Messi: el ‘chivo expiatorio’
Desde el mismo momento en que Lionel Messi expresó su deseo de irse del Barcelona el año pasado quedó envuelto en las luchas internas del club catalán y abrió una grieta que en otros tiempos de mayores éxitos quizás no era tan evidente.
La reciente revelación del multimillonario contrato del estelar futbolista argentino por parte del diario El Mundo sumó un nuevo capítulo a la novela que comenzó en el verano boreal, cuando intentó sin éxito poner fin a su relación con el club catalán.
Sería ingenuo creer que es pura casualidad que la publicación, por la cual se anunciaron acciones legales, fue obra de un medio de la capital española que históricamente no ha sido ajeno a la eterna puja entre Madrid y Barcelona, y no sólo en materia deportiva precisamente en estos tiempos de aires de independencia.
Que el documento pueda haber sido filtrado por alguien del club, pese a las desmentidas, no hace más que dejar en evidencia los intereses de algunos directivos en plena campaña por llegar a la presidencia de la poderosa entidad catalana, que de la mano de Messi realizó la campaña más espectacular de su historia acumulando títulos de liga y copa en España, en Europa y en el Mundial de Clubes de la FIFA.
Pero las últimas temporadas quizás no han sido tan exitosas como años atrás. Y entonces, sin las mieles del éxito, dirigentes enfrentados a Messi empezaron a tomar fuerza. Cortaron cabezas de jugadores y de técnicos para supuestamente tratar de limitar la influencia del astro en el equipo, dentro y fuera del vestuario.
Los directivos, que quedaron expuestos cuando el argentino hizo público su deseo de irse, cambiaron al DT y contrataron a Ronald Koeman, el ex internacional holandés y también emblemático ex zaguero del Barsa. Luego, contra la voluntad de Messi, echaron por la puerta de atrás a su amigo Luis Suárez. Y el delantero uruguayo se llevó sus goles al Atlético de Madrid, hoy líder de la Liga con una cómoda ventaja sobre el Barsa, con el ‘charrúa’ como máximo artillero del torneo.
Messi, quien según reveló El Mundo firmó por cuatro temporadas por 555 millones de euros (671 millones de dólares), ha hecho ganar al Barcelona el doble de esa suma, al menos, según publicaron otros medios en España. En todo caso ha sido un responsable directo del éxito, pero dudosamente su figura provocó la crisis actual en el club catalán. Si se va al fin de esta temporada podrá hacerlo con la frente en alto, más allá de los títulos y los goles.