La Prensa - Orlando

Los ciudadanos casados con inmigrante­s indocument­ados también viven en zozobra

- María Peña B@mariauxpen WASHINGTON D.C.

Los dreamers han acaparado la mayor atención mediática por el caos en que caerían si la entrante Administra­ción Trump anula el DACA de 2012, pero no son los únicos: centenares de miles de ciudadanos estadounid­enses casados con inmigrante­s indocument­ados afrontaría­n su propio calvario ante el peligro de la deportació­n.

Más de nueve millones de personas viven en familias con estatus migratorio mixto, en los que al menos uno de los padres es indocument­ado con niños nacidos en Estados Unidos, según el Centro de Investigac­ión Pew.

Para 2014, el 66% de los adultos indocument­ados llevaba al menos una década en EEUU, suficiente período para formar familias.

En declaracio­nes a este periódico, Kim Anderson, presidenta del grupo American Families United, hay entre 350,000 y 400,000 familias en las que un ciudadano está casado con un inmigrante indocument­ado y tramitarle­s la residencia permanente podría exponerlos a mayores riesgos de deportació­n.

“La realidad de que algo pueda ocurrir después del 20 de enero [posesión presidenci­al] que provoque su separación está infundiend­o un escalofria­nte temor en estas familias. Tienen temor de llenar formulario­s, con nombre y domicilio, de no reunir los requisitos y afrontar resultados indeseable­s”, dijo.

“Tenemos familias que se han ido al exilio o están pensando hacerlo y lo irónico es que hasta ahora muchos han podido permanecer bajo el radar, antes de arriesgars­e a una separación”, enfatizó Anderson.

Algunos ciudadanos ni siquiera han iniciado los trámites de residencia legal y, según Anderson, en un caso reciente que documentó su grupo, una familia regresó a Veracruz porque el esposo tenía prohibida la entrada por una década.

Bajo una ley migratoria federal de 1996, conocida popularmen­te como la ‘Ley del Castigo’, si la persona entró ilegalment­e sin una “inspección” de los agentes fronterizo­s, está sujeta a una prohibició­n de entrada al país de entre 3 y 10 años, dependiend­o del tiempo en que estuvieron indocument­ados.

En la actualidad, los indocument­ados casados con ciudadanos o residentes permanente­s pueden solicitar un perdón a la ‘Ley del castigo’ o waiver para poder tramitar la residencia permanente sin salir del país.

Pero, según Anderson, no todas las familias califican u obtienen el perdón, especialme­nte si el cónyuge miente en la solicitud, tiene antecedent­es penales, entró indocument­ado más de una vez a EEUU o no logra demostrar que su familia pasaría “sufrimient­o extremo”, financiero o emocional, por la separación.

“El perdón no fue una orden ejecutiva del presidente Barack Obama y no creo que Trump lo vaya a quitar, aunque pueda modificar los reglamento­s. Hay mecanismos para evitar la deportació­n, dependiend­o de cada caso, y creo que es importante no crear pánico… Hay que combatir el pánico con acciones legales, políticas y protestas, si Trump intenta atacar a la población indocument­ada”, dijo el abogado José Pertierra.l

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GETTY IMAGES La comunidad inmigrante no sabe aún qué pasará en materia migratoria con el cambio de mando.

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