Houston Chronicle

Pasan más tiempo detenidos

Inmigrante­s en prisión bajo una política más dura

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Olusegun Olusegun Olatunji pagó una multa de 40.700 dólares, estuvo tres meses en un hogar de transición y pasó un año en libertad vigilada por vender sombreros falsos en un centro comercial de Indianápol­is.

Este nigeriano que lleva 30 años en el país sin permiso de residencia porque se quedó al vencer su visa fue finalmente apresado y lleva más de tres años peleando para no ser deportado.

Su batalla continúa. Ha pasado por seis centros de detención de inmigrante­s, incluido uno de Alabama al que van a parar los casos más complicado­s.

El Servicio de Inmigració­n y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) arrestó a más de 100.000 inmigrante­s en el año fiscal de 2017 y los retuvo un promedio de 34 días antes de liberarlos o deportarlo­s, según archivos del gobierno. La duración promedio de las detencione­s subió respecto a 2016, en que fue de 22 días.

Algunos extranjero­s, no obstante, permanecen meses o años presos a la espera de que se resuelvan sus apelacione­s o agotando las medidas para no ser deportados.

Y ese tiempo podría aumentar debido a las políticas de línea dura del presidente Donald Trump hacia la inmigració­n ilegal y un reciente fallo de la Corte Suprema.

Muchos de los casos de inmigrante­s que permanecen presos largos períodos involucran a gente como Olatunji, que han sido condenados por delitos comunes, no relacionad­os con la inmigració­n, y apelan su orden de deportació­n.

El nigeriano, que como tantos otros inmigrante­s no tiene abogado, dice que quiere quedarse en Estados Unidos para ayudar a su hijo de 15 años, nacido en este país, a que vaya a la universida­d.

“Lucharé por él hasta el último momento. Le dije que no me importa el tiempo que tome. Voy a agotar todas mis opciones”, manifestó Olatunji el mes pasado en una entrevista telefónica desde el Centro de Detención del condado de Etowah en Gadsden, una instalació­n donde los presos soportan malas condicione­s, según activistas.

Defensores de la causa de los inmigrante­s dicen que los presos tienen los mismos derechos que cualquier sospechoso de haber cometido un delito que espera ser juzgado, pero los tribunales estadounid­enses generalmen­te rechazan esa postura.

A diferencia de los reos que cumplen una sentencia específica, “esta gente no sabe cuánto tiempo permanecer­á detenida”, manifestó Donald Anthonyson, director de la organizaci­ón Familias por la Libertad y quien alguna vez estuvo preso.

En febrero, la Corte Suprema de Estados Unidos anuló el fallo de un tribunal inferior que concedía a los inmigrante­s arrestados el derecho a pedir la libertad bajo fianza después de haber estado seis meses presos. La mayoría de los sospechoso­s de haber cometido delitos acuden a una audiencia de ese tipo en cuestión de días.

Un fallo previo permite a los presos con órdenes de deportació­n solicitar la libertad bajo fianza después de tres meses si su deportació­n se demora. Ese juzgado dijo que las leyes “no permiten la detención indefinida”.

El ICE declinó pedidos de una entrevista telefónica, pero envió un correo electrónic­o a la Associated Press en el que dice que el gobierno puede ignorar el límite de tres meses para la deportació­n si el detenido no gestiona los documentos de viaje o “conspira y trata de impedir” su deportació­n.

Etowah tiene generalmen­te unos 300 inmigrante­s presos, la mayoría de ellos gente que lleva mucho tiempo viviendo en Estados Unidos sobre la que pesa una orden de deportació­n.

Los inmigrante­s allí alojados permanecen presos un promedio de 101 días, la segunda estadía más larga registrada en la nación, según cifras de 2017.

Consultas telefónica­s hechas por la organizaci­ón Libertad para los Inmigrante­s indican que uno de cada seis detenidos pasa al menos seis meses preso. Un individuo dijo que lleva casi cinco años y medio en prisión.

Olatunji, quien estuvo preso en Etowah en dos oportunida­des, dice que ese centro es a menudo la última escala antes de la deportació­n.

“Cuando te traen aquí, es porque realmente quieren deportarte. Otros centros son más bien sitios transitori­os”, expresó.

Hay casi 700.000 casos pendientes de resolución en los tribunales de inmigració­n, herencia en parte del gobierno de Barack Obama, que se enfocaba más que nada en los inmigrante­s sin papeles que habían cometido delitos. Trump ordenó al Departamen­to de Seguridad Nacional que intensifiq­ue los arrestos y construya más centros de detención.

Olatunji afirma que no recibió un juicio justo y que el gobierno alteró las acusacione­s, lo que prolongó su detención. Un juez de inmigració­n sostuvo que no puede ser liberado porque su deportació­n sigue pendiente debido a sus apelacione­s.

 ?? Shelly Covington / Associated Press ?? El inmigrante nigeriano Olusegun Olatunji, con su hijo Micah, en un restaurant­e Denny's de Indiana.
Shelly Covington / Associated Press El inmigrante nigeriano Olusegun Olatunji, con su hijo Micah, en un restaurant­e Denny's de Indiana.

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