Clinton elabora estrategia para vencer a Trump
Su mejor arma electoral, según los observadores, es la retórica incendiaria y el pobre historial de Donald Trump
Desde hace un año, la precandidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, ha prometido que luchará por cada voto para instalarse en la Casa Blanca. Ahora que la nominación es un mero trámite oficial, su campaña ya elabora una estrategia para ganar en noviembre próximo.
Hace exactamente ocho años, durante la contienda presidencial de 2008, Clinton cedió ante el entonces senador demócrata de Illinois, Barack Obama, al no obtener suficientes delegados para la nominación de su partido.
En resumen la estrategia se apoyará en destacar el historial y experiencia política de Clinton y contrastarla con la poca práctica de Trump; remachar los constantes ataques del magnate contra segmentos clave del electorado; conquistar el apoyo de independientes, y si es posible de republicanos desencantados con su virtual nominado, además de movilizar el voto de las minorías.
A lo largo del proceso electoral, las encuestas han demostrado que Clinton tiene más apoyo entre las mujeres mayores, pero Sanders ha logrado conquistar el respaldo de los votantes independientes y los de los “Millennials” (generación nacida entre 1980 y 2000), y parte de sus esfuerzos estarán enfocados en esos bloques electorales
Parte de ese esfuerzo es la contratación de más latinos en puestos clave para movilizar el voto.
En días recientes, por ejemplo, la campaña de Clinton contrató a Cristóbal Alex, del “Latino Victory Project”, para ayudar en la movilización de los hispanos a las urnas y a Valentina Pereda como directora de comunicaciones en la oficina en Tampa, enFlorida, tomando en cuenta el enorme peso de ese estado en el Colegio Electoral.
Pero su meta inmediata, claro está, es pintar a Trump como un candidato no apto para la presidencia, como ya lo hizo en su discurso sobre política exterior la semana pasada.
Y es que la mejor arma de Clinton contra Trump son las propias palabras del magnate empresarial, cuya política incendiaria ha causado la repulsa de los hispanos, los musulmanes, los demás inmigrantes, y las mujeres.
Hasta ahora, Trump pudo ir eliminando uno a uno a sus 16 rivales republicanos, burlándose de ellos y neutralizándolos incluso hasta con apodos.
Según observadores, Clinton hace bien en no responder a las provocaciones de Trump cuando la llama constantemente “la corrupta Hillary”.
La tarea de Clinton es lucir “presidenciable” y no permitir que Trump la obligue a ataques personales, que hasta ahora han acaparado gran atención meditática pero a la vez han desviado la atención de los escasos detalles de las propuestas de Trump.
Fuentes allegadas a la campaña de Clinton aseguraron desde el anonimato que la estrategia de la exsecretaria de Estado será un “ejercicio de equilibrio”, seleccionando lo que debe ignorar y lo que debe contestar.
Así, la campaña de Clinton apuesta a que sean las propias palabras de Trump las que lo hundan en la contienda general, en particular con las mujeres, que conforman un mayor porcentaje del electorado y tienden a decantarse por los demócratas.