La Opinión

Hambriento­s de gloria

Los Warriors de Golden State cambian la NBA, la manera de jugar baloncesto y tal vez un poco la cultura de los deportes

- Ricardo López Juárez B@Ricardo_Deporte laopinion.com

Los Lakers del “Showtime” con Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar ganaron cinco Finales de la NBA a lo largo de los 80. Michael Jordan condujo a los Bulls a dos tricampeon­atos en los 90. Los Spurs de Gregg Popovich con Tim Duncan como pilar en la cancha acumularon cinco coronas cabalgando hasta por tres décadas (1999-2014).

Todos esos equipos fueron dinastías que marcaron época. Y ahora hay otro conjunto que empieza a adquirir su propio lugar especial en la historia del basquetbol: los Warriors de Golden State.

El impacto que el equipo de la Bahía de San Francisco está teniendo en la NBA va más allá de su título logrado hace un par de años y que segurament­e no será el único.

Por contar con algunos de los más grandes tiradores de todos los tiempos, por tener un quinteto abridor que es casi como una selección de “All Stars” y por desplegar un explosivo y muy divertido estilo de juego, Golden State está cambiando a la NBA, al deporte del baloncesto y tal vez un poco la cultura de los deportes en Estados Unidos.

El nuevo rico del barrio

Conforme pasen los años, todo buen fan apreciará cada vez más lo que estos Warriors han estado haciendo en la cancha. El libro de récords será una evidencia irrefutabl­e. El equipo que dirige Steve Kerr impuso en la temporada 2015-16 una marca que mu- chos pronostica­ron inalcanzab­le: 73 juegos ganados para dejar atrás los 72 de los Bulls de Jordan en 1995-96, entre decenas de récords.

Los Warriors, en contraste, también quedaron registrado­s como el primer equipo en dejar ir una delantera de tres juegos a uno en unas Finales, permitiend­o que LeBron James y los Cavaliers les arrancaran el título y les impidieran ser bicampeone­s.

Pero lo único que ese amarJR ÀQDO SURYRFy IXH TXH ORV Warriors, ya de por sí armados con el dos veces “MVP” de la liga Stephen Curry, su otro tirador estrella Klay Thompson y el versátil hombre grande Draymond Green, se decidieran a ir por el basquetbol­ista que todos los equipos soñarían tener.

Kevin Durant escuchó ofertas de varios equipos, pero se inclinó por el equipo que le daba la mejor posibilida­d de pelear por campeonato­s y escogió a Golden State.

En la Bahía celebraron el arribo de un hombre que puede ayudar a los Warriors a pasar de ser un deslumbran­te equipo de campeonato a uno de época, una dinastía. Al mismo tiempo, el resto de la NBA vio con recelo cómo el rico se hacía más rico.

‘En una liga aparte’

En este descanso por el Juego de Estrellas sólo se ve a otro conjunto capaz de pelearle de tú a tú a Warriors: los Spurs de Popovich. Pero incluso el “Coach Pop” se quita el sombrero ante el equipo de moda.

“Ellos son una cosa hermosa”, dijo el siempre exigente Popovich hace poco para referirse al basquetbol que practican los Warriors. “Tienes que admitirlo: están en una liga aparte de nosotros”.

El éxito de los Warriors empieza con su talentosa escuadra. Nadie puede presumir tener un cuarteto de estrellas de tan alto nivel, con Durant, Curry, Thompson y Green. Los cuatro estuvieron en el Juego de Estrellas y ninguno rebasa los 28 años, lo que sigQLÀFD TXH DO PHQRV HQ WHRUtD pueden jugar juntos por los siguientes seis o siete años.

La buena época de Golden State realmente empezó desde antes que Kerr fuera su entrenador. El despegue de Curry y Thompson ocurrió bajo la dirección de Mark Jackson, quien les dio vuelo a los “Splash Brothers” cuando proclamó que formaban la mejor dupla de tiradores de la historia. Entonces sonó a locura, pero el ahora comentaris­ta sabía lo que decía.

Esos Warriors ya jugaban a velocidad, con una defensa intensa que ya contaba con Green como su “justiciero” y, claro, un ataque explosivo con los triples relampague­antes. Cuando Kerr llegó a su actual cargo para 2014-15, llevó al equipo al siguiente nivel al permear el vestidor con su positiva personalid­ad: una máquina bien aceitada, ambiciosa y divertida.

De la noche a la mañana, los Warriors estaban revolucion­ando al deporte. Su manera de correr la cancha y su asombrosa habilidad para anotar triples hizo que los expertos trataran de explicar cómo Golden State podía ganar cualquier noche incluso encestando menos tiros de campo que el rival y por qué en futuras generacion­es más jugadores tratarán de imitar la manera de jugar de Curry.

Sin envidias

Hay virtudes que pueden ser implantada­s en un equipo con base a trabajo, como en Golden State es, digamos, la manera de jugar. Y hay otras que simplement­e existen o no, que dependen de la mentalidad de los integrante­s. En el caso de los Warriors, la humildad merece mención aparte.

Curry, el dos veces “MVP”, el de los 14.7 millones de seguidores en Instagram, pone el mejor ejemplo al no quejarse nunca por ganar mucho menos dinero que muchos jugadores inferiores en la NBA.

Y así, los Warriors viven sus años dorados, con triunfos como hábito, espectácul­o como necesidad, récords como alimento y un hambre feroz de hacer historia.

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para consumar una dinastía. /GETTY IMAGES
Kevin Durant y Stephen Curry tienen el potencial para consumar una dinastía. /GETTY IMAGES

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