Empresarios, preocupados por actitud de Trump en el poder
Consideran unas medidas colectivas que podrían tomar frente a una amenaza inminente a la democracia
Pocos jefes de empresa estadounidenses se han pronunciado en público sobre la negativa del presidente Donald Trump a aceptar su derrota electoral frente a Joe Biden, pero en privado muchos hablan con preocupación sobre las medidas colectivas que podrían llegar a tomar frente a una actitud que es considerada como una amenaza inminente al sistema democrático del país.
Una veintena de CEOs de grandes empresas participaron el 6 de noviembre en una videoconferencia para discutir qué harían si Trump se negaba a dejar el cargo o si toma otras medidas para continuar en el poder después del 20 de enero, fecha en la que debe juramentar el nuevo presidente. The Associated Press y otras empresas noticiosas declararon ganador de la elección al demócrata Biden.
Durante la conferencia, que duró más de una hora, los CEOs coincidieron en que Trump tenía derecho a impugnar la elección ante los tribunales si consideraba que había fraude.
Sin embargo, los CEOs acotaron que si Trump trata de contravenir el proceso legal o trastornar una entrega pacífica del poder harían declaraciones públicas de deslinde y que presionarían a los legisladores republicanos de sus estados que pudieran intentar redirigir los votos en el Colegio Electoral de Biden a Trump, dijo el profesor Jeffrey Sonnenfeld, de la Universidad de Yale, quien convocó la reunión.
“Les parece bien que (Trump) apele a una corte, al proceso judicial. No quieren negárselo, pero eso no detiene la transición”, dijo Sonnenfeld. “Dijeron que si la gente se siente mejor con eso no perjudica a nadie que se realice el proceso”.
El sábado, al día siguiente de la conferencia, la organización Business Roundtable (Mesa Redonda Empresarial, un grupo que incluye aWalmart, Apple, Starbucks, General Electric y otras de las empresas más poderosas del país) emitieron un comunicado de felicitación al ex vicepresidente Biden y a su compañera de fórmula, la senadora por California Kamala Harris.
El comunicado refleja la conversación en la conferencia, al afirmar que Trump tiene derecho
a exigir conteos e investigaciones donde existan pruebas.
“No hay indicios de que alguna de éstas cambiaría el resultado”, expresaba el comunicado.
Los directivos que participaron de la conferencia son de las grandes empresas financieras, minoristas, periodísticas y fabriles, dijo Sonnenfeld. Se negó a identificarlos porque asistieron bajo la condición de que no se revelarían sus nombres. Sonnenfeld habla frecuentemente con CEOs y los invita a reuniones para discutir asuntos apremiantes.
Richard Pildes, un
profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Nueva York y quien asistió a la reunión confirmó la versión de Sonnenfeld, lo mismo que un ejecutivo que pidió no ser identificado por respeto a las normas del encuentro.
Los CEOs coincidieron en que no habían visto pruebas de fraude generalizado en la jornada electoral como alega Trump.
Un orador invitado fue el historiador Timothy Snyder, de la Universidad de Yale, quien habló sobre democracias que murieron después de elecciones y la posibilidad de que los
legisladores republicanos alteren el resultado en el Colegio Electoral. Muchos de los presentes expresaron su preocupación ante la conducta del presidente, dijo Sonnenfeld.
Respaldo republicano
Mientras tanto, los republicanos más influyentes enWashington D.C. han mantenido en los últimos días su firme respaldo a Trump y sus acusaciones infundadas de fraude electoral.
Sin embargo, algunos líderes republicanos en otras partes del país se distanciaron del mandatario y expresaron que es
momento de que el gobierno trate a Biden como el presidente electo que es.
El gobernador de Nueva Hampshire, Chris Sununu, quien respaldó la reelección de Trump, se convirtió en el más reciente funcionario republicano en decir lo que el mandatario y sus aliados se niegan a aceptar.
Sununu dijo que la ventaja de Biden “aumenta día a día” mientras seguía avanzando el recuento en los estados indecisos y que las opciones legales de Trump se están disipando.
“Joe Biden es el presidente electo, y creo, como la mayoría de los estadounidenses, que prestará juramento en enero”, dijo Sununu a los reporteros al insistir en que no hubo fraude en su estado, en el que Biden ganó fácilmente.
Sus declaraciones significan un marcado distanciamiento de la abrumadora mayoría de funcionarios republicanos que aún se niegan a aceptar públicamente la victoria de Biden.
Dicha resistencia ha complicado las labores de Biden de encabezar una transición, al privarlo de los fondos y recursos que generalmente se le otorgan a un gobierno entrante.
Preocupados por las implicaciones de seguridad nacional que significan esos obstáculos, algunos republicanos comienzan a decir que Biden al menos debería tener acceso a reportes de inteligencia a fin de que tenga la información más completa posible sobre las amenazas que enfrenta el país al momento de que asuma el cargo.
“Pienso — especialmente en cuanto a informes confidenciales — que la respuesta es sí”, dijo el republicano de mayor antigüedad en el Senado, Chuck Grassley. Es un comentario similar a los de los senadores Lindsey Graaham y James Lankford, entre otros colegas republicanos.
Sin embargo, Grassley también dijo que no hay motivo para que Biden tenga acceso pleno de transición, apegándose a una postura adoptada durante las disputadas elecciones de 2000 y que posteriormente fue descrita como una deficiencia de seguridad nacional en los ataques terroristas del 11 de septiembre.
Los republicanos dispuestos a distanciarse públicamente de los intentos sin precedente de Trump de socavar el proceso electoral siguen siendo una minoría sumamente pequeña. Hasta la tarde del jueves apenas un puñado de los 53 senadores y 5 de los 28 gobernadores republicanos han reconocido a Biden como presidente electo.
Muchos aliados de Trump enWashington no ven un camino hacia la victoria de Trump, pero siguen temerosos de irritar al presidente saliente —o a sus simpatizantes—, en especial con el control del Senado por decidirse.
Trump obtuvo un récord de 72 millones de votos en la elección presidencial, cifra que despedazó la marca previa, pero de igual forma quedó cinco millones de votos detrás de Biden. Líderes republicanos creen que necesitan mantener a Trump y a sus simpatizantes contentos e involucrados de cara a la segunda ronda electoral en Georgia, que determinará qué partido logra la mayoría en el Senado.
Posiblemente esa sea la razón por la que, a pesar de la abrumadora evidencia del triunfo de Biden, la dirigencia republicana sigue respaldando los señalamientos del presidente incluso en momentos en que pierde un creciente número de impugnaciones.
El líder republicano Kevin McCarthy insinuó el jueves que Biden no necesita de los reportes de inteligencia debido a que Trump podría permanecer en la presidencia el próximo año.
“Él no es actualmente nuestro presidente, no sé si lo sea el 20 de enero, pero sea quien sea recibirá la información”, dijo McCarthy sobre Biden.
La victoria de Biden no está en duda. Ha conseguido más de los 270 votos del Colegio Electoral necesarios para ocupar la presidencia.
Mientras tanto, una coalición de funcionarios estatales y federales no encontró prueba alguna evidencia de manipulación de los votos de las elecciones presidenciales de la semana pasada o de que hayan sido alterados de alguna manera, con lo que rechazaron las acusaciones infundadas que han promovido Trump y muchos de sus simpatizantes: de que hubo un supuesto fraude electoral a gran escala.
En un comunicado, expertos del gobierno y de la industria que coordinaron la seguridad cibernética de las elecciones aseguraron el jueves que los comicios del 3 de noviembre fueron los más seguros en la historia de Estados Unidos. Su toma de posición representa el rechazo más contundente a la fecha a los intentos de Trump de socavar la integridad del proceso electoral.
Las declaraciones son similares a las hechas en repetidas ocasiones por expertos electorales y funcionarios estatales, quienes aseguran que las elecciones se realizaron sin mayores contratiempos o irregularidades.
“Aunque sabemos que existen muchas acusaciones infundadas y oportunidades para la desinformación sobre el proceso de nuestras elecciones, podemos garantizarles que tenemos suma confianza en la seguridad y la integridad de nuestras elecciones y ustedes también deberían”, aseguró el comunicado.