EL APURO POR MATAR OBAMACARE
La mayoría republicana del Senado está en una carrera frenética para destruir la Ley de Cobertura de Salud (ACA). Después un rotundo fracaso en julio, tiene hasta ÀQ GH VHSWLHPEUH SDUD DSURbar alguna medida con por lo menos 50 votos. De ahí en más, requerirá 60 votos, lo que le será imposible porque necesitará un respaldo demócrata hoy inexistente.
Hay un gran esfuerzo para dejar a millones de personas, que obtuvieron en estos últimos años un seguro de salud, expuestos a enfermedades que no puedan prevenir por falta de dinero y a OD EDQFDUURWD ÀQDQFLHUD SRU el endeudamiento que signiÀFD SDJDU ORV WUDWDPLHQWRV
Su misión es hacer realidad el colapso del Obamacare. Así cumplirán con una promesa de campaña del presidente Trump, que sigue una irresponsable línea establecida desde el Congreso. Esa que descarta algo sin tener ni la remota idea de qué establece en su lugar.
La Casa Blanca hace todo lo posible para cumplir la proIHFtD GH XQD FULVLV ÀQDO HQ HO ACA. Como el programa de salud no está en coma, sino que necesita reajustes, se lo boicotea para derrumbarlo.
La administración Trump eliminó el 90% de fondos para promover la inscripción de personas y redujo a la mitad el período para poder registrarse. También mantiene la amenaza de no pagar los subsidios a las aseguradoras. Esto crea incertidumbre.
Todo agudiza el problema del programa de no registrar VXÀFLHQWH JHQWH SDUD VRVWHQHU la expectativas de las empresas de seguro que participan en los estados.
Mientras tanto, el Senado tiene la propuesta Graham-Cassidy como última oportunidad real de anular la ley. La medida sigue el patrón de imprudencia legislativa de las anteriores. Es un monstruo diseñado para el consenso republicano, sin importarle el impacto en la gente.
La propuesta convierte en un subsidio general el dinero enviado a los estados para que ellos lo usen a su gusto. O sea, no tienen que dar un mínimo obligatorio de cobertura y pueden cobrar una prima mayor según la salud del solicitante. No se sabe, ni se sabrá el costo de la medida y mucho menos cuántas serán los millones de personas que perderán la cobertura médica, como en todos los proyectos de ley presentados para reemplazar el ACA.
Pero tanto a los líderes del Congreso como a la Casa Blanca eso no les interesa. La meta es enterrar a toda costa el Obamacare.
Otra vez, queda en manos de un puñado de senadores republicanos mantener la cordura y bloquear la acción irresponsable de su bancada.
La esperanza es que fracase este nuevo intento de destruir el ACA. Luego que tenga éxito el esfuerzo bipartidista en la Cámara Alta para equilibrar el funcionamiento del programa de salud.
El Obamacare merece toda la atención para que lleve a cabo su labor, y no el funeral que le desean los que quieren matarlo.