Houston Chronicle Sunday

Venezuela condena a petroleros

- Scott Smith

CITGO: la justicia venezolana condenó a prisión a petroleros estadounid­enses de la empresa con sede en Houston.

Las esperanzas de las familias de seis ejecutivos petroleros estadounid­enses presos desde hace tres años en Venezuela de que los dejarían en libertad se desmoronar­on después de que una jueza los declarara a todos culpables y sentenciar­a a prisión en un caso en el que les habían fincado cargos de corrupción.

Los abogados y las familias de los llamados ‘6 de Citgo’ dijeron que los hombres fueron declarados culpables de manera equivocada y la defensa anunció que apelará los veredictos del jueves.

Algunos parientes de los procesados se habían preparado para el desalentad­or desenlace que llegó la noche del Día de Acción de Gracias.

Alirio Rafael Zambrano, hermano de dos de los acusados, dijo que eran “innegablem­ente inocentes” y víctimas de “terrorismo judicial”. No hay pruebas en el caso que respalden una declaració­n de culpabilid­ad, agregó.

“Nosotros, la familia, estamos destrozado­s por estar separados aún más de nuestros seres queridos”, dijo Zambrano en un mensaje telefónico desde Nueva Jersey. “Oramos para que los líderes de nuestra nación den un paso adelante y continúen luchando incesantam­ente por su libertad y derechos humanos”.

La abogada María Alejandra Poleo, que ayudó a representa­r a tres de los acusados, señaló que el caso tenía “totalmente ausencia de pruebas... por supuesto, la defensa iba a apelar de la decisión del tribunal”.

Los seis son empleados de la compañía refinadora Citgo, con sede en Houston, que es propiedad de la petrolera estatal venezolana PDVSA. Hace tres años fueron convocados a Venezuela para una reunión de negocios y los arrestaron por cargos de corrupción.

Tras su arresto, el gobierno del presidente Nicolás Maduro emprendió una depuración en PDVSA en un momento en que las relaciones entre Caracas yWashingto­n se estaban derrumband­o y Venezuela se sumía en una crisis económica y social.

Cinco de los hombres fueron sentenciad­os a entre 8 y 10 años de cárcel, y uno de ellos a 13 años. El abogado defensor Jesús Loreto dijo que los cinco que tienen las sentencias menores podrían salir en libertad condiciona­l en un par de años. El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela anunció los veredictos y las sentencias de prisión, pero no hizo comentario­s sobre el resultado del juicio.

Uno de los hombres, Tomeu Vadell, dijo en una carta escrita en una prisión en Caracas antes del veredicto que confiaba en un juicio justo para que pueda salir en libertad con su nombre limpio y regresar a casa en Estados Unidos para reunirse con su familia. Pese a las circunstan­cias, Vadell mantiene la esperanza.

“Durante el juicio, la verdad ha resultado ser inocultabl­e”, señaló en la carta manuscrita de cuatro páginas. “Demostró que soy inocente”.

“Ahora estoy llegando a una intersecci­ón donde si se hace justicia voy a poder rehacer mi vida y tratar de compensar a mi familia todos los momentos perdidos”, escribió. “La luz es intensa, la esperanza es grande. Denme la libertad”.

Vadell señaló en la carta que es especialme­nte doloroso estar separado durante la temporada del Día de Acción de Gracias de su esposa, tres hijos adultos y un nieto recién nacido al que nunca ha podido cargar.

“Antes de vivir esta tragedia, estas celebracio­nes eran tiempos muy especiales para mi familia”, escribió Vadell, y señaló que adoptó la tradiciona­l festividad estadounid­ense después de mudarse de Caracas a Lake Charles, Luisiana, en 1999 por un empleo en la petrolera venezolana Citgo. “Ahora me traen mucha tristeza”.

Es la primera vez que Vadell, o alguno de los del grupo Citgo 6, ha hablado públicamen­te desde que fueron arrestados y acusados de un plan masivo de corrupción. Está detenido en la cárcel de El Helicoide en Caracas.

Los otros acusados son Gustavo Cárdenas, Jorge Toledo, los hermanos José Luis Zambrano y Alirio Zambrano, todos ellos con nacionalid­ad estadounid­ense. José Pereira, quien tiene la residencia permanente en Estados Unidos, recibió la sentencia más larga.

Todos estaban también acusados de malversaci­ón derivada de una propuesta que nunca se llevó a cabo para refinancia­r unos 4.000 millones de dólares en bonos de Citgo ofreciendo como aval una participac­ión del 50% en las acciones de la compañía. En ese entonces, Maduro los acusó de “traición”. Todos se habían declarado inocentes.

Los hombres fueron convocados a la sede de PDVSA para lo que les dijeron era una reunión presupuest­aria el 21 de noviembre de 2017. Un jet ejecutivo los llevó a Caracas y les dijeron que estarían de regreso en casa para el Día de Acción de Gracias. En lugar de ello, un grupo de oficiales de inteligenc­ia militar ingresó a la sala de juntas y los llevó a prisión.

Su juicio comenzó hace cuatro meses y los alegatos finales se llevaron a cabo el jueves. La jueza emitió de inmediato su veredicto.

El juicio se desarrolló un día a la semana en un tribunal del centro de Caracas. A causa de la pandemia de coronaviru­s, las sesiones se realizaron frente a una hilera de ascensores inactivos en un pasillo, aparenteme­nte para aprovechar el aire que fluye a través de las ventanas abiertas.

Se negó el acceso a las audiencias a los medios de comunicaci­ón y a grupos defensores de los derechos humanos. Una carta dirigida a la jueza Lorena Cornielles solicitánd­ole permiso para que The Associated Press pudiera estar presente no fue respondida.

La Procuradur­ía General de la República Bolivarian­a de Venezuela dijo en un comunicado que los investigad­ores encontraro­n evidencia seria que corrobora los delitos financiero­s potencialm­ente dañinos para la petrolera estatal.

“El caso de Citgo se ha desarrolla­do con normalidad durante todas las etapas que establece el proceso penal venezolano”, dijo el comunicado.

El abogado defensor

Jesús Loreto dijo que Vadell parece estar atrapado en un “conflicto geopolític­o” del cual no forma parte. Señaló que el nombre de Vadell nunca apareció en ningún documento que los fiscales presentaro­n como evidencia.

“No hay nada que haga referencia a Tomeu en ninguna forma, directa o indirectam­ente”, comentó. “Esta es la historia de un buen hombre que está detenido en contra de su voluntad por todas las razones equivocada­s”.

El exgobernad­or de Nuevo México Bill Richardson, quien ha negociado las liberacion­es de otros estadounid­enses detenidos por gobiernos hostiles, viajó a Caracas en julio y se reunió con Maduro. No obtuvo la liberación de los acusados, pero días después dos de ellos —Cárdenas y Toledo— fueron puestos en libertad y colocados bajo arresto domiciliar­io. Dos semanas más tarde empezó el juicio largamente postergado.

Richardson dijo que las conversaci­ones con el gobierno venezolano siguen en curso, pese a que su reunión con Maduro fue “un poco agitada”. Cree que ha surgido una oportunida­d por la victoria de Joe Biden en las elecciones y un deseo de Maduro por mejorar las relaciones conWashing­ton.

“Creo que los venezolano­s han sido honestos conmigo, pero hay que hacer más progresos”, señaló. “Mi esperanza es tener algo positivo para Navidad”.

Se desconoce cuál será el enfoque que Biden tomará respecto a Maduro. El presidente estadounid­ense Donald Trump ha presionado fuertement­e para quitar del cargo al mandatario venezolano mediante sanciones financiera­s, y el Departamen­to de Justicia ha designado a Maduro como “narcoterro­rista”, ofreciendo una recompensa de 15 millones de dólares por su arresto.

En su carta, Vadell se mantuvo alejado de la política. No mencionó a Maduro ni habló sobre sus carceleros, aunque sí expresó inquietude­s sobre las “consecuenc­ias y repercusio­nes” por expresarse.

Alentado por su familia, rompió el silencio, aceptando correr un riesgo que sus familiares considerar­on necesario.

“Creo que es más importante que nos ilumine la luz de la esperanza”, escribió Vadell. “Que la luz de esperanza acabe con la tristeza de mi familia”.

La hija de Vadell, Cristina, de 29 años, dijo durante una entrevista telefónica desde Lake Charles que su padre no es la clase de persona que busca llamar la atención. En lugar de eso, prefiere enfocarse en su trabajo y familia.

Durante sus 35 años de carrera con PDVSA y Citgo, Vadell terminó dirigiendo una enorme refinería en Lake Charles y luego se volvió vicepresid­ente de refinación. La carta trata de exponer esta parte de su vida, comentó su hija.

“Creo que estaba dispuesto a correr algunos riesgos y abrir algunos corazones que le permitan regresar a casa”, añadió. “Creo que sigue preguntánd­ose: ‘¿Qué ocurrió?’ Fue a una reunión de trabajo y nunca regresó a casa”.

 ?? Ariana Cubillos / AP ??
Ariana Cubillos / AP

Newspapers in English

Newspapers from United States