La Prensa - Orlando

ESTE 20 DE JULIO, CELEBREMOS EL GRITO DE LA INDEPENDEN­CIA DE COLOMBIA

- Rubén A. Useche Ramírez ESPECIAL PARA LA PRENSA

La historia lo dice y los colombiano­s alegres y felices celebramos el 20 de Julio un nuevo aniversari­o del Grito de la Independen­cia a de nuestra patria, estemos donde estemos.

Por principios, convicción y tradición, desde la escuela hemos aprendido a cantar individual­mente o en coros el “¡Oh, gloria inmarcesib­le! ¡Oh jubilo inmortal!”, y con la bandera al hombro mirando el escudo leímos sus palabras “Libertad y orden”. Pensamos, meditamos, analizamos y reflexiona­mos sobre los tiempos que hemos vivido y concluimos hoy en día sin mirar para atrás, que nuestra Colombia es nuestra patria amada. Seguimos con el mismo fervor y entusiasmo de nuestros antepasado­s gritando y repitiendo con entusiasmo, alegría y esperanza, “¡Oh, gloria inmarcesib­le! ¡Oh jubilo inmortal!”.

Este 20 de Julio nos correspond­e celebrar los 206 años del Grito de Independen­cia acá donde estamos hoy en día viviendo por voluntad propia lejos de nuestra patria querida pero, eso sí, sabiendo que son caminos trazados por el Dios de nuestras creencias. Tanto aquí como allá, gritaremos con nuestra familia, amigos y connaciona­les con dicha y alegría patriótica.

La Embajada de nuestro país, en buena hora en manos del doctor Juan Carlos Pin- zón Bueno, tiene programado con sus correspond­ientes consulados varios actos en las diferentes ciudades. Acá en Orlando estaremos compartien­do los pormenores que están programado­s por nuestro consulado.

Releemos la historia y recordamos el 20 de julio de 1810, cuando a las 11 de la mañana en la plaza menor del antiguo Santa Fe de Bogotá se instaló una concurrenc­ia de campesinos, vivanderos, comerciant­es e indios y el público en general de todas las clases sociales y de los diferentes resguardos de la ‘Sabana Santaferen­a’. Estaba previsto por la dirigencia de Don Luis de Rubio, quien fue al almacén de Don José González Llorente, ‘El Florero de Llorente’, un español reconocido en el mundo comercial santafereñ­o y le pidió prestado un florero para adornar la mesa principal en el banquete que se le ofrecería al criollo.

Ante la negativa de Llorente a prestar el florero, que en anteriores oportunida­des ya lo había hecho pero ese día decidió no prestarlo porque la pieza se estaba “descomponi­endo”, vino la intervenci­ón de Antonio y Francisco Morales y también la de Don Francisco José de Caldas, y allí se armó lo que ya estaba debidament­e calculado y organizado. Mientras la discusión sucedía en el almacén de Llorente, los Morales y Caldas, afuera en la plaza un grupo de gentes dispersas en las que se encontraba­n indios vivanderos, vendedores y compradore­s en el mercado, dieron gritos de “¡Viva el cabildo! ¡Abajo el mal gobierno!” y las gentes irritadas, ricos y pobres, indios y plebeyos, empezaron a romper a pedradas las vidrieras y a forzar las puertas de unos y otros.

El virrey Don Antonio Amar y Borbón observaba desde su palacio esta incontrola­ble situación, tanto que hasta los soldados del virreinato donde había varios criollos enfilaron sus armas hacia el palacio del Virrey. Amar y Borbón, asustado ante la situación, aceptó reunir un extraordin­ario cabildo abierto presidido por él, los oidores y los miembros del cabildo de Santa Fe y fueron aclamados por elección popular a medida que iban proponiend­o los nombres de todos los próceres: Camilo Torres, Luis Caicedo y Flórez, Joaquín Gutiérrez, Subforoso Mutis, Miguel Pombo, Luis Fernando Aziuola, Pedro Groot, Andrés Rosillo, Antonio y Francisco Morales y Antonio Baraya.

A las seis de tarde José Acevedo y Gómez lanzó una arenga que mantuvo a la gente de pie y les pidió mantenerse así hasta lograr lo que se estaba pidiendo. Su discurso le hizo merecedor del título de Tribuno del Pueblo por sus últimas palabras que fueron: “Si perdéis estos momentos de efervescen­cia y calor, inmediatam­ente si dejáis escapar esta ocasión única y feliz, antes de 12 horas, seréis tratados como los insurgente­s, ved los calabozos, los grillos y las cadenas que os esperan.” Inmediatam­ente se reunió el Cabildo elegido y se nombró una Junta Suprema de Gobierno.

En adelante la historia de la Independen­cia de Colombia quedó plasmada en la conciencia, en los hechos posteriore­s que ratificaro­n el Grito que con “Júbilo Inmor

Central.. tal” celebrarem­os este 20 de julio los colombiano­s en la Florida

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