IGUALDAD DE GÉNERO: CON LA LENGUA HEMOS TOPADO
Todo empezó el día que se dijo que la mujer quedaba diluida en un plural (lodazal) masculino. Lo aceptó la Real Academia Española (RAE): “el masculino genérico incluye a la mujer”: lo dijo su presidente. Esto es escasamente ilusionante, y además es falso. Cuando se dice “el profesor y la profesora llegaron a tiempo” no se visibiliza a la mujer, se visibiliza al hombre y a la mujer, porque cuando se dice “el profesor que no cumpla con sus obligaciones será sancionado”, ocurre que no se visibiliza ni al hombre ni a la mujer. Nadie va a creerse que solo se sancionará a los profesores varones. En conclusión, ese masculino de que habla la RAE no invisibiliza a la mujer, sino a ambos géneros naturales o biológicos. El que la RAE no se aclare es asunto menor.
El movimiento feminista tiene razones para alarmarse, aquí nadie se explica con transparencia. Pongamos algo de luz. Esta noticia está tomada de un periódico (El Heraldo): “Ella y la persona que la acompañaba resultaron ilesos”. Tenemos “ilesos” para representar a “ella”, que es de género femenino biológico, y a una “persona”, que es indistinto en género, podría ser hombre o mujer. Aquí no hay ningún masculino explícito; y “persona”, por su parte, es palabra de género gramatical femenino: ¿cómo es posible que “ilesos” pueda ser considerado un masculino englobante si ni “mujer” ni “persona” lo son? Peor aún, otra frase: “la mujer y la pared del fondo quedan muy distanciados en la foto”. La conjunción de dos femeninos
(“mujer” y “pared”) se resuelve en un “distanciados” que es otro masculino genérico imposible.
¿Podemos concluir que la mujer queda invisibilizada en estos casos por “una pared” o por “una persona” que, además, podría ser otra mujer? Hay que dejar de obcecarse tanto con las formas mal llamadas masculinas, por más que así lo parezcan.
Para remachar lo dicho, y quitarle un peso de encima al malhadado género gramatical masculino, vean esta otra frase: “ese mujerón de cantante y su hermana salieron juntas al escenario”. Ahora, “ese mujerón” que es del género masculino, aunque represente a una ‘mujer’, no impide concordar en femenino: “juntas”. En este caso se “sobre-visibiliza” a la mujer, porque masculino y femenino gramaticales se realizan hermanadamente con un femenino “juntas”.
No debemos parapetarnos irreflexivamente en nuestras creencias y enredarnos con hechos de género más que discutibles. Debemos dejar de ver a los aparentes masculinos como tales porque realmente no lo son, como ha quedado demostrado. Cualquier mejor uso del género gramatical en el futuro dependerá de lo que avancemos en las conquistas diarias. Eso sola.. es lo importante, la lengua se acomoda después por sí