Cobra nuevo impulso batalla por los soñadores en el Congreso
Cámara Baja votará dos medidas, pero demócratas y activistas se rebelan contra la iniciativa del republicano Bob Goodlatte
El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, afirmó ayer que los republicanos trabajan “codo a codo” con la Casa Blanca para votar la próxima semana sendas medidas conservadoras que protejan a los dreamers y fortalezcan la vigilancia fronteriza, aunque demócratas y activistas ya se han rebelado contra una de las medidas.
En la noche del martes, Ryan y el resto del liderazgo republicano descarrilaron una medida especial que promovían desde hace meses demócratas y republicanos moderados y que sólo necesitaba dos firmas adicionales, de un total de 218, para exigir un voto sobre DACA para el próximo 25 de junio.
Para neutralizar a los republicanos moderados que amenazaban con sumarse al esfuerzo, Ryan les prometió el voto, la próxima semana, de un par de medidas: una presentada por el conservador Bob Goodlatte, y otra, aún en ciernes, con la que pretenden alcanzar consenso con la oposición.
Durante una rueda de prensa en el Capitolio, Ryan reiteró el guión que ha usado siempre para justificar la estrategia de demora republicana, en el sentido de que no programará un voto sobre una iniciativa que no tenga el respaldo de la Casa Blanca.
“Hemos estado trabajando codo a codo con la Administración sobre esto para asegurar que estamos presentando un proyecto de ley que represente los cuatro pilares del Presidente (Donald Trump), para que podamos aunar esfuerzos”, dijo Ryan.
Según una fuente legislativa republicana, Ryan obtuvo ayer la venia de Trump sobre la nueva estrategia republicana, aunque ésta no tiene garantías de prosperar en ambas cámaras del Congreso.
El propio Ryan reconoció ayer que su bancada apoya el proceso para iniciar la votación de las dos medidas, pero no está claro que respalden la segunda medida de consenso que elaboran los conservadores.
Una fuente legislativa demócrata, que pidió el anonimato porque no está autorizada a hablar con la prensa, confirmó que en las negociaciones sobre la segunda medida no hay ni un sólo legislador demócrata, por lo que sería incorrecto hablar de una medida consensuada.
Si las iniciativas fracasan la próxima semana, los demócratas y republicanos moderados tendrían presuntamente la opción de continuar con la medida especial, una herramienta parlamentaria conocida en inglés como “discharge petition”, para exigir un voto sobre DACA el mes próximo.
Para Lorella Praeli, de la Unión de Libertades Civiles de EEUU (ACLU), “la nueva estrategia claramente está pensada para facilitar la deportación de niños y familias, y advirtió de que si ésta prospera, los republicanos moderados habrán hecho un trueque de dreamers a cambio de la detención de niños en jaulas y un muro fronterizo ineficiente y peligroso”.
Pero el legislador republicano por California, Jeff Denham, que había firmado la petición, se mostró complacido con la estrategia de su partido y urgió a los demócratas a que apoyen la medida de Goodlatte, que autoriza $25,000 millones para el muro fronterizo.
¿Qué propone Goodlatte?
La medida de Goodlatte, presentada en enero pasado, es lo más cercano a una lista de ensueño de Trump y sus aliados del ala derechista del Partido Republicano, porque aumentaría la vigilancia en la frontera y medidas policiales al interior del país.
La iniciativa contiene el plan de cuatro pilares que la Casa Blanca quiere ver incluidos en un paquete migratorio, pero que ya fue rechazado en el Senado en marzo pasado: protección para cerca de 1.8 millones de dreamers, seguridad fronteriza, eliminación de la lotería de visas, y restricciones a la inmigración legal.
Pero, además de autorizar la construcción del muro fronterizo, la medida de Goodlatte no ofrece una vía especial para la residencia permanente o ciudadanía para los dreamers, y reduce drásticamente la inmigración legal en EEUU.
Respecto al futuro del programa de acción diferida (DACA) de 2012, que la Administración desmanteló en septiembre pasado pero que ha tenido que reactivar por orden judicial, la medida republicana establece permisos renovables de tres años para los dreamers. También excluye del programa a pandilleros o personas con condenas criminales, y autoriza enjuiciamiento por casos de fraude.
Entre sus 24 puntos, la iniciativa además combate las ciudades santuario; aumenta en 45% las ‘tarjetas verdes’ para personas con altas destrezas laborales; permite la detención de familias en la frontera y el “retorno” de niños no acompañados.
También crea un programa de trabajadores huéspedes para el sector agrícola; autoriza 10,000 agentes adicionales para la Patrulla Fronteriza y la Oficina de Aduanas y Control de Fronteras; permite el despliegue de la Guardia Nacional para la vigilancia fronteriza, y exige un sistema biométrico para el registro de entradas y salidas en todos los puertos del país.
“Badlatte”
En el Capitolio, líderes demócratas de la Cámara Baja y activistas pro-inmigrantes dejaron en claro ayer que no apoyarán ninguna legislación que no sea un ‘Dream Act’ sin ataduras y que permita la legalización y eventual ciudadanía de los dreamers.
Con fotos de familias separadas por la política migratoria de la Administración y un rótulo que deletreaba “Badlatte”, activistas de la coalición “Value Our Families” recurrieron al juego de palabras para insistir en que la medida de Goodlatte no sirve ni de arranque y perjudicaría a los Dreamers y sus familias, y a la economía nacional.
Los republicanos “usan la iniciativa de Goodlatte para atacar a nuestras familias y comunidades… la iniciativa lleva el falso nombre de Acta para Asegurar el Futuro de EEUU, cuando, de hecho, lo destruye”, dijo Greg Cendana, activista de “Value Our Families”.
Adrián Reyna, activista de “United We Dream”, dijo que no habrá solución para DACA si los dreamers pierden a sus padres en deportaciones o si se permite la construcción de barreras, y la medida racista de Goodlatte lo que hace es fortalecer la agenda de deportación masiva de Trump.
En ese acto, legisladores demócratas, entre éstos Jimmy Gómez y Jim Costa, ambos de California, afirmaron que no votarán por algo que dé alas a las políticas migratorias de la Administración.
“Esto es un cálculo político (de los republicanos) para sumar apoyos, mostrando que están haciendo algo… la opción será entre la medida de Goodlatte y una versión
Gómez.. republicana moderada que no resuelve la situación de DACA”, dijo