Tormenta: causas y consecuencias
FRÍO:
la nieve y el hielo azotaron al estado, la red eléctrica colapsó, seguida por su sistema de agua. Y un estado orgulloso, receloso de la regulación y la ayuda externa, se quedó en busca de ayuda de otros estados y grupos humanitarios mientras sus habitantes intentaban sobrevivir.
Dos días antes de que llegara la tormenta que azotó recientemente a Texas, Lina Hidalgo, la principal funcionaria electa de Houston, aconsejó a la ciudadanía a prepararse como lo haría para un huracán de máxima categoría.
Muchos le hicieron caso: los que pudieron almacenaron alimentos y agua, mientras que entidades sin fines de lucro y agencias gubernamentales se dispusieron a ayudar a quienes no podían hacerlo.
Pero pocos advirtieron el fiasco que estaba por llegar. No podían estar preparados para eso.
Conforme las temperaturas se desplomaron, y la nieve y hielo azotaron al estado, gran parte de la red eléctrica de Texas colapsó, seguida por el sistema de agua. Decenas de millones se apiñaron en hogares helados que lentamente se enfriaban más o huyeron a lugares seguros. Y un estado orgulloso, receloso de la regulación y la ayuda externa, se quedó en busca de ayuda de otros estados y grupos humanitarios mientras gran parte de sus 29 millones de habitantes intentaban sobrevivir.
En un hospital, en medio de la crisis que ya se vive desde hace casi un año por la pandemia del coronavirus, trabajadores estaban parados afuera para recolectar agua de lluvia. Otros se formaron en una llave que funcionaba en un parque. Una madre llevó a sus tres hijos a un albergue en una mueblería después de ver su aliento formarse en el tráiler familiar. Profesores universitarios recaudaron fondos para que sus estudiantes pudieran pagar comidas.
Las imágenes de los habitantes de Texas desesperados circularon por todo el mundo. Algunos las compararon con un lugar menos rico o egocéntrico. Para otros expuso problemas que venían empeorando desde hace tiempo.
Al liderazgo republicano del estado lo culparon de ignorar las advertencias de que el invierno podría generar el caos y de no proveer a funcionarios locales con suficiente información sobre cómo proteger a los residentes.
Una semana después de advertir a su condado con casi cinco millones de habitantes sobre la inminente tormenta, Hidalgo, jueza del condado Harris, dormía en un colchón inflable en el centro de operaciones de emergencia del condado. Su casa se quedó sin electricidad por tres noches.
“Vale la pena plantear la pregunta: ¿quién montó este sistema y quién lo perpetuó sabiendo que no estaba en sitio la regulación correcta?”, dijo Hidalgo. “Esas preguntas se tendrán que hacer y espero que haya cambios. La comunidad merece respuestas”.
Houston y otras ciudades azotadas por las tormentas invernales que dejaron a millones sin electricidad durante días, aún se están recuperando de la crisis por las rupturas de cañerías provocadas por las bajas temperaturas, que han provocado escasez de agua potable, el cierre de aeropuertos y afectado la capacidad de los hospitales para trabajar en condiciones de sanidad, después que el alcalde Sylvester Turner pidió a la población de la cuarta ciudad más grande del país hervir el agua corriente.
Las autoridades texanas ordenaron a siete millones de personas
—un cuarto de la población del segundo estado más grande del país— que hiervan el agua corriente antes de beberla porque la baja presión puede permitir la infiltración de bacterias. Un hombre murió en un hospital de Abilene porque la baja presión del agua imposibilitó su tratamiento.
Los problemas del agua han sido las penurias más recientes que han enfrentado los texanos después de días sin calefacción o electricidad porque las tormentas de hielo y nieve obligaron a los servicios públicos a programar apagones para aliviar la presión sobre las redes.
Los operadores de la red en Texas dijeron que el sistema ya se ha normalizado desde que la tormenta privó de electricidad a más de cuatro millones de usuarios, y el presidente de la red estatal ERCOT, Bill Magness, dijo que la red ya tiene capacidad suficiente para abastecer a todos.
Las interrupciones restantes en el suministro en Texas se debieron principalmente al clima, y no a los apagones forzados, según el administrador de ERCOT. Dan Woodfin, director de Operaciones del Sistema en ERCOT, dijo que los apagones escalonados podrían reanudarse si aumenta el consumo de electricidad conforme la gente vuelve a tener luz y enciende su calefacción, aunque no serían tan largos como los de esta semana.
El gobernador Greg Abbott ha ordenado una investigación sobre las fallas en la llamada capital energética de Estados Unidos, mientras que los funcionarios de ERCOT defendieron sus preparativos y la decisión de realizar apagones desde el lunes de la tormenta.
El administrador en funciones de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias, Bob Fenton, dijo que los equipos en Texas distribuyeron combustible, agua, mantas y otros suministros.
El clima extremo ha causado la muerte de al menos 60 personas. Un número cada vez mayor de personas han perecido mientras trataban de mantenerse calientes.
Se atribuyó al clima extremo la muerte de al menos 46 personas, algunas cuando intentaban calentarse. En la zona metropolitana de Houston, una familia murió por inhalación de monóxido de carbono debido a que tenía un vehículo encendido en el garaje. Una mujer y sus tres nietos murieron en un incendio que las autoridades dijeron podría haber surgido en una chimenea que estaban usando.
Advertencia
Expertos advirtieron que Estados Unidos sufrirá tormentas mortales con más frecuencia e indicaron que el país debe mejorar en su gestión de los eventos como los que ocurrieron en Texas y otros estados, que superaron todas las previsiones de empresas de suministros básicos, gobiernos y millones de ciudadanos ateridos.
Las recientes tormentas encajan con un patrón de eventos extremos provocados por el cambio climático, y demuestran una vez más que las autoridades locales, estatales y federales no hicieron suficiente por prepararse para un clima más extremo y peligroso.
Los sistemas de energía de toda clase fallaron en el frío extremo, incluidas centrales eléctricas de gas natural que se quedaron fuera de servicio y, en menor medida, turbinas eólicas que se congelaron y dejaron de funcionar en zonas en las que viven más de 100 millones de personas.
La crisis hizo sonar la alarma para las redes energéticas de todo el país: al empeorar el cambio climático, las condiciones graves que superan los precedentes históricos se vuelven más habituales. Texas, por ejemplo, espera que su demanda energética toque techo en pleno verano, no en lo más crudo del invierno, como hizo esta semana.
Las graves tormentas se produjeron mientras el presidente, Joe Biden, se prepara para invertir hasta dos billones de dólares en infraestructura y energía limpia durante cuatro años. Biden ha prometido actualizar la red eléctrica estadounidense para que no emita dióxido de carbono para 2035, así como aislar edificios, reparar carreteras y construir puntos de carga para vehículos eléctricos.
“Construir una infraestructura resiliente y sostenible que puede soportar un tiempo extremo y un clima en transformación jugará un papel integral” en la creación de empleos y en el objetivo de Biden de alcanzar un “futuro de cero emisiones netas”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Las tormentas han llamado mucho la atención, especialmente dado que además de congelar a los estadounidenses, han afectado a las vacunaciones contra el COVID-19. Pero eso no significa que no se hagan más habituales, según los expertos.
“Esto definitivamente fue una anomalía”, pero una que probablemente ocurrirá con más frecuencia debido al cambio climático, dijo Sara Eftekharnejad, profesora asistente de ingeniería eléctrica y ciencias informáticas en la Universidad de Siracusa.
“Probablemente tiene que mejorar la planificación, porque empezamos a ver más fenómenos meteorológicos extremos en todo el país”, dijo, ya fuera un frío extremo en Texas o la intensa ola de calor que avivó los incendios forestales en California el año pasado.
Mejorar las previsiones, tanto en el medio como en el largo plazo, ayudaría a evitar fallos catastróficos como los apagones en Texas y otros estados, al igual que sistemas de almacenamiento de gran escala que puedan proveer electricidad cuando hay picos de demanda y diversificar las fuentes de energía, indicaron Eftekharnejad y otros expertos.
El desastre en Texas y otros estados “es un recordatorio de que la infraestructura crítica de nuestra nación es vulnerable a eventos meteorológicos extremos y ya no podemos hacer oídos sordos a las inversiones de resiliencia necesarias para protegerla”, dijo el senador Tom Carper, demócrata de Delaware y que preside el Comité del Senado de Medio Ambiente y Obra Pública. Carper se reunió la semana pasada con Biden en la Casa Blanca.
“El coste asociado con abordar el cambio climático y mejorar nuestra resiliencia a la infraestructura siempre será menor que el coste de reconstruir o no actuar”, añadió Carper.
En Texas, donde la energía eólica está ganando peso, los aerogeneradores no suelen estar equipados para soportar temperaturas bajas durante mucho tiempo, como es el caso en Iowa y otros estados de clima frío. Modificarlos ligeramente para que soporten temperaturas gélidas es un paso necesario para hacer frente al cambio climático, dijo Roy McCann, profesor de ingeniería eléctrica en la Universidad de Arkansas.
Aunque algunos políticos republicanos, como el gobernador Abbott, han intentado atribuir los apagones a las energías eólica y solar, la mayor parte de la energía del estado se produce en centrales térmicas tradicionales, la mayoría de gas natural, que fueron el problema principal.
“Todo el sistema se vio sobrepasado”, dijo Joshua Rhodes, investigador asociado en temas de energía de la Universidad de Texas.
Se disparan los precios
Las autoridades de Texas dijeron que la tormenta se convirtió en una oportunidad para que algunos comerciantes sin escrúpulos se aprovechen de la situación y cobren precios exorbitantes por artículos básicos.
Habitaciones de hotel a 1.000 dólares la noche. Gasolina en aumento. Hasta el agua embotellada ha duplicado o triplicado su precio de la noche a la mañana.
Por eso, un sistema que fue activado en Houston para que los residentes denuncien manipulación de precios recibió más de 450 quejas en menos de 20 horas, dijo el fiscal del condado Harris, Christian Menefee.
“Las cosas que estamos viendo sobre todo son hoteles que están fijando tarifas ridículas”, declaró Menefee. “Hemos visto denuncias de paquetes de agua vendidos a un precio dos o tres veces arriba de lo normal”.