MESSI Y UNA NUEVA FRUSTRACIÓN CON LA SELECCIÓN ARGENTINA
Tras perder otra final, anunció que no jugará más con Argentina
Los argentinos han criticado duramente a Lionel Messi en el pasado por no cantar el himno nacional de su país antes de los partidos o por una cierta falta de liderazgo o de carácter para jugar en la selección bicampeona del mundo.
Al campeón mundial juvenil y medallista de oro olímpico también lo han criticado por no rendir con la camiseta albiceleste de la mayor al mismo nivel que lo ha hecho en el Barcelona, el único club para el que ha jugado a nivel profesional y con el que ha ganado todos los títulos posibles.
El domingo, después de perder por tercera vez en años consecutivos una final con Argentina, otra vez en definición por penales ante Chile, dijo basta, quizás más frustrado por esa falta de reconocimiento y la presión cada vez más agobiante que por su rendimiento en el campo de juego.
¿Falló un penal clave en la definición? Sí. ¿No dejo todo en la cancha en 120 minutos de juego? No. Nadie puede recriminarle a Messi no haber tratado de hacer todo lo posible para alcanzar la gloria con la selección mayor, de rica historia pero de varias frustraciones en el pasado más reciente.
Corrió, encaró, pidió la pelota, eludió a rivales, intentó al arco y nunca se escondió a pesar de ser víctima de infracciones arteras que llenaron de tarjetas a sus rivales, quienes recurrieron constantemente al juego desleal para tratar de detenerlo.
No es fácil alcanzar la final de un Mundial. Tampoco hacerlo en forma invicta en las dos últimas ediciones de la Copa América. Argentina cayó por penales tras empatar sin goles y no ser inferior a su rival, como el año pasado y como en la final de Brasil 2014 ante Alemania.
Eso no puede ser considerado como un fracaso. Argentina no se fue del torneo goleada o en la primera fase. Al contrario, luchó y cayó de pie en la final frente a un rival que obviamente también juega y sale a tratar de buscar un título. Y que por algo había llegado otra vez hasta esa instancia.
Antes de esta edición especial del torneo por el centenario de la Confederación Sudamericana de Fútbol, Messi había sido criticado por el ex astro Diego Maradona por una supuesta falta de liderazgo pese a su condición de capitán, pero él no necesita gritar y arengar a sus compañeros para demostrar ese liderazgo. Él da el ejemplo pidiendo la pelota y yendo para el frente. Hay otros habilidosos que se han escondido ante las patadas y los golpes. No Maradona, claro. Pero es imposible que tenga esa misma personalidad. No es así como persona y tampoco como jugador.
Messi también ventiló su frustración antes de la final por una supuesta falta de apoyo de la federación de su país, que atraviesa por una grave crisis institucional.
Sería una lástima que por este nuevo traspié deje el fútbol internacional cuando aún tiene tanta magia para seguir ofreciendo.
La adversidad, como en la vida, debería servir para seguir alimentando ese fuego interno que motiva a todo deportista, profesional o amateur, para seguir intentándolo. Ganar o no depende de muchos factores: la clave está en seguir luchando, y esos son los verdaderos campeones.