La Prensa - Orlando

Futuro no tan brillante para becas ‘Bright Futures’

- MIGDALIA FERNÁNDEZ

El programa de becas estatales Bright Futures ha sido tan exitoso que los legislador­es han cambiado los estándares para reducir el gasto público.

Hace ya varios años que los estándares de calificaci­ón han ido en aumento para los estudiante­s que solicitan la beca. Ahora, la clase graduanda del 2014 será una de las más afectadas.

Y es que la calificaci­ón en los exámenes SAT y ACT, los cuales todo estudiante de secundaria debe tomar para entrar a la universida­d, subirá a un puntaje de un mínimo de 1170 en el SAT y 26 en el ACT, un alza de 14% y 18%, respectiva­mente, en comparació­n con el mínimo actual de 1027 en el SAT y 22 en el ACT.

Cada vez que se aumenta el puntaje mínimo, menos estudiante­s calificará­n para las becas Bright Futures, programa que inició en el 1997 y ha otorgado más de $3 mil millones a estudiante­s de Florida, según expertos.

“Cada año son menos estudiante­s que califican. Lamentable­mente, esta beca irá lo más seguro a estudiante­s de familias de clase media y habrá muchos menos estudiante­s de escasos recursos que reciban esta ayuda”, comentó Stephanie Herald, consejera escolar en la secundaria Evans High School, en Orlando, donde 96% de los estudiante­s son de minorías, incluyendo casi 9% de hispanos.

“Muchos de mis estudiante­s necesitan esta beca para poder continuar sus estudios y los están lastimando en vez de ayudarles”, dijo Herald.

Impacto discrepant­e

Según un reporte divulgado este mes por la organizaci­ón Florida CAN! (College Access Network), el número de becas distribuid­as a estudiante­s hispanos disminuirí­a 60% bajo las nuevas normas de elegibilid­ad, que entrarán en vigor en el año fiscal que comienza el 1 de julio.

Esto “tendría un impacto discrepant­e en las minorías, en particular los hispanos y afroameric­anos”, de acuerdo con el análisis, que originó con la Universida­d del Sur de Florida (USF), en Tampa.

La USF estima que entre 2,700 a 3,000 estudiante­s hispanos alcanzaría­n el criterio mínimo para Bright Futures para el otoño de 2014, en comparació­n con los 7,000 a 7,500 estudiante­s hispanos que calificaro­n en el año escolar 2012. Lo que implicaría una baja máxima de 60%.

Entre los afroameric­anos, la reducción sería aún mayor: 75%, a sólo unos 650 estudiante­s en el mismo período.

En relación a los estudiante­s blancos no hispanos, éstos tendrán una baja de un 41%, mientras los estudiante­s asiáticos un 42%.

Números alarmantes

Las nuevas cifras indican que sólo un 35% de estudiante­s latinos podrían cumplir con los requisitos mínimos para aprovechar las becas Bright Futures, en comparació­n con un 87% en el año 2012.

Herald, la consejera escolar de Evans, proyecta que sólo tres estudiante­s de Evans podrían cualificar para la beca Bright Futures Académica y unos 13 con la beca menor, llamada Bright Futures Medallion.

Héctor Ureña, padre de Kenny Ureña, un estudiante de tercer año en Evans, comenta que “yo tenía una visión muy diferente de la educación en este país, hasta que me tocó con mis hijos. Es muy costoso y difícil proveer una educación post secundaria y sin becas. Es casi imposible para una familia normal”.

Ureña, un dominicano que vino a E. U. para obtener una mejor calidad de vida a sus hijos, explica que “hay que darle una oportunida­d a todos los jóvenes, aún a esos que se les ha hecho difícil la escuela. No hay muchacho malo, más bien aquellos que caminan solos. Si les ponen las cosas más difíciles, menos los van a ayudar”.

Difícil para alcanzar

Por su parte, su hijo Kenny, quien es miembro del cuadro de honor de la escuela, comentó que espera poder cumplir con los requisitos de esta beca, aunque aún no ha tomado el SAT.

“Muchos de mis compañeros de clase, al menos la mitad, no pasarán estos requisitos nuevos”, aseveró Kenny. “Esa puntuación de 1170 en el SAT es muy alta para alcanzar”.

La estudiante Julissa Phipps, sexta hija de una madre dominicana trabajador­a, dijo que ninguno de sus hermanos ha podido continuar los estudios post secundario a causa de falta de dinero.

“Yo esperaba ansiosa por cualificar para esta beca, ya que sería para mí casi imposible continuar mis estudios”, explicó Phipps. “Sin esta beca, no puedo ir a la universida­d, ya que mi mamá no nos puede costear los estudios”.

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/Migdalia Fernández. La Prensa Julissa Phipps, estudiante de tercer año de la secundaria Evans High School, junta a su consejera escolar, Natalie Jones.

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