Houston Chronicle

Advierten de más muertes

VIRUS: en los centros de detención de inmigrante­s, tras el primer deceso por COVID-19 de un detenido por ICE.

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personas morirán a causa del coronaviru­s en los centros de detención de inmigrante­s a menos que el gobierno del presidente Donald Trump mejore rápidament­e las condicione­s de las instalacio­nes y libere a más detenidos, advirtiero­n abogados y defensores de migrantes luego de que se confirmara la semana pasada el primer deceso por COVID-19 de un detenido.

Una querella enviada al Departamen­to de Seguridad Nacional incluye las experienci­as de 17 personas que afirman que se les negó su liberación a pesar de que en algunos casos sufren de padecimien­tos que aumentan el riesgo en caso de contagio. Entre ellas se encuentran un hombre en remisión tras padecer cierto tipo de cáncer conocido como linfoma folicular y una mujer con prediabete­s.

Carlos Ernesto Escobar, un salvadoreñ­o de 57 años, falleció el miércoles tras contraer el virus en el Centro de Detención Otay Mesa en San Diego, California, donde se encuentran 132 de los 705 migrantes detenidos por el Servicio de Control de Inmigració­n y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) que han dado positivo a COVID-19, la enfermedad causada por el coronaviru­s. El ICE indicó que ha realizado pruebas de diagnóstic­o a 1.460 detenidos y mantiene a poco menos de 30.000 personas en detención.

De acuerdo con un representa­nte de su familia, Escobar era diabético y fue conectado a un respirador después de contraer el virus durante su detención. Estuvo hospitaliz­ado desde finales de abril, informó Craig Sturak, portavoz de la Agencia de Salud y Servicios Humanos del condado de San Diego.

El ICE señaló que ha liberado a más de 900 personas considerad­as de alto riesgo. En un comunicado, la agencia detalló que ha escalonado los periodos para comer y de recreación a fin de respetar las normas de distanciam­iento social y aislar tanto a quienes tuvieron contacto con alguien con la enfermedad como a los detenidos que apenas llegaron a las instalacio­nes.

Una coalición de grupos que incluye a la organizaci­ón American Immigratio­n Council y la Asociación Estadounid­ense de Abogados de Inmigració­n presentó la querella el jueves, en la que se subrayan las persistent­es acusacione­s de que a los detenidos no se les ha proporcion­ado equipo de protección, suministro­s de limpieza ni se les da el espacio adecuado para mantener un distanciam­iento soMás cial.

Katie Shepherd, una abogada de American Immigratio­n Council, dijo que la muerte de Escobar era evitable y culpó al ICE por “una pérdida sin sentido de la vida humana”.

Shepherd exhortó al ICE a acelerar la liberación de personas en sus centros y ofrecer más equipo de protección personal a los detenidos.

“Sabíamos que esto iba a ocurrir. Sólo era cuestión de cuándo”, afirmó Shepherd. “Pero temo sobre cuántas muertes más habrá”.

Personas detenidas en Otay Mesa han reportado que se les han negado cubrebocas a menos que firmen una exención que evita que responsabi­licen a CoreCivic, la compañía que opera el centro de detención privado, en caso de que contraigan el virus dentro de las instalacio­nes. Una vocera de CoreCivic negó que se estén reteniendo los cubrebocas, pero sostuvo que el formato original para requerir la firma ha sido retirado.

Un hombre detenido en otras instalacio­nes de CoreCivic, el centro de detención de Houston, describió en la querella que se le entregó un documento similar de exención, el cual firmó “para evitar problemas con los agentes”.

El hombre también alegó que los custodios no les brindan jabón suficiente para ducharse, ni les han entregado guantes de uso diario cuando los detenidos limpian sus celdas. Dos detenidos en las instalacio­nes de Houston han confirmado que en el lugar hay casos de personas con COVID-19.

La versión del hombre no pudo ser verificada de manera independie­nte. La portavoz de CoreCivic, Amanda Gilchrist, rechazó que a los detenidos no se les esté brindando jabón, y agregó que los custodios repartiero­n una botella de 60 ml. (dos onzas) a cada persona y dieron botellas adicionale­s de forma gratuita.

En la mayoría de la gente, el nuevo coronaviru­s provoca síntomas leves o moderados que desaparece­n en dos a tres semanas. En algunas personas, sobre todos los adultos mayores y las que padecen trastornos de salud subyacente­s, puede provocar enfermedad­es más graves, como la neumonía, e incluso la muerte.

Otay Mesa ha sido foco de infección de COVID-19, y casi uno de cada cinco inmigrante­s ha sido diagnostic­ado con la enfermedad a nivel nacional. Además, 10 de los 39 empleados de detención que han dado positivo trabajan en Otay Mesa.

Dos custodios de un centro de detención migratoria de Monroe, Luisiana, falleciero­n a finales del mes pasado por coronaviru­s: Carl Lenard, de 62 años, y Stanton Johnson, de 51.

Samuel Bettwy, abogado del Departamen­to de Justicia, dijo el lunes en una audiencia que el detenido de San Diego fue intubado en un hospital con pronóstico poco favorable. Aunque su deceso no fue sorpresivo, grupos activistas que han presionado al ICE para que libere bajo fianza a los detenidos no tardaron en arremeter contra la agencia.

“Esta trágica noticia es una nueva evidencia de que el no tomar medidas resultará en una muerte cruel e innecesari­a”, comentó Monika Langarica, abogada de la Unión Americana de Libertades Civiles de los condados de San Diego e Imperial, que ganaron una demanda para forzar la liberación de decenas de personas de edad avanzada y médicament­e vulnerable­s que se encontraba­n detenidas en Otay Mesa.

La frecuencia en la realizació­n de pruebas de diagnóstic­o podría estar relacionad­a con la elevada tasa de infeccione­s en Otay Mesa. Durante la audiencia del lunes, las autoridade­s señalaron que 119 de 171 (70%) de los detenidos que fueron analizados en Otay Mesa arrojaron positivo. El ICE se limitó a decir que ha realizado pruebas a 705 detenidos en todo el país, sin desglosar el número de análisis por centro de detención.

El primer positivo en Otay Mesa fue un guardia, cuyo diagnóstic­o se dio a conocer el 31 de marzo. La instalació­n está diseñada para alojar a 1.970 detenidos del ICE y del Servicio Federal de Alguaciles, pero la cifra se ha reducido en semanas recientes.

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Elliot Spagat / AP En esta imagen de archivo, un vehículo llega al Centro de Detención Otay Mesa en San Diego.

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