El último adiós al patriarca
EN TEXAS: los restos del ex presidente George H.W. Bush finalmente descansan en College Station luego de ser despedidos con todos los honores.
George H.W. Bush, quien escribió la historia como el presidente 41 de Estados Unidos y patriarca de una familia que ocupó la Casa Blanca durante una docena de años, finalmente fue enterrado el jueves a Texas para su eterno descanso.
Luego de un funeral privado para sus parientes en la Universidad Texas A&M, en College Station, el ex mandatario quedó reposando en la parcela familiar en los terrenos de la biblioteca presidencial, su último lugar de descanso junto a Barbara, su esposa de 73 años, y Robin, la hija que el matrimonio perdió a causa de la leucemia cuando tenía 3 años.
Varios días de actividades funerarias en honor al 41er mandatario de Estados Unidos llegaron a su fin con la ceremonia del jueves por la tarde, casi una semana después de su fallecimiento, a los 94 años de edad, el viernes previo en su residencia de Houston.
Después de una ceremonia de cuerpo presente en el Capitolio y un funeral en la Catedral Nacional de Washington D.C., se realizó otro servicio en honor a Bush en la iglesia episcopal St. Martin de Houston a la que ha asistido regularmente su familia al oeste la ciudad.
Posteriormente sus restos fueron trasladados en un tren funerario especial que partió desde la localidad suburbana de Spring, al norte de Houston, hacia la localidad universitaria de College Station, donde fue enterrado en la biblioteca presidencial que lleva su nombre en la Universidad Texas A&M.
Antes de que finalizara el servicio, alrededor de 2.100 cadetes uniformados se formaron al lado del camino hacia la tumba y saludaron al paso de la caravana.
En las horas previas, miles de personas detuvieron sus vehículos y salieron de los mismos con banderas de Estados Unidos y de Texas para saludar el paso del ex mandatario, residente de Houston por muchos años. Algunos se llevaban una mano al pecho, otros agitaban las banderas o trataban de registrar el momento histórico con sus teléfonos móviles.
El portavoz de la familia, Jim McGrath, dijo que el ex presidente George W. Bush, su hijo mayor y que también fue gobernador de Texas, dejó los terrenos de la biblioteca en College Station acompañado de varios familiares.
Previamente en Houston más de 11.000 personas rindieron tributo a Bush padre cuando su féretro descansó toda la noche en la iglesia de la zona de Memorial. Algunos visitantes esperaron horas para rendir honor al ex presidente.
El país entero se despidió el miércoles en un servicio funerario nacional que brindó grandes elogios para el último de los presidentes en haber luchado en la Segunda Guerra Mundial, como un joven piloto de avión de la Armada, y una considerable dosis de humor para un hombre alguna vez calificado como una cruza entre Mister Rogers y John Wayne.
George W. Bush perdió la compostura brevemente hacia el final de su discurso en la capital al recordar a la hija que perdieron sus padres en 1953 y a su madre, quien falleció en abril. Dijo que le consuela saber que “papá nuevamente abraza a Robin y toma la mano de mamá”.
La familia ocupó la Casa Blanca durante 12 años: el 41er presidente durante un periodo, el 43ro durante dos. Jeb Bush intentó alargar la racha, pero cayó ante Donald Trump en las primarias republicanas de 2016.
El mayor de los Bush fue “el último gran estadista”, dijo el historiador Jon Meacham en su discurso, “nuestro escudo” en momentos de peligro.
Después de tres días de remembranzas en Washington, el avión presidencial llevó el féretro de Bush de regreso a Houston el miércoles para sus últimas ceremonias fúnebres. El avión aterrizó en la base militar de Ellington Field, al sudoeste de la ciudad. Mientras una caravana trasladaba los restos de Bush a la iglesia St. Martin’s por una autopista interestatal cerrada al tránsito, cientos de conductores detuvieron sus vehículos del otro lado del camino para tomar fotografías y videos con sus teléfonos. El conductor de un camión cisterna subió a la parte más alta de su vehículo para tener una mejor vista, mientras que al menos 15 bomberos subieron a un par de camiones para presentar sus respetos.
Al llegar a la iglesia, el féretro de Bush fue recibido por una banda militar y por el alcalde demócrata de Houston, Sylvester Turner.