La FIFA investiga el fiasco del clásico
La mesa estaba servida y el mundo se relamía para ver otra edición del clásico sudamericano entre Brasil y Argentina, que, además tenía otra vez varios ingredientes que lo hacían más atractivo.
Con ambos seleccionados invictos y en las dos primeras ubicaciones de la tabla de posiciones de la CONMEBOL para el Mundial de Qatar 2022, el esperado choque volvía a poner frente a frente a Lionel Messi y a Neymar en Brasil después de la victoria de Argentina en julio en la final de la Copa América en el estadio Maracaná de Río de Janeiro.
Pero la puesta en escena fue apenas eso, una puesta en escena que duró poco más de cinco minutos antes que un funcionario brasileño de Sanidad, armado y vestido de civil, irrumpió en el campo de juego con la intención de interrumpir el partido y provocar su suspensión.
Entre algunos forcejeos, manotazos y confusión, un veedor de la CONMEBOL luego le recomendó al plantel argentino retirarse al vestuario mientras que los locales se quedaron en el campo de juego y el director técnico brasileño Tite se mostró sorprendido, aunque después se supo que eso podía llegar a ocurrir de acuerdo a todo lo que se había especulado antes de que empezara a rodar el balón.
La propia Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) luego publicó un comunicado en el cual se defendió de la situación criticando a las autoridades sanitarias del país, que acusaron a cuatro jugadores argentinos (tres de los cuales estaban en el campo de juego) de no haber cumplido con los requisitos de ingreso al país por la pandemia del COVID-19. Tenían la intención de deportarlos y, aseguraron, ya habían ido a buscarlos al hotel, pero ahí no ejercieron su autoridad al hacer inmigración ni durante los tres días que los argentinos estuvieron concentrados antes del encuentro.
Esos cuatro jugadores militan en clubes de Inglaterra y habían acordado su participación en medio de un conflicto generalizado entre la liga de ese país y otros para no ceder a los futbolistas sudamericanos. Los brasileños que militan en clubes ingleses no habían podido viajar.
Entre distintas acusaciones y versiones todo ahora está en manos de la FIFA, que ya abrió un expediente para tratar de resolver la situación.