Histórico acuerdo entre Trump y Kim afronta enormes desafíos
Falta ver si ambos países cumplen los compromisos suscritos durante la reunión bilateral, según opinan los expertos y legisladores
“hombre cohete”, y el líder norcoreano obtuvo, a cambio de declaraciones aparentemente ensayadas, aires de legitimidad ante el mundo.
Trump ofreció “garantías de seguridad” a Corea del Norte y, a cambio, Kim Jong-Un “reafirmó su firme e inquebrantable compromiso hacia la completa desnuclearización de la península coreana”, reza el documento.
A cambio de que Kim abandone sus ambiciones nucleares, Trump ofreció, posteriormente a la firma, promesas de poner fin a los ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur. EEUU tiene 28,500 soldados en Corea del Sur, y el anuncio de Trump de eventualmente retirarlos tomó por sorpresa al Pentágono.
Durante una rueda de prensa de poco más de una hora, Trump dijo que trató el tema de las violaciones de los derechos humanos en Corea del Norte y “estaremos haciendo algo al respecto”.
Trump afirmó que los norcoreanos en campos de prisión conforman, de hecho, uno de los “grandes ganadores” del encuentro.
Un “acuerdo vago”
Apagadas las cámaras y los reflectores y tras la difusión de la foto protocolaria sin precedente –que ambos mandatarios exprimían al máximo de cara a la opinión pública-, falta ver si el acuerdo produce resultados concretos a largo plazo.
En ese sentido, Kelly Magsamen, vicepresidenta de asuntos de seguridad nacional y política exterior del Centro para el Progreso Estadounidense (CAP), afirmó que, aunque se trata del inicio de un importante proceso diplomático, es urgente establecer un mecanismo para asegurar que Corea del Norte cumpla sus promesas.
Es un “acuerdo vago,” amplio en confianza, que se queda corto en “detalles y verificación” del desarme nuclear, y es menos riguroso que acuerdos antes pactados por Pyongyang en 1994 y 2005, señaló Magsamen.
La experta, quien criticó los elogios de Trump hacia Kim, consideró que el éxito del acuerdo se medirá conforme EEUU, garantizada su seguridad y la de sus aliados, pueda reducir la amenaza nuclear de Corea del Norte, y proteja los intereses de Estados Unidos a largo plazo en Asia.
Respuesta tibia de los republicanos
La respuesta de los republicanos en el Congreso ha sido tibia y algunos conservadores, como el comentarista Brit Hume o el estratega Steve Schmidt, expresaron consternación por un acuerdo con un “dictador”, del que Trump solo arrancó “promesas huecas”.
“Demos a Corea del Norte 30 días para negociar un acuerdo de que abandona sus armas nucleares... también dejemos en claro qué pasará si no ofrece un plan sobre el papel para deshacerse de sus armas nucleares. Washington no tendrá más opción que incrementar drásticamente las sanciones” contra Pyongyang,
aconsejó Harry J. Kazianis, experto en Corea del Norte y director de estudios de defensa del Centro para el Interés Nacional en Washington.
La líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, también criticó que, a su juicio, Trump haya actuado “de prisa”, sin consultar a los expertos, y haya hecho concesiones sin una vía “clara e integral hacia la desnuclearización y no proliferación.
“Los millones de familias que viven con el temor a las armas nucleares en la región merecen un liderazgo firme e inteligente, construido sobre la diplomacia y el acercamiento con nuestros socios y aliados regionales. La marginación de la vasta experiencia del Departamento de Estado por parte del Presidente, y su habitual desdén de nuestros aliados, como mostró en el foro del G-7, impide una vía duradera y estable hacia la paz”, manifestó Pelosi.
Los detalles del acuerdo quedarán en manos de los expertos y negociadores en
posible”.. ambos lados, que realizarán consultas de seguimiento “a la brevedad