Silencio tras muerte de española
La estudiante universitaria y estrella del golf española, Celia Barquín Arozamena, fue asesinada el lunes pasado en Iowa pero, salvo el luto de profesores, amigos y compañeros, su muerte aún no figura en el radar del presidente Donald Trump ni de líderes conservadores, que sí politizaron el homicidio de Mollie Tibbetts a manos de un indocumentado hace dos meses en el mismo estado.
Barquín Arozamena, de 22 años que cursaba su último año de ingeniería civil en la Universidad estatal de Iowa (ISU) murió tras recibir varias puñaladas en un campo de golf. Su presunto asesino, Collin Daniel Richards, un indigente de raza blanca de 22 años, la dejó abandonada cerca de un estanque.
La muerte de Barquín Arozamena ha pasado desapercibida en los círculos políticos en Washington.
De los dos senadores republicanos de Iowa, Joni Ernst, graduada de ISU, ha condenado la muerte de Barquín Arozamena, sin mencionar a Richards. El senador Chuck Grassley ha guardado silencio, lo que ha generado críticas de algunos de sus votantes.
El aparente silencio de los políticos contrasta con la politización de la desaparición y asesinato de Tibbetts, una estudiante de psicología, el pasado 18 de julio.
Aunque Tibbetts y Barquín Arozamena fueron víctimas de violencia de género y murieron en condiciones similares, el homicidio de Tibbetts
indocumentados.. pronto se convirtió en un grito de guerra contra los inmigrantes