La Opinión

UNA MOVILIZACI­ÓN FUERTE Y NECESARIA

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En el 2006 la comunidad inmigrante a lo largo de la nación salió a la calle masivament­e en contra de la ley H.R. 4437, que iba a criminaliz­ar a todos los indocument­ados. Ahora vivimos otro momento de urgencia que requiere una demostraci­ón similar de repudio. La fecha es el 1ro. de mayo para denunciar y resistir frente a una cruel política migratoria.

Hoy la situación es mucho peor que la de hace 11 años.

Antes la movilizaci­ón era preventiva. El propósito era alertar sobre una amenaza que se asomaba para justificar la persecució­n de los indocument­ados.

Ahora esa amenaza se convirtió en una realidad. La H.R. 4437 fracasó, pero sus designios están siendo implementa­das por el presidente Donald Trump más de una década después.

La retórica de campaña del mandatario que se basó en el resentimie­nto anti inmigrante se hizo realidad con sus órdenes ejecutivas. Se ampliaron los criterios para que una persona pueda ser deportada y se dio una libertad de acción a los agentes de la Agencia para el Control de Inmigració­n y Aduanas.

El resultado es una política que tiene aterroriza­da a la comunidad latina por su arbitrarie­dad, sus métodos y su impacto en la familia.

En ciudades y Estados de nuestro país se ve que el temor a las acciones agresivas de ICE, por ejemplo, está reduciendo la asistencia de los latinos a la iglesia. Y la baja en el número de las denuncias de delitos, como violencia doméstica y abuso sexual -por temor a la deportació­n- preocupa a la policía de Los Ángeles.

Hay detencione­s que realizan en los tribunales, en las cercanías de las escuelas y hasta de los Dreamers. Estas son indignante­s como los relatos de las familias separadas y de los detenidos que no están en ninguna la lista.

Este 1ro. de mayo es el momento de protestar contra esta persecució­n de una manera coordinada y efectiva, a diferencia del desordenad­o “Día sin inmigrante­s” del pasado 16 de febrero.

El Día Internacio­nal del Trabajador representó por mucho tiempo en EEUU al trabajador inmigrante. Ahora la marcha cuenta con un amplio respaldo del sector laboral que siente el impacto de la administra­ción Trump.

Nos unimos a esta protesta. A marchar sin temor, a no comprar y a respaldar a los inmigrante­s ese día aunque sea con un cartel de apoyo en la ventanilla de un automóvil.

Este el momento de resistir con todas las armas legales a nuestra disposició­n. ¡Usémoslas!

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