Río despide los Paralímpicos con música y apelando a la biodiversidad
La ceremonia de Maracaná puso el punto final a los Juegos y le cede el testigo a Tokio 2020
La ceremonia de clausura de los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro se convirtió, igual que la apertura, en una fiesta de luz y color en Maracaná que apeló con música al concepto de la biodiversidad que la organización quiso relacionar con el país carioca.
La ceremonia comenzó con el baile que un grupo de dieciséis personas en silla de ruedas brindó al público que llenó Maracaná y que a la vez vibró con las guitarras de Armandinho y Andreas Kisser, líder de la banda brasileña de heavy metal Sepultura.
Posteriormente, más de 160 países participantes desfilaron con las enseñas que portaron sus abanderados.
Los directores de la gala intentaron reflejar metafóricamente con las proyecciones, vestidos de los artistas y estilos musicales el concepto de biodiversidad. Para ello fueron saliendo por diferentes partes del estadio, y por separado para sus actuaciones, el grupo Naçao Zumbi, la solista Vanessa da Mata y la cantante Céu, quienes con su ritmo hicieron bailar a los espectadores.
La organización quiso reconocer a la deportista americana, de ascendencia rusa, Tatyana McFadden, que ha ganado trece medallas en Juegos y es una importante activista de la igualdad e inclusión de los discapacitados. También al nadador sirio Ibrahim Al Hussein, que perdió una pierna cuando fue a socorrer a un amigo en su país y, como refugiado en Grecia, compitió como independiente.
Con ese reconocimiento, y con el himno del Comité Paralímpico Internacional interpretado por los músicos Daniel Santiago, Pedro Martins y Mestrinho, se inició la transición de Río hacia Tokio 2020.
Primero sonó el himno de Japón, después recogió la bandera de los Juegos la gobernadora de Tokio, Yoriko Koike, y luego salieron a escena varios bailarines, algunos en silla de ruedas, que jugaron metafóricamente con el concepto de la apertura de puertas como símbolo de positivismo e integración para los discapacitados.
China, la más medallsita
Brasil terminó en la octava posición del medallero con unas históricas 72 medallas y consiguió el promedio de, al menos, una medalla dorada por día, con un total de catorce en los doce días de competiciones. Las restantes fueron 29 de plata e igual número de bronce.
China, Reino Unido, Ucrania, Estados Unidos, Australia, Alemania y Holanda superaron, en su orden, a los dueños de casa en el medallero, en el que la ausencia por sanción de Rusia, segundo en los Paralímpicos de Londres 2012, hacía pensar en una mejor posición para Brasil.
Modalidades como el remo, ciclismo, halterofilia y voleibol sentado conquistaron por primera vez medallas para Brasil.
El ministro del Deporte, Leonardo Picciani, garantizó los recursos oficiales para esa preparación y destacó el récord de participantes, que pasó de 182 en Londres
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