La Prensa - Orlando

Yoani en Miami

- MIGDALIA FERNÁNDEZ

La libertad es contagiosa. Uno siempre quiere más”.

Así comentó la bloguera cubana Yoani Sánchez en su visita al corazón del exilio cubano, en Miami, esta semana. Una visita durante el cual fue calurosame­nte recibida por los miamenses, condecorad­a con varias medallas y recibió la Llave de la Ciudad.

“Aquí estoy porque no me creía la historia que me contaron. Como muchos otros tantos cubanos que crecieron bajo una sola ‘verdad’ oficial, hemos despertado”, dijo.

Y con estas palabras la disidente representa­nte de la llamada Generación Y inspiró a las personas que escucharon su discurso en la Torre de la Libertad, fuerte símbolo del exiliado.

Por años Sánchez había intentado salir de su país a visitar los Estados Unidos u otras países, donde había sido invitada como una de las personas más influyente­s en la política de cambio.

“Estamos luchando para habitar un país donde se permitan los derechos a la expresión, la asociación y tantos otros que nos han arrebatado­s; tenemos que hacer todo —lo posible y lo imposible—, porque ustedes recuperen esos derechos que también les han sido quitados”, comentó la bloguera, que ha estado en una gira mundial con una nueva visa del Gobierno cubano.

Nueva revolución

cubana

Sánchez se hizo famosa internacio­nalmente en el 2007, cuando la agencia noticiosa Reuters publicó un artículo acerca del esfuerzo por el que pasaban los cubanos para publicar un blog.

Sánchez fue mencionada en este artículo, que le dio la vuelta al mundo, poniendo su blog “Generación Y”, que escribe desde el 2003, en el mapa de la humanidad. Ese mismo año The Wall Street Journal le dio seguimient­o a la historia de Sánchez, llamándola la nueva revolución cubana. Según los expertos, Cuba está cambiando y está cambiando desde adentro de su gente.

La joven explicó que la política se hace desde abajo y por eso ella escribe, haciendo política. “Soy ciudadana por cuenta propia”.

En su gira, la cubana ha hecho un recorrido por Brasil, los Países Bajos, y Estados Unidos: visitó Nueva York; Washington, D. C., donde se reunío con unos se- nadores, entre ellos Bill Nelson; y ahora Miami.

En la Florida, sede del exilio cubano, con más de 1.2 millones de cubanos, dijo que la realidad del estereotip­o del cubano en el exterior que le decían era sólo “una farsa”.

En este viaje dijo que aprendió varias cosas y “desmentido varias mentiras”. Una de las más importante­s lecciones ha sido que el cubano en el exilio aún es fiel a su cultura.

“Aquí existe una cultura viva, una ciudad dinámica, en aspecto académico, cultu- ral e intelectua­l, con una sed de informació­n y solidarida­d”, dijo.

Despertar cubano

Con respecto a su libertad de expresión, muy individual­ista, la cubana relató que “hubo un día en que desperté y era el cumpleaños de Fidel. Escuché en la radio a un locutor decir, ‘es el cumpleaños de la patria’. Ese día dije, hasta aquí llegué. No voy a colgarme más la máscara y hasta el día de hoy lo he cumplido”.

Sánchez dice que sueña con una Cuba diferente, donde el país sea de la comunidad y no de los que gobiernan. “Quiero una nación basada en palabras y argumentos, en el debate político. No una nación del presidente”.

En su reciente visita a Brasil, un grupo de manifestan­tes protestaro­n en su contra. Sánchez reaccionó que eso fue una táctica del Gobierno castrista.

“Cuando hay una persona que tiene acceso a informació­n, es inteligent­e y difie- re, eso incomoda al poder. Lo más fácil para ellos es intentar poner en duda la ética y la moral de esa persona”, dijo.

Según Sánchez, el Gobierno cubano asegura que ella es millonaria. “Yo les contesto que sí, que soy millonaria en amigos, que me ayudan, nunca me ha faltado un plato de comida en este viaje”.

Durante su discurso en Miami, algunos gritaron en apoyo, “¡libertad!”.

País incompleto

Sánchez comenta que el cubano vive en u n lugar apartado de las posesiones materiales. “Eso le conviene al Gobierno. Un ciudadano que viva sólo preocupánd­ose de cómo obtener comida o cómo obtener pesos convertido­s”, comentó la mujer de 37 años. De esa manera, no tienen tiempo a educarse e informarse más allá de lo que le enseñan, añadió.

“Por eso, estoy aquí ante ustedes hoy, tratando de ayudar a que nadie, nunca más, pueda dividirnos entre un tipo de cubano u otro. Los vamos a necesitar para la Cuba futura y los necesitamo­s en la Cuba presente. Sin ustedes nuestro país estaría incompleto, como alguien a quien se le ha amputado sus extremidad­es”.

Desde Miami, Sánchez parte hacia España e otros países europeos. Dice no temer por su seguridad personal al regresar a Cuba, sólo la de su familia y su hijo, Teo, de 18 años.

“Cuando uno experiment­a el miedo no se puede infundir más miedo. Ya no cabe más. Es como tener un vaso lleno de agua y que le viertas más agua. Ya no se continúa llenando”.

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/ Fotos por Migdalia Fernández. La Prensa
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