Juez ordena frenar suspensión de DACA
Las negociaciones para mantener el programa vigente continúan; mientras que Trump recuerda que la fecha límite es el 5 de marzo
para concluir el debate esta misma semana, y presionaron a los demócratas a que presenten una contraoferta para la legalización de los Dreamers.
“No hay razón alguna para que no logremos una solución bipartidista esta semana. Para lograrlo, necesitamos comenzar el debate, evitar sumar puntos políticos, y centrarnos en hacer leyes”, dijo McConnell, al recordar que cualquier medida que salga del Senado necesitará 60 votos mínimos para su aprobación.
“Cumplí con mi compromiso, y espero que todos cooperen para que esta oportunidad no sea un desperdicio”, dijo.
McConnell expresó frustración de que el mes pasado los demócratas “nos llevaron a un cierre del gobierno” por la discordia en torno a DACA, y ahora tienen que ofrecer un plan viable.
McConnell se refería a que él y muchos líderes de su bancada se han manifestado a favor de una medida republicana, del senador Chuck Grassley, que se ciñe al polémico plan migratorio del presidente Donald Trump, al que se oponen los demócratas.
A cambio de legalizar a 1.8 millones de Dreamers, el plan de Trump exige una estrategia de $25,000 millones para recrudecer el combate contra la inmigración ilegal,y una reducción de la inmigración legal.
Por su parte, Cornyn, uno de los principales negociadores en este debate, dijo ayer que los demócratas aún no han ofrecido una “contraoferta” a la propuesta de Trump que pueda convertirse en ley, y el tiempo apremia.
Los demócratas por su parte han dicho que están dispuestos a negociar elementos de la seguridad fronteriza pero ponen la raya en lo que respecta reducir las visas de reunificación familiar.
Otra gran traba en las negociaciones es que no hay acuerdo sobre cuáles de las medidas que pululan en el Senado se someterán a votación ni cuándo.
El Dream Act, de los senadores Dick Durbin, demócrata por Illinois, y Lindsey Graham, republicano por Carolina del Sur, goza de amplio apoyo popular pero es dudoso que obtenga suficiente apoyo de los conservadores.
En cambio, los demócratas se oponen a varios proyectos de ley republicanos que recetan, sobre todo, “mano dura” contra los inmigrantes indocumentados.