¿POR QUÉ SEGUIMOS VOTANDO POR EL PRI?
Es una pregunta recurrente en conversaciones de café y redes sociales. ¿Por qué si partidos como el PRI le han hecho un daño enorme a nuestro país, siguen ganando elecciones? Para muestra, ahí está el Estado de México.
La pregunta se responde fácil con lugares comunes. Las analistas coinciden: tienen poder, dinero… “estructura”, cómo le dicen los mismos priistas.
Todo político tricolor se enorgullece de su “trabajo de calle”. Que no es otra cosa que repartir dádivas y favores con una disciplina impresionante. El modelito lo aprendieron de inmediato el resto de los partidos, por eso el uso electorero y clientelar de los programas sociales es moneda corriente en nuestra partidocracia. “Estar cerca de la gente”, le llaman ellos. Lo haFHQ HQ QXHVWUDV QDULFHV DO ÀQ que los Institutos Electorales nunca ven nada.
El cinismo de nuestra clase política es enorme por una razón muy sencilla: la estrategia funciona. Pero la pregunta es más profunda y va PiV DOOi GHO WUiÀFR GH IDYRres y el reparto de despensas.
¿Por qué el día de la elecFLyQ ORV YRWDQWHV QR UHÁH[LRnan, hacen memoria, sacan la lista de agravios y votan por una opción diferente?
$O ÀQ TXH DJUDYLRV VREUDQ la Casa Blanca de la Primera Dama, la ofensa de la invitación a Trump, los cientos de miles de muertos, las mordidotas en PEMEX, la “Estafa Maestra” de casi 8 mil millones de pesos que ningún medio nacional vio.
En épocas de Google es fácil tener memoria, entonces por qué amplias franjas de la población siguen cayendo en el juego perverso del acarreo y el clientelismo. La respuesta es dolorosa: porque la mayor parte de los votantes sigue siendo pobre.
Y la pobreza afecta de manera sustancial la forma en que las personas toman decisiones. Eso es lo que sostienen el psicólogo de Princeton, (OGDU 6KDÀU \ HO HFRQRPLVWD de Harvard, Sendhil Mullainathan.
La denominan “psicología de la escasez” y básicamente explica que, a la hora de tomar decisiones racionales y de largo plazo, hay una diferencia enorme entre quienes viven en situación de escasez permanente (o pobreza) y quienes no.
Las personas que experimentan situación de escasez son extremadamente hábiles para gestionar los problemas en el corto plazo.
Y es que, como señalan 6KDÀU \ 0XOODLQDWKDQ ´QR podemos tomarnos un descanso de la pobreza”. Cuando se es pobre, la prioridad es sobrevivir.
Las estadísticas mundiales señalan que los pobres toman peores decisiones que los ricos: beben más, comen comida chatarra, no ahorran, gastan en trivialidades. Es decir, la pobreza nos hace más ineptos.
La conclusión es muy relevante: la escasez afecta la mente y nos vuelve incapaces de tomar decisiones de largo plazo.O