Estados Unidos sino alrededor de todo el mundo.
A la espera de una vacuna efectiva y frente a la preocupante situación en todo el país, y en específico en Texas, donde un brote llegó a abrumar los hospitales de Houston en el verano y luego los de localidades fronterizas con México en el otoño, La Voz entrevistó por correo electrónico al doctor Arturo Casadevall, profesor de microbiología, inmunología molecular y enfermedades infecciosas de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
Casadevall, de origen cubano, dirige investigaciones acerca de las opciones de tratamiento para el nuevo coronavirus, del acceso a posibles tratamientos para salvar vidas a través de ensayos clínicos y de lo que una persona puede hacer luego de que el resultado de su examen sea positivo o de haber estado expuesta al virus.
Los estudios encabezados por Casadevall utilizan plasma convaleciente y sugieren que estas opciones podrían ser efectivas cuando se administran temprano en un paciente. De hecho, los tratamientos basados en anticuerpos podrían ser la mejor opción antes de una vacuna.
Si se demuestra que los anticuerpos monoclonales o el plasma convaleciente pudieran ser efectivos, ya sea como tratamiento temprano o como un profiláctico, podría haber un tratamiento efectivo durante el nuevo brote y la temporada de influenza.
¿Cómo funcionan los ensayos clínicos que está llevando a cabo usted sobre el COVID-19 y cómo se diferencian entre sí?
Los dos ensayos clínicos hacen diferentes preguntas.
Uno de ellos pregunta si usted ha estado expuesto, o ha estado alrededor de una persona que tiene COVID-19 y le preocupa infectarse si da una unidad de plasma. Ese es el estudio profiláctico.
El segundo estudio está dirigido a personas que ya tienen el COVID-19 y a ellos se les pide que reciban una unidad de plasma y la idea es saber si el plasma detendrá la enfermedad y evitar que la persona empeore a fin de que no tenga que ir al hospital.
¿Cuáles son los propósitos específicos de cada uno de esos ensayos para tratar de encontrar un tratamiento efectivo?
Para el estudio profiláctico, la meta es la de determinar si el plasma convaleciente puede detener el COVID-19.
Si usted ha estado expuesto y se contagia con COVID-19 el recibir plasma convaleciente podría detener la enfermedad. Es decir, no contrae usted la infección o la enfermedad.
En el ensayo ambulatorio las personas ya tienen el COVID-19 y la pregunta que se hace allí es si a usted le dan plasma, ¿previene eso que empeore de manera que no tenga que ir a un cuarto de emergencia?
¿Está de acuerdo con los científicos que pronostican la llegada de una nueva ola del virus en muchas partes del país debido a la temporada invernal que se avecina y las complicaciones que también puede traer la influenza?
Sí, yo creo que estamos en el tercer pico.
Podríamos no estar viendo una segunda oleada, estamos todavía en la primera oleada ya que para haber una segunda, el virus tendría que haber desaparecido y este nunca se ha ido realmente. La preocupación ahora es que a medida que entra el invierno, todos estamos
dentro de nuestras casas y las posibilidades de transmitir la infección son muchos mayores estando dentro que estando afuera.
Esta es una enfermedad pulmonar que afecta los pulmones y existe la preocupación de que a medida que viene la influenza, la combinación de los dos podría darnos una temporada de una enfermedad muy mala.
¿Cuán avanzados cree que están los distintos estudios que se están llevando a cabo para desarrollar una vacuna y para cuándo cree que podrá estar lista para vacunar a la población en general?
Los estudios están bastante avanzados.
Muchas empresas, y con eso quiero decir alrededor de media docena, tienen vacunas en etapa avanzada de estudios clínicos, lo que significa que podríamos tener resultados pronto.
¿Cuándo estarán disponibles para el público en general? No sabemos la fecha exacta, pero pensamos que es cuestión de meses.
Primero, las vacunas deben demostrar que son seguras y efectivas y una vez que se demuestre que son seguras y efectivas, se tiene que establecer el sistema de distribución para ponerlas a disposición de las personas y eso, desafortunadamente, va a tomar un par de meses, como mínimo.
¿Por qué cree que el virus estaría afectando más a las comunidades minoritarias en Estados Unidos, como los afroestadounidenses e hispanos?
Pues yo creo que la razón es porque estas comunidades tienen más personas con condiciones de salud preexistentes, tales como diabetes, hipertensión y obesidad y cuando el COVID-19 ocurre en una persona que tiene una condición preexistente, la posibilidad de que la enfermedad sea más severa es mayor y esa es la razón por la cual los grupos de afroamericanos
e hispanos han sido afectados de forma más desproporcionada.
¿Cómo explicaría los efectos que, según algunos estudios, tiene el virus sobre unos tipos de sangre por sobre otros?
Pareciera que las personas con algunos tipos de sangre tienen más resistencia que otros. No tenemos una explicación para eso.
Podría ser una diferencia genética, o pudiera ser que tiene que ver con la respuesta de inmunidad de esas personas.
Lo que se sabe hasta ahora es que existe una relación entre el COVID-19 y algunos tipos de sangre, pero la explicación de esto no se conoce.
Hace unas semanas se informó sobre el primer caso en el país de una persona que volvió a contagiarse de COVID-19 luego de haberse ‘curado’. Teniendo eso en cuenta, ¿cuánto tiempo cree que dura la inmunidad de una persona ‘recuperada’ tras dar positivo?
Lo que yo diría es que el hecho es que millones de personas se han infectado y muchos de ellos se han recuperado y solo sabemos de un caso definitivo de reinfección; una manera de mirar esa información es pensar que es raro y si es raro, eso significa que la inmunidad que uno desarrolla
luego del COVID-19 es suficiente para prevenir que la persona se vuelva a enfermar. Esas son muy buenas noticias.
Hemos estado lidiando con este virus por menos de un año, de manera que no sabemos realmente cuanto tiempo dura la inmunidad, pero todas las hechos demuestran que dura por varios meses. Al menos por varios meses.
¿Qué piensa sobre los inconvenientes que han tenido dos de los ensayos clínicos para las vacunas, que han tenido que ser detenidos por efectos secundarios que han desarrollado voluntarios?
Primero entiendo que los estudios de las vacunas se han reanudado.
Los estudios de vacunas son de “gatillo bajo”. Eso significa que si algo inusual sucede, si ven evidencia de que alguna persona se enferme inesperadamente, considerando que el criterio principal es la seguridad, ellos detienen el estudio, investigan y se hacen la pregunta ¿podría esto estar relacionado con la vacuna? Yo creo que eso es normal ya que ha pasado en muchos estudios clínicos y creo que el hecho de que los estudios hayan resumido significa que han investigado y que los efectos secundarios no estaban relacionados con la vacuna, de manera que esto no me preocupa.