DEFENDIENDO DERECHOS EN LA FLORIDA DESPUÉS DE ESTA ELECCIÓN
Al igual que muchos, me encontré el pasado martes 8 de noviembre en shock, luego en temor por nuestro país y las libertades civiles que valoramos.
Esto se debió a la campaña del presidente electo Donald Trump que alimentó temores racistas, xenófobos, prometiendo políticas que, si se promulgaran, serían un ataque sin precedentes a nuestros derechos.
Se comprometió a deportar a 11 millones de inmigrantes indocumentados; a implementar programas de vigilancia dirigidos a los musulmanes; a restringir el derecho de las mujeres al aborto; a reautorizar el ‘waterboarding’ y otras formas de tortura; y a cambiar leyes sobre difamación para ir tras sus críticos en los medios. Las elecciones presidenciales tienen consecuencias. Así que no se equivoquen, el país se está acercando a tiempos difíciles.
Nos estamos preparando para continuar el papel que la American Civil Liberties Union (ACLU) siempre ha desempeñado desde su creación: enfrentar cualquier abuso del gobierno a los derechos. Porque hay mucho en juego, especialmente en la Florida.
Debemos estar atentos a los políticos que pueden capitalizar el sentimiento antiinmigrante tóxico que impulsó el ascenso de Donald Trump a la Presidencia.
Vamos a defender a la comunidad de inmigrantes de la discriminación.
Debemos defender el acceso a la salud reproductiva. Trump ha dicho que nombrará jueces que socavarán Roe v. Wade, pero el derecho explícito a la privacidad de la Constitución de la Florida protege a todos, incluyendo el derecho de las mujeres al aborto.
Debemos preservar las victorias ganadas para las personas LGBT que quieren vivir sus vidas sin discriminación. Celebramos victorias que pusieron fin a la prohibición sobre matrimonios y adopciones, y estamos preparados a protegerlas.
Debemos mantener el impulso hacia una reforma al sistema de justicia criminal. No podemos permitir a nuestro estado continuar políticas fallidas de encarcelamiento masivo, cuyo costo en dólares de los contribuyentes es igualado solamente por su peaje en sufrimiento humano.
Por más de 100 años, la ACLU ha luchado en nombre de todos, sin importar su raza, etnia o punto de vista político.
Hemos enfrentado tiempos difíciles, desde las redadas antiinmigrantes de Palmer en los años 20, el internamiento de japoneses en los años 40 a la histeria de McCarthy en los años 50 y el asalto de Nixon a las libertades civiles en los años 70.
En cada crisis, la ACLU se ha mantenido firme ante los presidentes de turno, se ha mantenido firme en proteger los derechos constitucionales de los estadounidenses.
Al final, los valores constitucionales prevalecieron. Juntos, prevaleceremos de nuevo. l