Oropesa, en la cresta de la ola
Salió de su mejor temporada en NY cuando llegó el virus
Con más de 100 presentaciones en su haber, la soprano Lisette Oropesa no era exactamente una extraña en la Ópera Metropolitana de Nueva York. Pero hasta la más reciente temporada, era como que no había arribado verdaderamente.
De hecho, prácticamente había desaparecido, al actuar apenas una vez en las últimas cinco temporadas, como la niña en la ópera de Humperdinck de cuento de hadas “Hansel y Gretel”.
Y regresó en dos papeles adultos, encabezando una reposición de “Manon”, de Massenet, como la heroína cazafortunas, y también como la cortesana tuberculosa Violetta en “La Traviata”, de Verdi.
Los críticos han aplaudido ese exitoso regreso.
“Con esa voz brillantemente cristalina e impresionantemente poderosa, habita persuasivamente el papel de este camaleón coqueto”, escribió Joshua Barone, de The New York
Times, al elogiar su interpretación de Manon.
Eric C. Simpson escribió en el blog New York
Classical Review que Oropesa “confirmó que está completamente lista para los papeles protagónicos en la Met”.
Más aún, ganó dos de los más grandes premios de la ópera en Estados Unidos: el Richard Tucker de la fundación musical que lleva el nombre del difunto tenor, y el Beverly Sills otorgado por la Met.
“La gente siempre piensa, ‘oh, de repente te convertiste en una gran estrella’”, dijo Oropesa, de 36 años, en una entrevista tras un ensayo para “Manon”. “De hecho toma diez años de construir relaciones y actuar una y otra vez”.
“Si me hubiese quedado sólo en la Met, aunque la Met sea un hermoso abrazo envolvente, no creo que haya podido lograr el reconocimiento mundial que he logrado”, agregó.
Hija de inmigrantes cubanos que creció en Baton Rouge, Louisiana, Oropesa ganó la competencia nacional de la Met en 2005 con 21 años y fue aceptada para el programa de entrenamiento de tres años de la compañía.
Con una voz adecuada para la coloratura y papeles líricos ligeros, le ofrecieron roles pequeños y medianos en la ópera y algunos más grandes como Susanna en “Las bodas de Fígaro”, de Mozart, y Gilda en “Rigoletto”, de “Verdi.
“Eso fue bonito, pero quería ser capaz de cantar muchos de los otros papeles que compañías en el extranjero me estaban ofreciendo”, señaló.
“Esta es la Met, esto es como las Grandes Ligas“, dijo. “No es una casa de entrenamiento. Es una ópera de ‘¡llegué!’”.
Así que empezó a aceptar trabajos en óperas europeas, y eso llevó a una serie de logros que incluyen triunfos en “Lucia di Lammermoor”, de
Donizetti, con la Ópera Real de Londres y el Teatro Real de Madrid; aplausos en una rara puesta de Rossini, “Adina”, en el festival de Pesaro, la ciudad natal del compositor en Italia; y en especial una llamada de emergencia en 2018 para reemplazar a Diana Damrau como Marguerite de Valois en “Los Hugonotes”, de Meyerbeer, en París.
Esa última oportunidad no pudo ser de mayor relieve: un papel clave en una lujosa producción nueva, en la ciudad donde la gran ópera rara vez interpretada se había estrenado 200 años atrás. Marguerite aparece principalmente en el segundo acto, donde canta la deslumbrante aria de coloratura “O beau pays”.
Oropesa todavía estaba actuando en Pesaro cuando Damrau se retiró apenas unas semanas antes de comenzar los ensayos. “En mi tiempo libre iba y me encerraba en la sala de ensayo, y me la aprendí”, contó. “Me proporcionó una vitrina realmente bonita”.
Esa valoración no le hace justicia. Su interpretación generó aplausos unánimes de la crítica y consolidó su lugar en la cima de su profesión. Cuando la Met se encontró buscando a una Manon a menos de un año del estreno, Oropesa fue la opción natural.
Pero fue otra tarea difícil. Ella nunca había cantado Manon, uno de los papeles más exigentes del repertorio francés. “Largo y pesado”, como lo describe, “con mucha coloratura pero también mucho canto lírico con todas las letras”.
También tenía dudas respecto al personaje de la heroína, que abandona a su primer amor, el Chevalier des Grieux, para salir en busca de riqueza y por último muere desahuciada.
“Cuando lo leí por primera vez pensé: ‘qué tarada, ¿a quién le importa si ella muere’”, dijo Oropesa. Pero su visión se suavizó mientras estudiaba al personaje. “Simplemente ella no lo ama tanto como otras cosas que desea un poco más.
Quiere tenerlo todo, y eso no tiene nada de malo. Una no tiene que hacerla compasiva sino real”.
“Manon”, con el tenor Michael Fabiano como des Grieux, ofreció siete funciones. La última, el 26 de octubre, fue transmitida en vivo en HD en salas de cine alrededor de todo el mundo.
La pandemia del COVID-19 ha sacudido a los adeptos al teatro y cerrado todos los recintos de Nueva York, incluyendo en Broadway, que amasó 1.800 millones de dólares la temporada pasada y atrajo a un récord de 15 millones de espectadores. Cómo Broadway — una de las joyas de la ciudad — reabrirá todavía no está claro.