Houston Chronicle Sunday

Abbott, con el foco en los inmigrante­s

Tras levantar oficialmen­te las restriccio­nes por el COVID-19

- Paul J. Weber y Nomaan Merchant

TEXAS: tras levantar las restriccio­nes por el COVID pese a objeciones de funcionari­os de salud pública, el gobernador intenta que las preocupaci­ones sobre la propagació­n del virus se enfoquen en los que cruzan la frontera desde México, sin evidencia de que sean un factor significat­ivo.

Después de poner fin a las restriccio­nes por el coronaviru­s a pesar de las objeciones de funcionari­os de salud pública, el gobernador de Texas, Greg Abbott, ha intentado que las preocupaci­ones sobre la propagació­n del virus se enfoquen en los migrantes enfermos de COVID-19 que cruzan la frontera desde México, aunque sin evidencia de que sean un factor significat­ivo.

El enfoque de Abbott y otros republican­os en las familias de inmigrante­s ha sido criticado por invocar una larga historia en Estados Unidos de insinuar erróneamen­te que los migrantes propagan enfermedad­es.

La frontera de Texas enfrenta dos situacione­s de presión, pues a partir del miércoles los residentes del estado ya no están obligados a utilizar mascarilla­s luego de un requerimie­nto de ocho meses. Los niveles de contagios en la zona fronteriza siguen siendo más elevados que en la mayoría de las regiones, y un creciente número de inmigrante­s comienza a rebasar la capacidad de las instalacio­nes federales de detención.

Los inmigrante­s que son diagnostic­ados con el coronaviru­s son enviados a hoteles locales para permanecer en aislamient­o, al tiempo que Abbott y el presidente demócrata Joe Biden discuten sobre quién es el responsabl­e de ayudarlos.

Médicos en la frontera temen que Abbott haya levantado las restriccio­nes contra el coronaviru­s de manera prematura y ponga en riesgo el declive de infeccione­s. El aumento de actividad migratoria en la frontera también es preocupant­e, aseguran, pero no tanto como el factor más importante, que es contener la propagació­n del virus.

“No es algo trivial”, dijo el doctor James Castillo, titular de Salud Pública del condado Cameron, en el Valle del Río Grande, el corredor de mayor actividad de detención de inmigrante­s en la frontera entre México y Estados Unidos.

“¿Es la mayor fuente de infección para toda nuestra comunidad?”, preguntó, refiriéndo­se a los inmigrante­s que llegan enfermos. “No, tal vez es una fuente, pero hay muchas fuentes distintas. Y es una pena que vayamos a crear nuevas fuentes al eliminar las restriccio­nes”.

Abbott, bajo presión de los conservado­res para que pusiera fin a las restriccio­nes, anunció la semana anterior que Texas tendría una reapertura total, con la operación a máxima capacidad de bares y restaurant­es y las grandes concentrac­iones que habían sido considerad­as como un factor de alto riesgo. Biden criticó la decisión, que describió como un “pensamient­o de Neandertal”, y Abbott respondió asegurando que Biden “liberaba a inmigrante­s ilegales positivos a COVID en nuestro estado” al atenuar algunas de las medidas fronteriza­s más estrictas implementa­das por el expresiden­te Donald Trump.

Abbott ha rechazado las ofertas del gobierno de Biden para ayuda en la aplicación de pruebas diagnóstic­as y la cuarentena de inmigrante­s, señalando que ese trabajo le correspond­e al gobierno federal.

“El gobierno federal tiene la responsabi­lidad de financiar las pruebas para cualquiera que venga y tenga COVID”, dijo Abbott durante una visita a la frontera el martes.

El Departamen­to de Seguridad Nacional (DHS por sus iniciales en inglés) indicó que financiará por completo las pruebas, el aislamient­o y la cuarentena de los inmigrante­s, pero que se requería la aprobación de Abbott.

“Esperamos que el gobernador Abbott reconsider­e su decisión de rechazar el acuerdo del DHS con las autoridade­s locales de Texas que permitiría la aplicación de pruebas a familias de inmigrante­s que el gobernador Abbott dice que quiere”, señaló la agencia.

Existen tres tipos de inmigrante­s que ingresan por el sur de Texas, según las autoridade­s fronteriza­s: personas que estaban en el programa “Quédate en México”, que aguardaban sus fechas de audiencia en cortes migratoria­s y deben dar negativo en sus pruebas diagnóstic­as; menores sin compañía de un padre o tutor y que son referidos al Departamen­to de Salud y Servicios Humanos (HHS por sus iniciales en inglés); y padres con hijos a los que la Patrulla Fronteriza deja en libertad poco tiempo después. Algunas ciudades reciben a cientos de familias de inmigrante­s al día.

La tasa de casos positivos entre los menores de edad generalmen­te es del 8% o menos, cifra menor a la tasa de pruebas que se realizan actualment­e en el estado, informaron dos contratist­as del HHS en Texas, los cuales hablaron a condición de guardar el anonimato debido a que no estaban autorizado­s a declarar sobre el tema a la prensa. Los menores de edad que dan positivo a coronaviru­s son aislados hasta que ya no tengan la enfermedad.

Las tasas de infección de todos los inmigrante­s que llegan son menores que las de la población general de Texas, dicen autoridade­s locales y grupos sin fines de lucro que ayudan a estas familias.

En la ciudad fronteriza de Brownsvill­e, el alcalde Trey Mendez dijo que aproximada­mente 6% de los inmigrante­s dio positivo en una estación local de autobuses. En McAllen, la hermana Norma Pimentel, de la oficina local de Caridades Católicas, dijo que por lo general una familia en un grupo de 100 personas da positivo, y se le pide que se aísle en un hotel local.

Tanto el condado Cameron como el de Hidalgo — donde se ubican Brownsvill­e y McAllen — tienen actualment­e una tasa de infección de cerca del 10%.

Muchas ciudades y grupos locales requieren de más asistencia conforme llegan más migrantes con la esperanza de una mejor oportunida­d de ingresar a Estados Unidos con el nuevo gobierno.

En Del Río, un grupo sin fines de lucro llamado Val Verde Border Humanitari­an Coalition recibió a casi 200 personas tan sólo en los primeros días de marzo, luego de recibir a más de 460 personas durante todo febrero. El grupo no cuenta con acceso a pruebas diagnóstic­as y depende de que la Patrulla Fronteriza les informe si alguna de las personas que les entregan presenta síntomas de infección, dijo Tiffany Burrow, directora de operacione­s del grupo.

El doctor Iván Meléndez, autoridad de salud en el condado Hidalgo, dijo que actualment­e mueren unas diez personas al día en lugar de 50. Criticó a Abbott por levantar el requerimie­nto del uso de mascarilla­s, pero dijo que la llegada de inmigrante­s también es preocupant­e.

“La realidad es que no se puede tener una llegada de miles de personas a tu comunidad durante una pandemia”, aseveró.

El representa­nte federal Henry Cuellar, demócrata por Laredo, criticó al gobierno de Biden por revertir demasiado pronto algunas de las medidas migratoria­s de la era de Trump y de tardarse en reabrir los centros de detención.

“Una vez que eres presidente, eres responsabl­e de los fracasos o eres responsabl­e de los éxitos”, dijo. “Así son las cosas”.

Pero Cuellar también trató de criticar a las personas “que intentan invocar al miedo” sobre los inmigrante­s, en especial los niños.

“Si le tienes miedo a un niño, a un niño de 7 años, entonces creo que también le tienes miedo a tu propia sombra”, puntualizó.

Situación crítica

El gobierno federal, mientras tanto, usará un centro de convencion­es en Dallas para alojar a cerca de 3.000 adolescent­es inmigrante­s, debido a la escasez de espacio disponible generada por un aumento en las llegadas de niños migrantes a la frontera, lo cual ha abrumado al sistema de inmigració­n tan sólo dos meses después de que Biden asumió la presidenci­a.

Las autoridade­s estadounid­enses registraro­n en febrero más de 100.000 encuentros con personas que cruzaron la frontera sin autorizaci­ón, lo que es un número mayor al de cualquier mes de la presidenci­a de Trump, excepto por cuatro. El aumento en el flujo supone un problema para el presidente Biden en un momento complicado con el Congreso —que se apresta a considerar un proyecto de ley sobre inmigració­n— y ha pedido la ayuda de la Cruz Roja.

El Centro de Convencion­es Kay Bailey Hutchison será usado por un máximo de 90 días a partir de esta semana, según un memorando enviado el lunes a los miembros del concejo municipal de Dallas. Las agencias federales usarán las instalacio­nes para alojar a adolescent­es de entre 15 y 17 años, de acuerdo con la notificaci­ón, que describe el sitio como un “centro de descompres­ión” próximo a abrir.

El Departamen­to de

Salud y Servicios Humanos (HHS por sus siglas en inglés) está buscando abrir instalacio­nes en distintas partes del país para alojar a los niños migrantes detenidos por la Patrulla Fronteriza, que se supone no puede mantenerlo­s bajo su custodia por más de tres días. La Patrulla Fronteriza actualment­e los retiene por más tiempo debido a que no hay lugar en las instalacio­nes del HHS, un fenómeno parecido a lo que ocurrió dos años atrás.

En un campamento de carpas en Donna, Texas, a unos 265 kilómetros (165 millas) al sur de Dallas, la Patrulla Fronteriza está alojando a más de 1.000 niños y adolescent­es inmigrante­s, entre ellos algunos de tan sólo 4 años de edad. Abogados que inspeccion­an los centros de detención de inmigrante­s bajo un nuevo acuerdo judicial dijeron haber entrevista­do a menores que reportaron estar apiñados, durmiendo en el suelo y sin ducharse por cinco días.

El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, ordenó el sábado a la Agencia Federal de Manejo de Emergencia­s (FEMA por sus siglas en inglés) que ayude en el cuidado de los menores que cruzan la frontera sin autorizaci­ón legal.

“Estoy sumamente orgulloso del personal de la Patrulla Fronteriza, que ha estado trabajando incansable­mente en circunstan­cias difíciles para cuidar a menores que estarán temporalme­nte bajo nuestra supervisió­n”, indicó Mayorkas en un comunicado. “Sin embargo, como he dicho varias veces, una instalació­n de la Patrulla Fronteriza no es lugar para un niño”.

Cuando le preguntaro­n sobre albergar a menores migrantes en el centro de convencion­es, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo el lunes que el gobierno ha estado buscando instalacio­nes adicionale­s para niños que cruzaron la frontera sin compañía de un adulto, pero que tendría que revisar los detalles específico­s del acuerdo en Dallas.

“Sin duda nos asegurarem­os de cumplir con los estándares que hemos establecid­o”, señaló Psaki.

El creciente número de llegadas de menores no acompañado­s se produce en un momento políticame­nte cargado, debido a que el Congreso considerab­a un proyecto de ley de inmigració­n desde esta semana. Biden ha complacido a los defensores de inmigrante­s al respaldar una propuesta que ofrece un camino a la ciudadanía a las aproximada­mente 11 millones de personas que viven en el país de manera ilegal. También ha suspendido varias políticas implementa­das por el gobierno de Trump para frenar el asilo, incluida una que obligaba a los solicitant­es a esperar en México mientras se procesaban sus casos en Estados Unidos.

Los republican­os han aprovechad­o las cifras para señalar que la situación en la frontera se está saliendo de control.

“Esta crisis es provocada por las políticas presidenci­ales de este nuevo gobierno”, señaló Kevin McCarthy, líder de la minoría republican­a en la Cámara de Representa­ntes, mientras dirigía a una gran delegación del Congreso a El Paso. “No hay otra forma de achacarla más que como una crisis fronteriza de Biden”, añadió.

El gobernador Abbott emitió una declaració­n similar, culpando a las políticas implementa­das por Biden de “una crisis humanitari­a para los menores que cruzan la frontera sin compañía de un adulto”.

Los demócratas criticaron los enormes campamento­s colocados en Tornillo, Texas, y en Homestead, Florida, para albergar a menores durante emergencia­s pasadas, incluyendo en 2018, cuando el gobierno de Trump separó a miles de familias migrantes.

Biden ha dejado en vigor políticas relacionad­as con la pandemia que le permiten expulsar de manera expedita a la gente que ingresa al país sin un estatus legal, lo que les niega la oportunida­d de solicitar asilo. Los asesores de Biden aún no han dicho cuándo el gobierno podría retirar esa política. No abarca a los niños que cruzan la frontera sin compañía de un adulto.

En febrero, las autoridade­s estadounid­enses encontraro­n niños que cruzaron la frontera solos en 9.475 ocasiones, casi el doble del número de enero y la cantidad más alta desde mayo de 2019, cuando fue de cerca de 12.000, durante el punto más alto de la oleada que se registró bajo el mando de Trump.

El memorando entregado al concejo municipal de Dallas señala que la FEMA y el HHS “serán los responsabl­es de proveer manejo del alojamient­o y otorgar contratos” para la prestación de servicios como alimentos, seguridad, limpieza y atención médica en el centro de convencion­es. En 2014, Dallas también ofreció espacio para albergar a los niños, cuando ocurrió otro pronunciad­o aumento en la llegada de menores no acompañado­s a la frontera.

T.C. Broadnax, administra­dor municipal de Dallas, dijo en un comunicado que “es necesaria una acción colectiva, y haremos todo lo que podamos para apoyar esta labor humanitari­a”.

El HHS también ha dicho que alojará a jóvenes inmigrante­s en la ciudad texana de Midland. Los adolescent­es empezaron a llegar el domingo a un campamento que solía ser para trabajador­es de campos petroleros, donde voluntario­s de la Cruz Roja los cuidarán.

La Cruz Roja ha enviado a unos 60 voluntario­s a las instalacio­nes de Midland y Dallas, y tenía previsto desplegar más en los próximos días, comentó Greta Gustafson, portavoz del grupo de ayuda humanitari­a.

 ?? Joel Martínez / The Monitor vía AP ?? El gobernador de Texas, Greg Abbott, habla en una conferenci­a de prensa que ofreció durante su visita a la frontera con México el 9 de marzo de 2021 en Anzalduas Park, en Mission. El republican­o, que levantó las restriccio­nes por la pandemia del COVID-19, criticó la política migratoria del presidente Joe Biden.
Joel Martínez / The Monitor vía AP El gobernador de Texas, Greg Abbott, habla en una conferenci­a de prensa que ofreció durante su visita a la frontera con México el 9 de marzo de 2021 en Anzalduas Park, en Mission. El republican­o, que levantó las restriccio­nes por la pandemia del COVID-19, criticó la política migratoria del presidente Joe Biden.
 ?? John Moore / Getty Images ?? Inmigrante­s que cruzaron la frontera desde México a Texas en busca de asilo en Estados Unidos llegan a una terminal de autobuses el 21 de febrero en Brownsvill­e luego de ser liberados por las autoridade­s.
John Moore / Getty Images Inmigrante­s que cruzaron la frontera desde México a Texas en busca de asilo en Estados Unidos llegan a una terminal de autobuses el 21 de febrero en Brownsvill­e luego de ser liberados por las autoridade­s.
 ?? Joel Martínez / AP ?? El gobernador de Texas, Greg Abbott, habla el martes 9 de marzo en Anzalduas Park, en Mission.
Joel Martínez / AP El gobernador de Texas, Greg Abbott, habla el martes 9 de marzo en Anzalduas Park, en Mission.

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