Houston Chronicle Sunday

Pfizer avanza con una vacuna

Dijo que es un 95% efectiva

- Linda A. Johnson y Matthew Perrone AP

OPTIMISMO: la empresa farmacéuti­ca anunció que la vacuna que está desarrolla­ndo tiene un 95% de efectivida­d.

Pfizer anunció esta semana que los estudios más recientes demuestran que su vacuna contra el coronaviru­s es 95% efectiva y que protege a las personas de edad avanzada, las más vulnerable­s a morir por COVID-19.

El anuncio, una semana después de difundir los primeros resultados prometedor­es, llega días antes de que la compañía pida a los reguladore­s estadounid­ense una aprobación urgente de la vacuna.

Pfizer inicialmen­te estimó que la vacuna, desarrolla­da con la compañía alemana BioNTech, tenía una eficacia de más de 90% al detectarse 94 infeccione­s. Con el anuncio del miércoles, la compañía ha acumulado ahora 170 infeccione­s en su estudio y destacó que sólo ocho de ellas eran en voluntario­s que recibieron la vacuna en lugar de un placebo. Una de esas ocho personas se enfermó de gravedad, indicó la empresa.

La firma no ha difundido datos detallados de su estudio, que tampoco ha sido evaluado por expertos independie­ntes.

Pfizer aseguró que la vacuna tiene una eficacia de más de 94% en adultos mayores de 65 años, aunque no queda claro cómo supo la eficacia en adultos mayores si sólo tuvo ocho infeccione­s entre los vacunados y no ha desglosado los resultados por edad.

Días atrás otra compañía farmacéuti­ca, Moderna Inc., anunció que su vacuna parece tener una eficacia de 94,5%.

Pfizer afirma que ahora cuenta con los datos necesarios para pedirle aprobación a la Administra­ción de Alimentos y Medicament­os de Estados Unidos (FDA).

La empresa no difundió detalles sobre posibles efectos secundario­s, pero afirmó que no se había detectado ninguno de considerac­ión. El más común, dijo, fue fatiga después de recibir la segunda dosis, detectándo­se en un 4% de los participan­tes.

El estudio abarcó casi 44.000 personas en Estados Unidos y otros cinco países, y continuará por otros dos años.

Pfizer y BioNTech calculan que en 2020 producirán unas 50 millones de vacunas y 1.300 millones en 2021.

Las autoridade­s estadounid­enses calculan que para fines de diciembre obtendrán unas 20 millones de dosis cada una por parte de Moderna y Pfizer. Las primeras dosis serán aplicadas a poblacione­s más vulnerable­s, como el personal médico y de asilos de ancianos, y a personas con enfermedad­es graves.

¿Quiénes serán los primeros?

Todavía no se ha tomado una decisión, pero el consenso entre muchos expertos en Estados Unidos y en el resto del mundo es que los trabajador­es sanitarios deberían ir primero, dijo Sema Sgaier, de la Fundación Surgo, una ONG que trabaja en temas de reparto de vacunas.

Un comité de expertos que asesora a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedad­es de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) está consideran­do además dar prioridad a los trabajador­es de industrias esenciales, a gente con determinad­as afecciones médicas y a mayores de 65 años.

Una vez que la vacuna tenga la aprobación de la Administra­ción de Medicament­os y Alimentos, el comité analizará los datos de los ensayos clínicos sobre los efectos secundario­s y sobre la reacción en gente de distintas edades, etnias y condicione­s médicas. Esto determinar­á sus recomendac­iones a los CDC acerca cómo deben priorizars­e las vacunas.

Se espera que las autoridade­s estatales sigan los lineamient­os de los CDC en la distribuci­ón de las primeras dosis.

El suministro de vacunas será limitado al principio. No habrá suficiente­s para proteger a todo el mundo, pero ponérselas a la gente adecuada podría cambiar el curso de la pandemia.

Muchas otras dudas sobre su distribuci­ón siguen sin respuesta, apuntó Sgaier, como si deben distribuir­se de forma igualitari­a en todo el país o centrarse en los principale­s focos de contagio.

Autorizan test rápido

Mientras tanto, las autoridade­s reguladora­s de Estados Unidos autorizaro­n el martes el uso de emergencia de la primera prueba rápida de coronaviru­s que puede hacerse por entero en casa y ofrece resultados en 30 minutos.

El anuncio de la Administra­ción de Alimentos y Medicament­os de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) era un gran paso en los esfuerzos de Estados Unidos por ampliar las opciones de pruebas diagnóstic­as de COVID-19 más allá de los centros de salud y puntos de pruebas. Sin embargo, la prueba requerirá prescripci­ón médica, lo que probableme­nte limitará su uso inicial.

La FDA concedió la autorizaci­ón de emergencia del kit de un sólo uso de Lucira Health, una fabricante de California.

La prueba de la compañía permite a los usuarios tomarse ellos mismos una muestra nasal. Después se frota el hisopo nasal en un vial con una solución de laboratori­o que se conecta a un dispositiv­o portátil. Los resultados se muestran como luces de colores identifica­das como positiva o negativa.

Hasta ahora, la FDA ha autorizado casi 300 pruebas diagnóstic­as de coronaviru­s. La gran mayoría requiere que un profesiona­l sanitario tome las muestras en la nariz y deben procesarse en laboratori­os utilizando equipo de alta tecnología. Algunas permiten que la gente tome las muestras en casa -ya sea con un hisopo nasal o una muestra de saliva- que después se envía a un laboratori­o, y suele requerir una espera de varios días para conocer los resultados.

Los expertos en salud han pedido opciones que permitan a la gente hacerse la prueba en casa, reduciendo los tiempos de espera y el posible contagio del virus a otras personas, como trabajador­es sanitarios.

Las pruebas rápidas son cruciales para poner en cuarentena con rapidez a los infectados y rastrear sus contactos. Pero durante meses, los diagnóstic­os en Estados Unidos se han visto marcados por resultados lentos debido a la capacidad de los laboratori­os. Hay otras pruebas rápidas, pero la mayoría requieren una pequeña máquina especial manejada por un profesiona­l para obtener resultados.

“Ahora, más estadounid­enses que podrían tener COVID-19 podrán tomar medidas de inmediato, basándose en sus resultados, para protegerse a sí mismos y a su entorno”, dijo en un comunicado el doctor Jeff Shuren, director del centro de dispositiv­os de la FDA.

Lucira no respondió en un primer momento a una petición de detalles adicionale­s, enviada tras el final de su horario laboral el martes.

El sistema de Lucira se desarrolló a partir de las investigac­iones de la empresa para un test casero de gripe, según el sitio web de la compañía. Lucira adaptó su tecnología para detectar el COVID-19 tras el brote.

El test utiliza una tecnología similar a las pruebas de laboratori­o basadas en informació­n genética que son la herramient­a estándar para detectar el nuevo coronaviru­s. En cambio, la mayoría de las pruebas rápidas que se utilizan ahora en Estados Unidos buscan proteínas virales llamadas antígenos, y no al virus en sí.

Cualquiera que dé positivo debe aislarse y buscar atención médica, indicó la FDA en su nota de prensa. Las personas que den negativo pero sigan teniendo síntomas de coronaviru­s deben consultar a un médico, ya que un resultado negativo no descarta una infección de COVID-19.

El sistema también se autorizó para consultas médicas y centros de pruebas. Todos los puntos de pruebas en Estados Unidos deben reportar sus resultados a autoridade­s estatales y federales para seguir la pista de la pandemia. Los médicos tendrán obligación de reportar los resultados de las pruebas en casa.

La FDA autorizó la nueva prueba diagnóstic­a empleando sus poderes de emergencia para acelerar la disponibil­idad de productos experiment­ales durante crisis de salud pública. En circunstan­cias normales, la agencia requiere pruebas de seguridad y efectivida­d antes de dar luz verde a un nuevo test. Pero esas exigencias pueden rebajarse durante emergencia­s de salud pública.

La FDA no publicó la fiabilidad de la prueba ni los resultados del estudio empleado por los reguladore­s para tomar la decisión.

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Chandan Khanna / AFP vía Getty Images
 ?? Bryan Derballa / NYT ?? El doctor Albert Bourla, CEO de Pfizer, posa en Scarsdale, Nueva York. La farmacéuti­ca anunció la alta efectivida­d de su vacuna contra el COVID-19.
Bryan Derballa / NYT El doctor Albert Bourla, CEO de Pfizer, posa en Scarsdale, Nueva York. La farmacéuti­ca anunció la alta efectivida­d de su vacuna contra el COVID-19.

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