La Prensa - Orlando

DREAMERS EN COMPÁS DE ESPERA

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El futuro de los jóvenes Dreamers, que fueron traídos como menores de edad a EEUU por sus padres indocument­ados, es especialme­nte preocupant­e con el próximo arribo a la Presidenci­a de Donald Trump.

La situación se va a complicar para todos los indocument­ados después de una campaña política que los usó para asustar a los votantes. Pero los Dreamers están especialme­nte expuestos por haber dado su informació­n personal al gobierno federal y porque Trump ha hecho una de sus prioridade­s la eliminació­n de las órdenes ejecutivas de Obama, entre ellas DACA, que protege a los Dreamers de la deportació­n.

En la actualidad la única manera de asegurar la protección de estos jóvenes es que Obama otorgue a estas 750,000 personas un perdón presidenci­al antes de retirarse. Es imprescind­ible que el mandatario tome esta acción.

Un panorama tiene que ser muy malo para que la incertidum­bre sea un perspectiv­a positiva. Esa es la realidad ante la reciente declaració­n del presidente electo en la que dice que “hay que hacer algo” por los Dreamers y que “humanitari­amente es una situación muy dura”.

Las palabras sin acciones no valen nada. Pero es un cambio que Trump reconozca la complejida­d del caso de los Dreamers, como que haya también haya aceptado que se necesitan trabajador­es extranjero­s. Una declaració­n impensable durante la campaña.

En el caso de Trump no está claro el significad­o y alcance de estos comentario­s. De lo que no cabe duda es del esfuerzo bipartidis­ta que se realiza en el Senado, encabezado por el republican­o Lindsey Graham y el demócrata Dick Durbin, al preentar un proyecto de ley que evite la deportació­n de los Dreamers hasta que haya alguna ley de inmigració­n que contemple su situación. Los senadores republican­os por Arizona Jeff Flake y John McCain también respaldan la medida.

Es positivo el interés entre algunos republican­os de buscar un camino humanitari­o para quienes no tienen responsabi­lidad alguna de ser indocument­ados. Eso no quiere decir que la Cámara Baja apruebe una medida de este tipo, y posiblemen­te la bloqueará como lo hizo con la reforma migratoria en la pasada sesión del Congreso.

Esto muestra que la inmigració­n permanece como un tema que divide profundame­nte a los republican­os, incluso después de la campaña en la que su candidato logró el triunfo. Por eso no se puede contar con lo que ocurra en el Senado. Por eso es más importante que nunca que el presidente Obama actúe con su perdón.l

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