NECESITAMOS ARREGLAR EL SISTEMA DE INMIGRACIÓN PARA QUE REFLEJE LOS VALORES DE ESTA NACIÓN
El Sistema de inmigración de Estados Unidos esta quebrantado, pero no está irremediable, puede repararse. Para empezar, yo creo que necesitamos que las leyes de inmigración sean más humanas y efectivas. Las redadas a gran escala solo siembran miedo y división en comunidades a través de la nación, y van en contra de los principios estadounidenses.
Las personas que vienen huyendo de la violencia y amenazas en su país de origen no deben de temer ir a su trabajo, mandar a sus niños a la escuela, o ir a la tienda a comprar mandado en los Estados Unidos de América. La gente que viene huyendo de la persecución siempre debe tener el derecho a una audiencia en este país.
Aún más, debemos tener un sistema más comprensivo y debemos abordar el gran número de inmigrantes de Centroamérica que han venido a los Estados Unidos en años recientes, particularmente los niños y menores de edad que no vienen acompañados por sus padres para que estos cuenten con la participación de un representante legal, que sea pagado por el gobierno.
Primero, tenemos que reformar el proceso de asilo y refugiados para asegurar que todos aquellos que vienen huyendo de la persecución tengan la oportunidad de una audiencia justa y expongan su historial ante un tribunal. En particular, cada menor que viene sin sus padres debe comparecer ante una corte de inmigración con la ayuda de un representante legal completamente pagado por el gobierno federal.
Al 73 por ciento de los niños, menores de edad que vienen sin sus padres y cuentan con un representante legal se les otorga un permiso para quedarse en este país, mientras que el 15 por ciento de los menores que comparecen sin representación legal no reciben un permiso. Ningún menor de edad debería enfrentar a un juez por sí mismo sin la representación de un abogado.
Segundo, también tenemos que poner atención a los serios problemas que atraviesan los países centroamericanos. Necesitamos trabajar con nuestros aliados en la región para mejorar las condiciones económicas y de seguridad en estos países, con el fin de que nadie sea obligado a salir de su país poniendo su vida, y la vida de sus hijos, en riesgo y ser forzados a emprender la peligrosa travesía hacia el norte.
El Presidente Obama presentó una petición de $1,000 millones para la asistencia a naciones centroamericanas para ayudar a que estas vuelquen sus esfuerzos en acabar con organizaciones criminales en esta región, que promuevan el desarrollo económico y refuercen sus leyes gubernamentales. El Congreso tomó un paso en la dirección correcta al parcialmente fomentar esta petición, pero esto no es suficiente. Necesitamos fomentar por completo la petición del Presidente y necesitamos hacerlo ahora.
Tercero, necesitamos luchar por una reforma de inmigración comprensiva; yo presentare una medida ante el Congreso dentro de los primeros 100 días de mi administración. Como presidente, trabajaré para mantener a las familias unidas y lucharé en contra de aquellos que quieran menospreciar u opacar a nuestra comunidad inmigrante. Debemos de ponerle un fin a nuestra suposición que Washington no puede aprobar una reforma migratoria – porque es demasiado difícil. Si podemos lograrlo y debemos hacerlo.
Este es un reto que suscita pasiones de ambos lados del debate. Pero la respuesta no es construir un muro que va a separar a las familias. Necesitamos hacer inversiones que mantengan a las familias unidas y protejan los derechos humanos de la comunidad inmigrante. Nuestro sistema migratorio necesita una reparación. Nuestro sistema esta quebrantado repararlo..– pero no está desahuciado. Está en nuestro poder