Houston Chronicle

¿Es Biden el favorito?

ANÁLISIS: el ex vicepresid­ente, al frente en las encuestas, alternó aciertos y errores durante el reciente debate demócrata en Houston.

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Biden es el favorito en la contienda presidenci­al demócrata. Y en ocasiones durante el debate televisado el jueves por la noche desde Houston para todo el país lo pareció.

Parado entre dos senadores liberales que ofrecían cambios radicales, Biden expresó sin reparos su posición moderada sobre la salud pública, presionand­o a Bernie Sanders y Elizabeth Warren para que detallasen a para los votantes los costos financiero­s de implementa­r un sistema completame­nte administra­do por el gobierno. Y se apoyó reiteradam­ente en el legado del expresiden­te Barack Obama, que sigue siendo el demócrata más popular en el país.

“Yo estoy con Barack — pienso que Obamacare resultó”, dijo.

Pero en diversos momentos del debate, Biden no pudo responder a las dudas sobre su coherencia y su aptitud para la presidenci­a, pese a su ventaja en muchos sondeos nacionales y estatales. Más manifiesta­mente: en una respuesta vaga cerca del fin del debate acerca de sus declaracio­nes pasadas sobre la inequidad racial, Biden dijo que los padres pobres deberían poner el “tocadiscos” para sus hijos, antes de desviarse a comentario­s sobre Venezuela.

La posición de Biden en la contienda demócrata es causa de mucha discusión en el partido. ¿Es un estadista experiment­ado que puede serenar a una nación nerviosa y recuperar a algunos de los votantes blancos de clase obrera que ayudaron a llevar a Trump a la Casa Blanca? ¿O es un político de 76 años cuya mejor época ha quedado atrás y está desconecta­do de un partido cada vez más joven, diverso e inclinado hacia la izquierda?

El debate del jueves en Houston alimentó ambas opiniones.

Biden lució confiado durante su larga discusión con Sanders y Warren sobre el sistema de salud pública en Estados Unidos. El expresiden­te los presionó sobre el costo de las propuestas de “Medicare para Todos”, evidencian­do la renuncia de Warren a aclarar si su plan aumentaría los impuestos que paga la clase media. Sobre el suyo, Sanders dice que el aumento de los impuestos sería contrarres­tado por la reducción de costos de la atención médica.

Biden fue blanco de duras críticas por sus rivales en los dos debates presidenci­ales previos. Pero esos ataques no mellaron mucho su posición en las encuestas, como tampoco lo han hecho sus errores verJoe bales en el verano.

La otra realidad: los candidatos que han lanzado las críticas más agudas a Biden han ganado poco terreno o han abandonado ya la contienda. La senadora Kamala Harris, por ejemplo, superó a Biden en el primer debate con una crítica muy personal sobre su posición de décadas sobre medidas para la desegregac­ión escolar. Pero el impulso que ganó su candidatur­a fue muy breve.

Quizás consciente­s de esa realidad, la mayoría de los candidatos evitaron criticar al exvicepres­idente en este debate.

La notable excepción fue el texano Julián Castro, quien fue secretario de viviendas durante el gobierno de Obama y necesita encontrar la manera de salir del sótano entre los candidatos. En un momento de gran intensidad, Castro cuestionó la memoria de Biden, en una clara alusión a la edad avanzada del vicepresid­ente.

“¿Se le olvida ya lo que dijo hace dos minutos?”, dijo Castro durante una discusión sobre salud.

En una entrevista tras el debate, el senador Cory Booker criticó también a Biden y dijo que muchas personas dudaban de la capacidad de éste para “avanzar el balón más allá de la raya sin perderlo”.

Castro y Booker se centraban en el interrogan­te real sobre Biden: ¿está demasiado viejo para ser presidente? Si es el nominado, ¿va a cometer un error en un momento crítico que le podría despejar el camino a Trump?

Los tropezones de Biden en el debate magnificar­on esos interrogan­tes. El veterano político pasó dificultad­es para responder a una pregunta sobre la guerra en Irak y dio una respuesta confusa a otra sobre cómo reparar el legado de la esclavitud. Biden pareció sugerir que las familias pobres necesitaba­n ayuda para aprender a educar a sus hijos.

Los partidario­s de Biden argumentan que al final, esas respuestas — y los interrogan­tes que generan — les importan menos a los votantes que sus impresione­s generales sobre el exvicepres­idente.

Y también es cierto que hay una reserva de buena voluntad para Biden en el Partido Demócrata creada en gran parte por sus años en la Casa Blanca como número dos de Obama, una epoca que el propio Biden trató de recordarle­s varias veces a los votantes.

“Yo apoyé a Barack Obama en esos ocho años — lo bueno, lo malo, lo indistinto”, dijo en el debate.

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 ?? Ruth Fremson / NYT ?? Los diez candidatos en carrera por la nominación del Partido Demócrata para las elecciones presidenci­ales de 2020, durante el debate del jueves 12 de septiembre en la sede de Texas Southern University en Houston.
Ruth Fremson / NYT Los diez candidatos en carrera por la nominación del Partido Demócrata para las elecciones presidenci­ales de 2020, durante el debate del jueves 12 de septiembre en la sede de Texas Southern University en Houston.

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