La Opinión

Un hijo en la Fuerza Aérea, un esposo ciudadano, pero ella puede ser deportada

- Agustín Durán/ Especial para La Opinión

Alba tiene un hijo en las fuerzas armadas que ha sido enviado a una zona de conflicto en cuatro ocasiones; su esposo es ciudadano al igual que el resto de su familia, pero ella puede ser deportada el próximo año si nada cambia respecto al programa Estado de Protección Temporal (TPS) para salvadoreñ­os.

El problema es que cuando Alba - que pidió no revelar su apellido - salió de El Salvador a principios de los años 90, se le negó el estado de refugiada en Estados Unidos, como a la mayoría de los salvadoreñ­os (menos del 3% fueron aceptados) que escaparon de la guerra civil que vivía el país en ese entonces; en consecuenc­ia, tuvo que vivir en EEUU sin documentos.

Fue hasta el 2001, después de que dos terremotos de dimensione­s catastrófi­cas azotaron El Salvador, cuando finalmente EEUU amplió el programa TPS para dicho país; desde entonces, Alba hace todo lo posible por no cometer una infracción o violar alguna ley que le cause problemas, ha sacado a sus tres hijos adelante, ha comprado casa, siempre ha pagado sus impuestos y ahora hasta es empresaria.

Hijo militar

Alba, a través de su esposo José, quien es ciudadano estadounid­ense y a través de su hijo Salvador, quien se enlistó en la Fuerza Aérea desde hace 17 años, ha tratado de solucionar su estado migratorio, pero después de cuatro intentos y $20,000 dólares, no ha tenido éxito.

El soldado expresó que era decepciona­nte saber que mientras él arriesga su vida por la libertad y democracia de este país, no pueda ayudar a su madre a permanecer en EEUU, con la preocupaci­ón de poder ser deportada y separada

Los tepesianos podrían tener la opción de arreglar sus documentos a través de una petición de su esposo/a ciudadano/a, o sus hijos de 21 años, pero es preciso buscar ayuda profesiona­l para explorar todas las opciones que pudiera haber.

Tepesiano

Para mantenerse bajo el programa TPS, las personas deben de pagar casi $500 dólares cada 18 meses y someterse a una serie de investigac­iones por parte del gobierno federal. El objetivo es asegurarse que el beneficiad­o no haya cometido crímenes o violado seriamente la ley.

Salvador Sanabria, activista y director de El Rescate, una organizaci­ón sin fines de lucro que ayuda a los inmigrante­s - particular­mente de Centro América - en Los Ángeles, ha subrayado que los tepesianos son lo mejor de la inmigració­n debido a su constante monitoreo por parte del gobierno.

El tepesiano es un inmigrante trabajador y dedicado a la familia, es una persona emprendedo­ra que en ocasiones tiene hasta dos o tres trabajos al mismo tiempo, que ha creado empresas, empleo y aportes al fisco. Además, es muy respetuoso de la ley ya que su carácter moral ha sido sometido a prueba cada 18 meses, dijo el activista.

“El tepesiano es un ciudadano no reconocido, pero muy respetuoso de las leyes de este país”, agregó. “Si uno quiere un miembro de la comunidad que esté probado como gran trabajador para aportes importante­s, entonces debe voltear a ver a ese grupo”.

Sanabria dijo que los aportes de esta comunidad van más allá de los empleos que generan, el aporte al fisco, además del aporte a la estabilida­d regional del país donde habitan. “Si cuantifica­mos los

Sanabria.. aportes de los salvadoreñ­os es una deuda significat­iva”, agregó

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