Fentanilo, la droga mortal sin regulación ni rastreo
Es 50 veces más potente que la heroína, 125 más que la morfina; es mucho más adictiva que la cocaína y provoca sobredosis mortales
La popularidad de la droga “fentanilo” en Estados Unidos puso a trabajar a las autoridades mexicanas y estadounidenses y en días recientes abrieron una Conferencia Nacional de Química del Fentanillo que encabezó en la Ciudad de México la embajadora estadounidense Roberta Jacobson para solicitar un acuerdo de cooperación.
“Es un desafío compartido”, dijo después de resumir la gravedad del asunto: el fentanilo es 50 veces más potente que la heroína, 125 PiV TXH OD PRUÀQD PXFKR más adictiva que la cocaína y provoca altos índices de sobredosis mortales.
En 2015, alrededor de 33,000 estadounidenses murieron por abuso de opioides, entre los cuales, el más popular es el fentanilo que opera de manera legal como un analgésico para las últimas etapas del cáncer y, de manera ilegal, como una mortífera droga de moda que se cobra víctimas de todo tipo: el año pasado llevó a la tumba al cantante Prince.
Pero ni siquiera en ese famoso caso, las autoridades de ambos países han podido rastrear de dónde provenía exactamente la droga debido a que muchos laboratorios tienen permisos y registros VDQLWDULRV RÀFLDOHV SDUD SURducirla, una laguna legal que aprovecha los cárteles mexicanos que ya emigraron al negocio.
Elías Beltrán, subprocurador de Asuntos Internacionales de la Procuraduría General de la República explicó que la popularida del fentanilo se debe a la potencia, el efecto y el costo: es mucho más barato y, por tanto, un negocio redondo para los delincuentes porque no tienen que plantar y cosechar (como en el caso del amapola), sólo procesarla en un laboratorio.
Cálculos divulgados por la Agencia Antidrogas de EEUU (DEA) estiman que los costos de producción de un kilo de fentanillo rondan los 5,000 dólares, que puede llegar a venderse en el mercado negro hasta en 1.5 millones de dólares.
´/RV QDUFRWUDÀFDQWHV VRQ genios del mercadeo y vieron que por ahí venía el negocio”, dijo a la prensa Jack Riley, administrador adjunto de la DEA.
Para las autoridades se trata de un desafío nuevo. Beltrán coincidió con Jacobson que aún no conocen a profundidad la naturaleza del consumo, de los decomisos y modos de ocultamiento; fabricación y distribución. Ni siquiera se conoce a detalle las estadísticas internacionales, manejo de
personal.. riesgos, análisis químico y los posibles dispositivos de protección